/ sábado 9 de noviembre de 2019

Para tomar Rectoría los pretextos sobran, incluyendo los políticos

Los sindicatos universitarios y la FEUD ya saben el camino para lograr lo que quieren: toman el edificio central donde despacha el Rector.

Para uno de los sindicatos, en este caso el SPAUJED, en lugar de acudir a la instancia laboral correspondiente litiga en los medios de comunicación. Nadie por supuesto está en contra de los derechos de los trabajadores y sus logros sindicales, todo lo contrario. Los contratos colectivos que se firman cada año con la parte patronal que es la UJED, deben cumplirse, para no incurrir en posibles violaciones contractuales como argumentó el SPAUJED.

Los expertos en derecho del trabajo, en este caso, son los indicados para opinar. ¿El SPAUJED denunció en la instancia correspondiente la violación a su contrato colectivo de trabajo? Hasta donde sabemos no fue así. En teoría, se supone que cuando hay este tipo de problemas debería agotarse primero la vía del diálogo con la parte patronal y de no haber solución, entonces, como lo establece la Ley Federal del Trabajo, demandar en la Junta de Conciliación y Arbitraje que corresponda, las violaciones contractuales correspondientes.

La sociedad piensa que los universitarios en muchas ocasiones recurren al camino más corto: politizar todo lo que sucede al interior de nuestra máxima casa de estudios, y esto por supuesto se presta a especulaciones como cuando lo hace la FEUD.

Siempre nos preguntamos ¿quién es “la mano que mece la cuna”?, porque los jóvenes no se avientan como “el Borras” o “de a grapa”. La UJED fue, es y seguirá siendo, la eterna disputa por el poder de los distintos grupos al interior y hacia afuera.

La verdad sea dicha: La reciente toma del edifico central desde hace tiempo se veía venir. Algunos opinan que el rector Rubén Ríos Solís, por los acuerdos que hizo en su campaña terminó parafraseando al título de la película: Trabajando con el fuego amigo en el edificio central.

Las circunstancias para ser Rector de la Universidad han cambiado. Hace un año, los tres candidatos a la Rectoría ninguno de ellos hubiera llegado a la Rectoría sin hacer alianzas. Rubén Solís era el candidato más fuerte, el favorito de los universitarios y los grupos que aspiraban tuvieron que acercarse al hoy Rector de la UJED. Melchor Velázquez, Jesús Soto, son un ejemplo de los que se aliaron con Solís Ríos. Y en los respectivos nombramientos dichos acuerdos se reflejaron en el área administrativa de la Universidad. Esto es normal y a nadie debe sorprender.

Un Rector que quiera tener gobernabilidad en lo administrativo y académico tiene que poner por encima de todo los intereses de la UJED, pero no a cualquier precio o convertirse en rehén de los grupos con los que pacto en su camino a la Rectoría. Hace unos días, en conferencia de prensa Rubén Solís Ríos dio a conocer a los medios de comunicación que la supuesta violación contractual no era delicada pero sí había que revisarla, como así sucedió. ¿Entonces para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?

En buena onda, como dicen los jóvenes: la Rectoría es “El talón de Aquiles” de cualquier Rector y los grupos con los que hubo acuerdos no les interesa cambiar la Universidad y su imagen con la sociedad.

Los sindicatos universitarios y la FEUD ya saben el camino para lograr lo que quieren: toman el edificio central donde despacha el Rector.

Para uno de los sindicatos, en este caso el SPAUJED, en lugar de acudir a la instancia laboral correspondiente litiga en los medios de comunicación. Nadie por supuesto está en contra de los derechos de los trabajadores y sus logros sindicales, todo lo contrario. Los contratos colectivos que se firman cada año con la parte patronal que es la UJED, deben cumplirse, para no incurrir en posibles violaciones contractuales como argumentó el SPAUJED.

Los expertos en derecho del trabajo, en este caso, son los indicados para opinar. ¿El SPAUJED denunció en la instancia correspondiente la violación a su contrato colectivo de trabajo? Hasta donde sabemos no fue así. En teoría, se supone que cuando hay este tipo de problemas debería agotarse primero la vía del diálogo con la parte patronal y de no haber solución, entonces, como lo establece la Ley Federal del Trabajo, demandar en la Junta de Conciliación y Arbitraje que corresponda, las violaciones contractuales correspondientes.

La sociedad piensa que los universitarios en muchas ocasiones recurren al camino más corto: politizar todo lo que sucede al interior de nuestra máxima casa de estudios, y esto por supuesto se presta a especulaciones como cuando lo hace la FEUD.

Siempre nos preguntamos ¿quién es “la mano que mece la cuna”?, porque los jóvenes no se avientan como “el Borras” o “de a grapa”. La UJED fue, es y seguirá siendo, la eterna disputa por el poder de los distintos grupos al interior y hacia afuera.

La verdad sea dicha: La reciente toma del edifico central desde hace tiempo se veía venir. Algunos opinan que el rector Rubén Ríos Solís, por los acuerdos que hizo en su campaña terminó parafraseando al título de la película: Trabajando con el fuego amigo en el edificio central.

Las circunstancias para ser Rector de la Universidad han cambiado. Hace un año, los tres candidatos a la Rectoría ninguno de ellos hubiera llegado a la Rectoría sin hacer alianzas. Rubén Solís era el candidato más fuerte, el favorito de los universitarios y los grupos que aspiraban tuvieron que acercarse al hoy Rector de la UJED. Melchor Velázquez, Jesús Soto, son un ejemplo de los que se aliaron con Solís Ríos. Y en los respectivos nombramientos dichos acuerdos se reflejaron en el área administrativa de la Universidad. Esto es normal y a nadie debe sorprender.

Un Rector que quiera tener gobernabilidad en lo administrativo y académico tiene que poner por encima de todo los intereses de la UJED, pero no a cualquier precio o convertirse en rehén de los grupos con los que pacto en su camino a la Rectoría. Hace unos días, en conferencia de prensa Rubén Solís Ríos dio a conocer a los medios de comunicación que la supuesta violación contractual no era delicada pero sí había que revisarla, como así sucedió. ¿Entonces para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?

En buena onda, como dicen los jóvenes: la Rectoría es “El talón de Aquiles” de cualquier Rector y los grupos con los que hubo acuerdos no les interesa cambiar la Universidad y su imagen con la sociedad.