A quién creer sobre la meningitis
En la colaboración próxima pasada hablé sobre la situación tan compleja a la que se enfrentaba el gobierno de Esteban Villegas Villarreal, por los casos de lo que ha sido denominado como meningitis micótica que, lamentablemente, ha cobrado hasta el momento la vida de 23 personas y ha hecho que la mirada de la comunidad científica internacional se encuentre en Durango por el poco conocimiento que se tiene de este tipo de padecimientos.
En esta ocasión quisiera destacar algunos aspectos. En primer lugar, la confianza hacia los políticos se encuentra en los índices más bajos de credibilidad. Contados son los casos de personas que confían en las recomendaciones que brindan los gobiernos. En la interpretación colectiva, si un gobierno da una pauta, la mayor parte de los ciudadanos hace lo opuesto.
En el caso de Durango justificaciones sobran. La herencia de José Rosas Aispuro Torres a la sociedad triplicó, en el mejor de los casos, esa desconfianza. Corrupción por doquier sin culpables de primer nivel hasta el momento. Saqueo al erario histórico, descomunal. Sin freno. Los verdaderos responsables pasean sin culpa ni remordimiento alguno ateniéndose a que meterán tras las rejas a cualquiera, menos a ellos.
Enojo, rabia o impotencia, son emociones que no alcanzan a describir el sentir de los duranguenses que sólo deseamos lo que pocas veces obtenemos: Que un gobernador cumpla su palabra abandonando cualquier tipo de interés político-cupular. Esta es una oportunidad de oro para que el gobierno en turno deje de lado el adagio popular de que para los políticos la moral es un árbol que da moras.
Cómo saber en quién confiar cuando por un lado la autoridad gira órdenes de aprehensión contra los dueños de los diversos hospitales privados inmersos en esta situación que derivó en la meningitis micótica, y por otro, grupos “sin rostro” desatan el linchamiento contra funcionarios de salud de la administración pasada a través de las redes sociales, aprovechando el encono social contra Aispuro Torres, Elvira Barrantes y compañía.
Por una parte, se realiza un trabajo profesional invitando a funcionarios de salud federal para dar mayor transparencia a su actuar y por el otro, grupos en el anonimato echan sal y limón a la herida aún abierta contra la administración pasada. Lo único que se genera con todo esto es que la espesa niebla de sospecha no se disipe.
En el caso de lo más importante para el ser humano, que es la salud, no hay que escatimar en esfuerzos. Es prioritario que hagamos caso a las recomendaciones de los gobiernos porque es lo que brindará mayor certeza a nosotros mismos y a nuestras familias. Ya tocará al gobernador revisar quiénes se benefician con este linchamiento en las redes y actuar en consecuencia, pues el único resultado que obtuvieron fue incrementar la sospecha del trabajo conjunto que realiza la Cofepris y la Fiscalía General del Estado.
@raulgonzalezr