/ jueves 7 de marzo de 2024

Gaza, punto de encuentro de la historia

Gaza es un punto importante en la historia de Oriente Medio, no sólo en la actualidad con la rivalidad con el pueblo judío, sino que a lo largo del tiempo ha sido escenario de grandes conflictos, como el asedio al que Alejandro Magno sometió esta zona y su cruel venganza contra el comandante enemigo hace más de dos mil 300 años.

En 332 a.C, Alejandro Ill de Macedonia tenía su mirada de conquistador puesta en Egipto, pero en su camino se interponía "Gaza, una ciudad de importancia considerable", como la describió el grecorromano Flavio Arriano en su "Anábasis de Alejandro Magno", en el siglo Il d.C.

Gaza ha sido una ciudad muy importante durante gran parte de su larga historia, aunque por razones muy distintas a las que hoy mantienen la atención en esa franja de territorio que Israel invadió tras los ataques de Hamas del 7 de octubre de 2023.

No sólo estaba en un valle que era un oasis de vida rodeado de desiertos, sino que era la última ciudad construida de Fenicia a Egipto, y por su valor estratégico, cambiaba de manos constantemente. En el siglo XII a.C. los filisteos se la quitaron a los egipcios tras 300 años de ocupación y se convirtió en un importante centro de la Pentápolis filistea.

Fue en esta ciudad donde estuvo preso el bíblico héroe Sansón después de que Dalia le cortara el pelo, y donde murió al derribar el templo del dios Dagon. Después de los filisteos, estuvo bajo el dominio del rey israelita David y de los asirios, egipcios y babilonios, hasta que, en el siglo VI a.C. fue capturada por Ciro el Grande, fundador del primer Imperio persa.

Y ese era el imperio que Alejandro Magno se había propuesto derrotar desde su ascensión al trono en 336 a.C., por lo que cuando se encontró frente al elevado montículo en el que descansaba Gaza y se enfrentó al reto de burlar el seguro muro que protegía todo su perímetro, ya llevaba más de dos años en su conquista de Asia.

La más reciente victoria había sido espectacular, en julio de 332 a. C. bloqueó y asedió a Tiro, la ciudad-estado fenicia más importante y base naval persa, durante 7 meses, hasta que logró doblegarla, a pesar de que se encontraba en una isla y sus murallas llegaban hasta el mar.

Gaza estaba gobernada por un eunuco llamado Betis, comandante del Imperio persa, quien, en vez de rendirse ante el invencible Alejandro, requirió los servicios de unos mercenarios árabes, y se abasteció abundantemente de trigo para un largo asedio, confiando en que la ciudad no podía nunca ser tomada por la fuerza.

Alejandro, cuando estaba por ofrecer un sacrificio a los dioses, un pájaro carroñero que revoloteaba por encima del altar dejó caer sobre su cabeza una piedra que llevaba entre sus garras, lo que significó en el oráculo, tomar la ciudad, pero con una extrema precaución.

Así, apenas los enemigos atacaron a los macedonios desde su privilegiada posición en la altura, el macedonio salió a defenderlos, con éxito, pero fue herido en un hombro y a pesar de que la herida era seria, se alegró pensando que, si el presagio se había cumplido, la ciudad caería

Alejandro Magno jamás perdió una batalla. Las murallas de la ciudad finalmente cedieron; partes fueron destrozadas a golpes, otras se hundieron luego de que la tierra que las sostenía fuera extraída y tras unos 100 días de lucha, batallón tras batallón de conquistadores entraron en la ciudad y fueron abriéndole el paso a todo el ejército.

Los de Gaza, incluso cuando ya su ciudad estaba en manos del enemigo, continuaron resistiendo hasta morir todos. Ahora, son otras condiciones y otros tiempos, se debe cambiar la guerra por la paz.

Gaza es un punto importante en la historia de Oriente Medio, no sólo en la actualidad con la rivalidad con el pueblo judío, sino que a lo largo del tiempo ha sido escenario de grandes conflictos, como el asedio al que Alejandro Magno sometió esta zona y su cruel venganza contra el comandante enemigo hace más de dos mil 300 años.

En 332 a.C, Alejandro Ill de Macedonia tenía su mirada de conquistador puesta en Egipto, pero en su camino se interponía "Gaza, una ciudad de importancia considerable", como la describió el grecorromano Flavio Arriano en su "Anábasis de Alejandro Magno", en el siglo Il d.C.

Gaza ha sido una ciudad muy importante durante gran parte de su larga historia, aunque por razones muy distintas a las que hoy mantienen la atención en esa franja de territorio que Israel invadió tras los ataques de Hamas del 7 de octubre de 2023.

No sólo estaba en un valle que era un oasis de vida rodeado de desiertos, sino que era la última ciudad construida de Fenicia a Egipto, y por su valor estratégico, cambiaba de manos constantemente. En el siglo XII a.C. los filisteos se la quitaron a los egipcios tras 300 años de ocupación y se convirtió en un importante centro de la Pentápolis filistea.

Fue en esta ciudad donde estuvo preso el bíblico héroe Sansón después de que Dalia le cortara el pelo, y donde murió al derribar el templo del dios Dagon. Después de los filisteos, estuvo bajo el dominio del rey israelita David y de los asirios, egipcios y babilonios, hasta que, en el siglo VI a.C. fue capturada por Ciro el Grande, fundador del primer Imperio persa.

Y ese era el imperio que Alejandro Magno se había propuesto derrotar desde su ascensión al trono en 336 a.C., por lo que cuando se encontró frente al elevado montículo en el que descansaba Gaza y se enfrentó al reto de burlar el seguro muro que protegía todo su perímetro, ya llevaba más de dos años en su conquista de Asia.

La más reciente victoria había sido espectacular, en julio de 332 a. C. bloqueó y asedió a Tiro, la ciudad-estado fenicia más importante y base naval persa, durante 7 meses, hasta que logró doblegarla, a pesar de que se encontraba en una isla y sus murallas llegaban hasta el mar.

Gaza estaba gobernada por un eunuco llamado Betis, comandante del Imperio persa, quien, en vez de rendirse ante el invencible Alejandro, requirió los servicios de unos mercenarios árabes, y se abasteció abundantemente de trigo para un largo asedio, confiando en que la ciudad no podía nunca ser tomada por la fuerza.

Alejandro, cuando estaba por ofrecer un sacrificio a los dioses, un pájaro carroñero que revoloteaba por encima del altar dejó caer sobre su cabeza una piedra que llevaba entre sus garras, lo que significó en el oráculo, tomar la ciudad, pero con una extrema precaución.

Así, apenas los enemigos atacaron a los macedonios desde su privilegiada posición en la altura, el macedonio salió a defenderlos, con éxito, pero fue herido en un hombro y a pesar de que la herida era seria, se alegró pensando que, si el presagio se había cumplido, la ciudad caería

Alejandro Magno jamás perdió una batalla. Las murallas de la ciudad finalmente cedieron; partes fueron destrozadas a golpes, otras se hundieron luego de que la tierra que las sostenía fuera extraída y tras unos 100 días de lucha, batallón tras batallón de conquistadores entraron en la ciudad y fueron abriéndole el paso a todo el ejército.

Los de Gaza, incluso cuando ya su ciudad estaba en manos del enemigo, continuaron resistiendo hasta morir todos. Ahora, son otras condiciones y otros tiempos, se debe cambiar la guerra por la paz.