/ viernes 8 de julio de 2022

No te equivoques Esteban (I)

Hoy tan cerca de la democracia y tan lejos de la filosofía, con frecuencia el ejercicio del poder, sólo se sostiene por lo frívolo y ocurrente estado de ánimo, o las circunstancias temporales a favor, aumentadas por los corifeos aplaudidores.

En el panorama nacional se vislumbra que sólo tú y otro más si acaso, serán los únicos gobernadores del Partido Revolucionario Institucional, situación muy favorable pero también riesgosa a tu favor.

El otrora partido hegemónico daba para mucho y más. Con las arcas del tesoro fiscal, las tentaciones de ostentar por ser y parecer, fueron creando estructuras humanas, mobiliarias e inmobiliarias, demandantes de generoso flujo de dinero, que llegaba de la misma Presidencia de la República, los gobiernos de los estados y uno que otro poderoso y acaudalado municipio de Nuevo León, Estado de México, Veracruz.

Las “cuotas estatutarias” prácticamente eran letra muerte; hasta cuando la debacle política se inicia, se ven obligados, hasta de manera irresponsable a recaudar de propios y extraños, “la aportación” al partido. Digo a propios y extraños, porque con la equivocada y torcida tesis de que si trabajas en un gobierno del PRI, toda la burocracia se debe de “mochar”, aquí en Durango sucedió, por lo menos que yo sea testigo, en el sexenio 2010 – 2016.

La excepción no fue Durango. Gracias a las redes, nos enteramos de cómo la hoy flamante secretaria de Educación del gobierno federal, pasaba la charola a diestra y siniestra, hasta de un 10% a todos los trabajadores del gobierno municipal de Texcoco.

Aquí el riesgo: La exigencia del CEN a sufragar los gastos de esa estructura inoperante y obsoleta, más cuando Alito pregona a cuatro vientos, que gracias a él, se debe el triunfo en Durango.

Pero también, algunos analistas ven la caballada tricolor muy, pero muy flaca; los reflectores estarán iluminando la maquiavélica pretensión del dirigente nacional para el 2024, con diagnostico de fracaso, por la postura de los ex jefes nacionales, quizá con un candidato de ese grupo, más dos gobernadores. La pregunta es ¿el laboratorio de la coalición PRI PAN PRD se volverá a repetir?

Hoy tan cerca de la democracia y tan lejos de la filosofía, con frecuencia el ejercicio del poder, sólo se sostiene por lo frívolo y ocurrente estado de ánimo, o las circunstancias temporales a favor, aumentadas por los corifeos aplaudidores.

En el panorama nacional se vislumbra que sólo tú y otro más si acaso, serán los únicos gobernadores del Partido Revolucionario Institucional, situación muy favorable pero también riesgosa a tu favor.

El otrora partido hegemónico daba para mucho y más. Con las arcas del tesoro fiscal, las tentaciones de ostentar por ser y parecer, fueron creando estructuras humanas, mobiliarias e inmobiliarias, demandantes de generoso flujo de dinero, que llegaba de la misma Presidencia de la República, los gobiernos de los estados y uno que otro poderoso y acaudalado municipio de Nuevo León, Estado de México, Veracruz.

Las “cuotas estatutarias” prácticamente eran letra muerte; hasta cuando la debacle política se inicia, se ven obligados, hasta de manera irresponsable a recaudar de propios y extraños, “la aportación” al partido. Digo a propios y extraños, porque con la equivocada y torcida tesis de que si trabajas en un gobierno del PRI, toda la burocracia se debe de “mochar”, aquí en Durango sucedió, por lo menos que yo sea testigo, en el sexenio 2010 – 2016.

La excepción no fue Durango. Gracias a las redes, nos enteramos de cómo la hoy flamante secretaria de Educación del gobierno federal, pasaba la charola a diestra y siniestra, hasta de un 10% a todos los trabajadores del gobierno municipal de Texcoco.

Aquí el riesgo: La exigencia del CEN a sufragar los gastos de esa estructura inoperante y obsoleta, más cuando Alito pregona a cuatro vientos, que gracias a él, se debe el triunfo en Durango.

Pero también, algunos analistas ven la caballada tricolor muy, pero muy flaca; los reflectores estarán iluminando la maquiavélica pretensión del dirigente nacional para el 2024, con diagnostico de fracaso, por la postura de los ex jefes nacionales, quizá con un candidato de ese grupo, más dos gobernadores. La pregunta es ¿el laboratorio de la coalición PRI PAN PRD se volverá a repetir?