/ viernes 9 de julio de 2021

¿Quién decide? para el ya cercano 2022

Parafraseando al clásico: Vale más perder de pie que ganar de rodillas. Hace unos días, en la Ciudad de México las cúpulas del PAN, PRI y PRD, anunciaron que van juntos en alianza para disputar las gubernaturas en 2022, entre ellas Durango.

En este contexto, sólo hay que esperar los tiempos oficiales para que los partidos hagan el anuncio. De fuentes muy cercanas al Bicentenario, comentan que la alianza es un hecho, y que ya le midieron el agua a los camotes. Saben que sólo yendo juntos otra vez le podrían ganar la gubernatura a MORENA.

La posible alianza ya hace cuentas alegres: Entre el PAN y el PRI, obtuvieron 236 mil votos, si los conservaran lo cual sería casi imposible, necesitarían como 70 mil votos más para ganar la gubernatura, suma nada sencilla. Si se fueran cada quien por su lado, a MORENA sus 183 mil votos le darían el Bicentenario. Sólo hay un problema: En este momento, en la mesa ya se tomaron algunas decisiones, pero en realidad no hay nada para nadie, ni para MORENA ni para la Alianza.

Lo que sí es cierto es que todos los partidos partirán de cero en elección para gobernadora o gobernador. En su momento, MORENA tendrá problemas para elegir ya sea a Marina Vitela o José Ramón Enríquez, sin embargo, irónicamente la alianza pasará las de Abel y Caín para resolver cuál de los dos partidos se quedará con la candidatura a la gobernatura.

En este tema, el PRI no es el “ave fénix” que todos dicen, es más bien una fiera herida. A la hora de la verdad, los tricolores reclamarán que ellos pusieron los votos, los del PAN les dirán somos el partido en el poder, nuestro gobierno ha hecho toda la obra pública del Estado y lo que políticamente significa. Nuestro jefe político recorre todos los días diferentes lugares del Estado, pero no es para hacerle propaganda al PRI, y donde manda capitán no gobierna marinero.

Quienes desde ahora son la propuesta del PRI, a través de Ismael Hernández Deras son: Ricardo Pacheco y Rubén Escajeda. En la mesa de enfrente estará José Rosas Aispuro Torres con un as debajo de la manga, o mejor dicho el famoso caballo negro. El PRI y el PAN tienen un pastel para partir en su momento, el problema es quién lo repartirá entre los invitados a la fiesta. La lógica nos dice que las palomitas blancas vestidas de azul se podrían quedar con la mejor rebanada del pastel: La candidatura al Gobierno del Estado.

En el reparto de las pasadas candidaturas a diputados locales y federales, se dejaron heridas y división al interior de esos partidos. Es posible que en su momento la decisión de la alianza dejará heridas de muerte que tardarán mucho en sanar. Si desde el rancho “Las Águilas” están pensando que será fácil nombrar al candidato a gobernador, candidata a la presidencia municipal, si es pasión, que se les borre.

No es lo mismo ir juntos que solos. Por más votos que haya sacado el PRI, no serán suficientes para imponer condiciones. Creemos que el PAN tiene muchos defectos, pero no es un partido palero o que se vende, como el PRD o el Verde Ecologista. En esta vida lo único seguro es la muerte. En el asunto de la alianza, como dijo Ricardo Pacheco: “Si llegamos vivos, lo veremos”.

Hay qué decirlo: Con los resultados de la pasada elección, el beneficiado fue el PRI. Pensando en un sismo al interior de la futura alianza, ¿qué pasaría si no se ponen de acuerdo? El escenario podría ser: Por el PRI Ricardo Pacheco y Rubén Escajeda Jiménez. En el PAN, Héctor Flores, Jorge Salum o Javier Castrellón. Este último no gestiona recursos, pero ya está haciendo campaña con los del PRI. ¿Javier ya tendrá el voto de todos los panistas en la bolsa? Solos o en alianza, los nombres no cambiarán.

Parafraseando al clásico: Vale más perder de pie que ganar de rodillas. Hace unos días, en la Ciudad de México las cúpulas del PAN, PRI y PRD, anunciaron que van juntos en alianza para disputar las gubernaturas en 2022, entre ellas Durango.

En este contexto, sólo hay que esperar los tiempos oficiales para que los partidos hagan el anuncio. De fuentes muy cercanas al Bicentenario, comentan que la alianza es un hecho, y que ya le midieron el agua a los camotes. Saben que sólo yendo juntos otra vez le podrían ganar la gubernatura a MORENA.

La posible alianza ya hace cuentas alegres: Entre el PAN y el PRI, obtuvieron 236 mil votos, si los conservaran lo cual sería casi imposible, necesitarían como 70 mil votos más para ganar la gubernatura, suma nada sencilla. Si se fueran cada quien por su lado, a MORENA sus 183 mil votos le darían el Bicentenario. Sólo hay un problema: En este momento, en la mesa ya se tomaron algunas decisiones, pero en realidad no hay nada para nadie, ni para MORENA ni para la Alianza.

Lo que sí es cierto es que todos los partidos partirán de cero en elección para gobernadora o gobernador. En su momento, MORENA tendrá problemas para elegir ya sea a Marina Vitela o José Ramón Enríquez, sin embargo, irónicamente la alianza pasará las de Abel y Caín para resolver cuál de los dos partidos se quedará con la candidatura a la gobernatura.

En este tema, el PRI no es el “ave fénix” que todos dicen, es más bien una fiera herida. A la hora de la verdad, los tricolores reclamarán que ellos pusieron los votos, los del PAN les dirán somos el partido en el poder, nuestro gobierno ha hecho toda la obra pública del Estado y lo que políticamente significa. Nuestro jefe político recorre todos los días diferentes lugares del Estado, pero no es para hacerle propaganda al PRI, y donde manda capitán no gobierna marinero.

Quienes desde ahora son la propuesta del PRI, a través de Ismael Hernández Deras son: Ricardo Pacheco y Rubén Escajeda. En la mesa de enfrente estará José Rosas Aispuro Torres con un as debajo de la manga, o mejor dicho el famoso caballo negro. El PRI y el PAN tienen un pastel para partir en su momento, el problema es quién lo repartirá entre los invitados a la fiesta. La lógica nos dice que las palomitas blancas vestidas de azul se podrían quedar con la mejor rebanada del pastel: La candidatura al Gobierno del Estado.

En el reparto de las pasadas candidaturas a diputados locales y federales, se dejaron heridas y división al interior de esos partidos. Es posible que en su momento la decisión de la alianza dejará heridas de muerte que tardarán mucho en sanar. Si desde el rancho “Las Águilas” están pensando que será fácil nombrar al candidato a gobernador, candidata a la presidencia municipal, si es pasión, que se les borre.

No es lo mismo ir juntos que solos. Por más votos que haya sacado el PRI, no serán suficientes para imponer condiciones. Creemos que el PAN tiene muchos defectos, pero no es un partido palero o que se vende, como el PRD o el Verde Ecologista. En esta vida lo único seguro es la muerte. En el asunto de la alianza, como dijo Ricardo Pacheco: “Si llegamos vivos, lo veremos”.

Hay qué decirlo: Con los resultados de la pasada elección, el beneficiado fue el PRI. Pensando en un sismo al interior de la futura alianza, ¿qué pasaría si no se ponen de acuerdo? El escenario podría ser: Por el PRI Ricardo Pacheco y Rubén Escajeda Jiménez. En el PAN, Héctor Flores, Jorge Salum o Javier Castrellón. Este último no gestiona recursos, pero ya está haciendo campaña con los del PRI. ¿Javier ya tendrá el voto de todos los panistas en la bolsa? Solos o en alianza, los nombres no cambiarán.