Esteban, la madurez y la responsabilidad
La vida política de Durango, -en esta nueva era-, ha iniciado una cuenta regresiva donde se antoja un nuevo y prometedor futuro, y que sea el principio del final de pugnas, diferencias y confrontaciones entre partidos y que lamentablemente tiene efectos hacia la sociedad en conjunto.
Todo este año y el cierre del pasado, Durango se vio inmerso en un escenario político-electoral, mismo que ha sido salvado y que gracias a la copiosa diferencia no dio margen a una lucha postelectoral y eso es mucha ganancia.
El fin de semana pasado, Morena realizó su consulta para designar delegados o consejeros rumbo a su congreso nacional y este proceso pasó por infinidad de ejemplos de desavenencia y confrontación de grupos a su interior. Que aun cuando es un proceso interno de un partido y que sólo compete a sus militantes, simpatizantes y dirigentes, la verdad es que al hacerse público trastoca esa barrera y dan muestras de lo que a su interior ocurre, pero ante todo hacen públicas y evidencian sus diferencias.
Todo esto viene al caso en virtud de que se espera que a Durango le vengan nuevas buenas con el relevo gubernamental y que en sus primeros mensajes y señales el gobernador electo Esteban Villegas Villarreal muestra un futuro de auténtica reconciliación y alianza, todo esto a favor de Durango y los duranguenses. En ellos tiempos actuales estamos tan acostumbrado a ver infinidad de confrontaciones, algunas o muchas de estas son totalmente estériles y que en nada la abonan a una auténtica reconciliación de nuestra sociedad.
A Durango le vienen adversidades y retos como al resto del país, pero a diferencias de muchos estados, a la entidad duranguense le soplan vientos diametralmente distintos. Fragilidades económicas, sí, como a todo el país; compromisos ajenos por cumplir, sí; adversidades e incertidumbres, sí, por el escenario nacional y nuestros vínculos y compromisos internacionales como país.
Pero los tiempos poselectorales en Durango, afortunadamente han trascurrido con incidentes muy menores e irrelevantes a diferencia de otros estados y en comparación con los belicosos conflictos nacionales.
Pugnas, diferencias, conflictos, señalamientos, son la constante en el ámbito nacional, y repito, en nada le abonan a la concordia social y política que tanto le urge al país después de estos cuatro años de discursos incendiarios que han generado una polarización social que va creciendo cada día y que presagia un panorama muy difícil para el año 2024, incluso la víspera en el proceso que vivirán los estados de México y Coahuila. El estado de Durango en gran medida por responsabilidad y la madurez política de sus actores políticos ha vivido una tersa etapa poselectoral, lo que es en buena medida, un mensaje inmejorable para la sociedad.
Siempre se ha dicho que una sociedad dividida es una sociedad perdida y en estos tiempos es un gran activo el principio de la unidad en los hechos y no sólo en las palabras, por eso Durango va ganando para su futuro.
Alejado de posturas triunfalistas, que sólo acrecientan rivalidades, Esteban Villegas, aun siendo el único priista triunfador de entre los seis estados en disputa este año, dio una muestra de mesura y humildad ante una aplastante victoria, que no dio margen a dudas. Mesurado, cauto, sencillo, pero especialmente humilde, Esteban asumió este resultado electoral con responsabilidad e hizo a un lado las fiestas y la humillación y en cambio ha dado muestras de que su visión y sus primeros mensajes son encaminados a la unidad de los duranguenses y especialmente a construir un estado alejado de las polarizaciones y en contraste aprovechar, esta madurez para poner a Durango en el radar del gobierno federal y con diálogo llegar a entendimiento a favor del estado.
La trasmisión de poderes del Ejecutivo estatal se dará el próximo mes, pero desde ahora, Esteban Villegas se ve esforzado y adelantando las tareas que le vienen, su actividad sed ha dado en reuniones con secretarios del gobierno federal que es lo que necesita un estado como Durango ayuda y no pugnas estériles que ha nada llevan y el único perdedor siempre es la sociedad.