/ jueves 12 de marzo de 2020

Instituciones de educación pública y privada: Ante su oportunidad histórica

En los últimos años nuestro país, ha sido testigo de marchas y manifestaciones pero no recordamos que hayan tenido resultado o consecuencias. Pero ya es tiempo, que las marchas de mujeres en México, que luchan por sus derechos y una vida libre de violencia, sea una realidad: Social, cultural, económica, política y legal.

Un día sin mujeres en México, no es el título de una película significa, un ¡YA BASTA! Más que buscar culpables, se trata de encontrar soluciones y que cada quien asuma su responsabilidad. De entrada, el estado tiene la obligación de brindarnos seguridad en todos los sentidos, pero nosotros, como sociedad tenemos que hacer algo porque somos parte del problema.

Hoy hay miles de mujeres trabajando en el sector público desde Gobernadoras, Senadoras, Diputadas, Secretarias de Estado, Ministras, Magistradas, Juezas y en otros muchos puestos en ese rubro. En el sector privado de alguna manera sucede lo mismo. Pero también hay millones de mujeres vulnerables en este país, que padecen todos los días violencia física, moral, psicológica, sexual, económica, abusos, hostigamiento, acoso sexual y laboral entre otras formas de violencia.

Pero la verdad, tal parece que en México ninguna mujer independientemente de su status social o económico escapa a la violencia, incluyendo el feminicidio. Aquí en Durango, nos da gusto saber que por fin, las mujeres se rebelan y son escuchadas por ser víctimas de acoso todos los días, en Instituciones educativas o sus centros de trabajo. Y claro, que no estamos descubriendo el hilo negro, el acoso en contra de las mujeres sabemos dónde se da y quienes lo hacen.

Las instituciones de educación superior con más prestigio en Durango la UJED y el ITD, ya están tomando cartas en el asunto con maestros que se dedican al acoso con las estudiantes, aprovechando su jerarquía. Eso sucede en la UJED y en el TECNO y ya, encarrerado el gato, las Universidades privadas no son ajenas a este tema, deberían echar sus barbas a remojar y tomar el ejemplo del Tecnológico y de la Universidad Juárez.

Ya que hablamos de nuestra máxima casa de estudios, el Rector Rubén Solís Ríos se reunió con la junta directiva para ver el caso de una denuncia por acoso en contra de un maestro. Conociendo al rector Solís Ríos, sin duda llegará en este y todos los casos hasta sus últimas consecuencias, haciendo uso de sus facultades administrativas y de ser necesario apoyar a las estudiantes para interponer denuncias por la vía penal. Mientras no se ponga un ¡YA BASTA!, un precedente, las estudiantes seguirán siendo víctimas de acoso por parte de maestros.

Con estos hechos, después de la marcha de las mujeres el gobernador del Estado, José Rosas Aispuro dio instrucciones a la fiscal Ruth Medina, para que abriera un espacio a las mujeres que son acosadas, acudan a interponer las denuncias respectivas y que vayan sin miedo. Importante sería también, integrar las carpetas de investigación para que lleguen a los jueces de control y a quien se le demuestre, respetando derechos humanos y la presunción de inocencia, si resulta culpable, se proceda conforme a derecho y se aplique la ley.

Y a la mujer que denuncie se le haga justicia.

En los últimos años nuestro país, ha sido testigo de marchas y manifestaciones pero no recordamos que hayan tenido resultado o consecuencias. Pero ya es tiempo, que las marchas de mujeres en México, que luchan por sus derechos y una vida libre de violencia, sea una realidad: Social, cultural, económica, política y legal.

Un día sin mujeres en México, no es el título de una película significa, un ¡YA BASTA! Más que buscar culpables, se trata de encontrar soluciones y que cada quien asuma su responsabilidad. De entrada, el estado tiene la obligación de brindarnos seguridad en todos los sentidos, pero nosotros, como sociedad tenemos que hacer algo porque somos parte del problema.

Hoy hay miles de mujeres trabajando en el sector público desde Gobernadoras, Senadoras, Diputadas, Secretarias de Estado, Ministras, Magistradas, Juezas y en otros muchos puestos en ese rubro. En el sector privado de alguna manera sucede lo mismo. Pero también hay millones de mujeres vulnerables en este país, que padecen todos los días violencia física, moral, psicológica, sexual, económica, abusos, hostigamiento, acoso sexual y laboral entre otras formas de violencia.

Pero la verdad, tal parece que en México ninguna mujer independientemente de su status social o económico escapa a la violencia, incluyendo el feminicidio. Aquí en Durango, nos da gusto saber que por fin, las mujeres se rebelan y son escuchadas por ser víctimas de acoso todos los días, en Instituciones educativas o sus centros de trabajo. Y claro, que no estamos descubriendo el hilo negro, el acoso en contra de las mujeres sabemos dónde se da y quienes lo hacen.

Las instituciones de educación superior con más prestigio en Durango la UJED y el ITD, ya están tomando cartas en el asunto con maestros que se dedican al acoso con las estudiantes, aprovechando su jerarquía. Eso sucede en la UJED y en el TECNO y ya, encarrerado el gato, las Universidades privadas no son ajenas a este tema, deberían echar sus barbas a remojar y tomar el ejemplo del Tecnológico y de la Universidad Juárez.

Ya que hablamos de nuestra máxima casa de estudios, el Rector Rubén Solís Ríos se reunió con la junta directiva para ver el caso de una denuncia por acoso en contra de un maestro. Conociendo al rector Solís Ríos, sin duda llegará en este y todos los casos hasta sus últimas consecuencias, haciendo uso de sus facultades administrativas y de ser necesario apoyar a las estudiantes para interponer denuncias por la vía penal. Mientras no se ponga un ¡YA BASTA!, un precedente, las estudiantes seguirán siendo víctimas de acoso por parte de maestros.

Con estos hechos, después de la marcha de las mujeres el gobernador del Estado, José Rosas Aispuro dio instrucciones a la fiscal Ruth Medina, para que abriera un espacio a las mujeres que son acosadas, acudan a interponer las denuncias respectivas y que vayan sin miedo. Importante sería también, integrar las carpetas de investigación para que lleguen a los jueces de control y a quien se le demuestre, respetando derechos humanos y la presunción de inocencia, si resulta culpable, se proceda conforme a derecho y se aplique la ley.

Y a la mujer que denuncie se le haga justicia.