/ jueves 2 de septiembre de 2021

¿Qué es la doctrina social de la iglesia?

Qué es y qué no es la Doctrina Social de la iglesia constituye uno de los temas más debatidos en la teología en poco más de un siglo, desde la publicación de la encíclica Rerum Novarum hasta nuestros días.

Nacida en el ámbito del derecho natural cristiano, esta disciplina atravesó por todas las etapas que se pueden imaginar:

Desde la idea que pudiese constituir una tercer vía entre comunismo y capitalismo para organizar la sociedad, hasta la afirmación de que su misma existencia sería contradictoria con la misión religiosa de la iglesia; desde una pretensión de universalidad que la lleva a dejar en segundo plano los aportes de la fe, hasta la defensa de su especificidad cristiana y teológica, como lo indica en su libro Arturo Belloco Montano.

La función de la doctrina social es el anuncio de una visión global del hombre y de la humanidad y la denuncia del pecado de injusticia y de violencia que de varios modos atraviesa la sociedad.

Y esta expresión se remonta a 1931 con el Papa Pío XI, en la que designa el corpus doctrinal referente a la sociedad desarrollado en la Iglesia a partir de la encíclica Rerum Novarum de 1891, del Papa León XIII.

Considerado el primer gran documento de la doctrina social de la Iglesia, la Rerum Novarum aborda la cuestión obrera a finales del siglo XIX. León XIII denuncia la penosa situación de los trabajadores de las fábricas, afligidos por la miseria, en un contexto profundamente transformado por la revolución industrial.

Con su doctrina social, la iglesia no quiere imponerse a la sociedad, sino proporcionar criterios de discernimiento para la orientación y formación de las conciencias.

En esta perspectiva, la doctrina cumple una función de anuncio de una visión global del hombre y de la humanidad y también de denuncia del pecado, de injusticia y de violencia que de diversos modos atraviesa la sociedad.

De acuerdo a la Carta Encíclica Centessimus annus del Papa Juan Pablo II, la doctrina social se sitúa en el cruce de la vida y de la conciencia cristiana con las situaciones del mundo y se manifiesta en los esfuerzos que realizan los individuos, las familias, cooperadores culturales y sociales, políticos y hombres de Estado, para darles forma y aplicación en la historia, lo que significa el desarrollo de todos los hombres.

En 2004 se publicó el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, organizado por el Consejo Pontificio Justicia y Paz, que presenta de forma sistemática el contenido de la doctrina producido hasta ese momento.

Es una doctrina dirigida a orientar el comportamiento cristiano, para que los que asumen responsabilidades sociales actúen con justicia y caridad.

Esta doctrina implica responsabilidades referentes a la construcción, la organización y el funcionamiento de la sociedad:

Obligaciones políticas, económicas, administrativas, es decir, de naturaleza secular que pertenecen a los fieles laicos, no a los sacerdotes y a los religiosos.

Los derechos humanos, el bien común, la vida social, el desarrollo, la justicia, la familia, el trabajo, la economía, la política, la comunidad internacional, el medio ambiente, la paz, todos estos son campos sobre los cuales la Iglesia dirige su reflexión en el contexto de la doctrina social.

La enseñanza social católica considera la libertad de la persona en el campo económico como un valor fundamental, reconoce la justa función del lucro, mientras que el magisterio de la Iglesia defiende la institución de una autoridad pública universal reconocida por todos, que goce de poder eficiente con el fin de que se salvaguarden la seguridad, la observancia de la justicia y la garantía de los derechos.

Qué es y qué no es la Doctrina Social de la iglesia constituye uno de los temas más debatidos en la teología en poco más de un siglo, desde la publicación de la encíclica Rerum Novarum hasta nuestros días.

Nacida en el ámbito del derecho natural cristiano, esta disciplina atravesó por todas las etapas que se pueden imaginar:

Desde la idea que pudiese constituir una tercer vía entre comunismo y capitalismo para organizar la sociedad, hasta la afirmación de que su misma existencia sería contradictoria con la misión religiosa de la iglesia; desde una pretensión de universalidad que la lleva a dejar en segundo plano los aportes de la fe, hasta la defensa de su especificidad cristiana y teológica, como lo indica en su libro Arturo Belloco Montano.

La función de la doctrina social es el anuncio de una visión global del hombre y de la humanidad y la denuncia del pecado de injusticia y de violencia que de varios modos atraviesa la sociedad.

Y esta expresión se remonta a 1931 con el Papa Pío XI, en la que designa el corpus doctrinal referente a la sociedad desarrollado en la Iglesia a partir de la encíclica Rerum Novarum de 1891, del Papa León XIII.

Considerado el primer gran documento de la doctrina social de la Iglesia, la Rerum Novarum aborda la cuestión obrera a finales del siglo XIX. León XIII denuncia la penosa situación de los trabajadores de las fábricas, afligidos por la miseria, en un contexto profundamente transformado por la revolución industrial.

Con su doctrina social, la iglesia no quiere imponerse a la sociedad, sino proporcionar criterios de discernimiento para la orientación y formación de las conciencias.

En esta perspectiva, la doctrina cumple una función de anuncio de una visión global del hombre y de la humanidad y también de denuncia del pecado, de injusticia y de violencia que de diversos modos atraviesa la sociedad.

De acuerdo a la Carta Encíclica Centessimus annus del Papa Juan Pablo II, la doctrina social se sitúa en el cruce de la vida y de la conciencia cristiana con las situaciones del mundo y se manifiesta en los esfuerzos que realizan los individuos, las familias, cooperadores culturales y sociales, políticos y hombres de Estado, para darles forma y aplicación en la historia, lo que significa el desarrollo de todos los hombres.

En 2004 se publicó el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, organizado por el Consejo Pontificio Justicia y Paz, que presenta de forma sistemática el contenido de la doctrina producido hasta ese momento.

Es una doctrina dirigida a orientar el comportamiento cristiano, para que los que asumen responsabilidades sociales actúen con justicia y caridad.

Esta doctrina implica responsabilidades referentes a la construcción, la organización y el funcionamiento de la sociedad:

Obligaciones políticas, económicas, administrativas, es decir, de naturaleza secular que pertenecen a los fieles laicos, no a los sacerdotes y a los religiosos.

Los derechos humanos, el bien común, la vida social, el desarrollo, la justicia, la familia, el trabajo, la economía, la política, la comunidad internacional, el medio ambiente, la paz, todos estos son campos sobre los cuales la Iglesia dirige su reflexión en el contexto de la doctrina social.

La enseñanza social católica considera la libertad de la persona en el campo económico como un valor fundamental, reconoce la justa función del lucro, mientras que el magisterio de la Iglesia defiende la institución de una autoridad pública universal reconocida por todos, que goce de poder eficiente con el fin de que se salvaguarden la seguridad, la observancia de la justicia y la garantía de los derechos.