/ domingo 22 de noviembre de 2020

Al PRI le urgen las alianzas

“Somos dos viejos amigos que estando vencidos creemos en Dios”

-José Alfredo Jiménez


Es cierto que en política nadie muere del todo, como sería el caso del PRI. Se puede justificar diciendo no estaba muerto, andaba de parranda, pero sería muy frívolo que con las victorias de Hidalgo y Coahuila se sintiera el ave fénix de la política mexicana. Es legítimo, y además legal, que el partido que fundó Plutarco Elías Calles busque hacer alianzas con el PAN, PRD, Verde Ecologista y Movimiento Ciudadano en 2021. La razón del partido tricolor es muy sencilla: perdieron el poder y los privilegios de muchos años. Vivieron con la idea del partido invencible, la aplanadora, fraudes, elecciones de trámite, exportadores de cuadros, mayorías absolutas, partido de Estado, pero un día, como la canción de Roberto Cantoral: “todo se derrumbó dentro de mí, dentro de mí”.

Ningún otro partido en México tiene tanta historia como el PRI. Fue por muchos años un partido ejemplo en América Latina y estudiado en muchas partes del mundo, entre otras cosas porque nació como el único partido que ya tenía el poder, como una herencia de los grupos y los caudillos de la Revolución Mexicana se dedicó a conservarlo, hasta que en el año 2000 Vicente Fox los mandó de vacaciones. Hoy como tercera fuerza política saben que no podrán desbancar como tercera fuerza a MORENA por esta razón el PAN les cayó como anillo al dedo. En este contexto, el Partido Acción Nacional podría pagar una factura muy cara, en cambio el PRI tiene todo que ganar y nada que perder. Como se sabe, el objetivo de esta posible alianza entre los tricolores y las palomitas blancas vestidas de azul, lo que los une, no es MORENA, es más bien Andrés Manuel López Obrador y su estilo personal de gobernar

En 2018, el PRI y el PAN ni yendo juntos le hubieran ganado a AMLO. Pero como el hubiera no existe, los dos partidos en la mesa y brindis de por medio, hacen sus cuentas para quitarle a MORENA la mayoría en la Cámara de Diputados. Ellos lo dan por hecho, o al menos así piensa Enrique Benítez Ojeda. Por cierto, aprovechando el viaje, en el estado de Nuevo León ya le tocaron al PRI las golondrinas los empresarios, el PAN y Movimiento Ciudadano. Esto es un ejemplo de lo que les podría pasar en varios estados del país. Si en las negociaciones de la alianza del tricolor con los demás partidos quieren imponer condiciones fracasarán, el único que podría decidir la última palabra sería el PAN. Los blanquiazules nunca pondrían en riesgo seguir siendo la segunda fuerza política, como es el caso de Durango y de otros estados donde son gobierno. Al contrario, si hay alianza, en su momento el PAN buscará fortalecerse rumbo al 2021, 2022 y 2024.

Aquí en Durango, los acuerdos de una posible alianza se pondrán color de hormiga, por no decir imposibles. De haberla, se comienza a decir que será el que despacha en el Bicentenario quien tome la decisión y no quien manda en las oficinas del boulevard Domingo Arrieta. En honor a la verdad, cabe la posibilidad, como siempre pasa, que los acuerdos se hagan en las cúpulas de estos partidos. Por razones de espacio, en próximas colaboraciones seguiremos hablando ampliamente del tema. Por lo pronto es oportuno preguntar: ¿Óscar García Barrón irá en alianza con el partido que acaba de dejar, junto con otros militantes del PRI local que han seguido su ejemplo? ¿Carlos Maturino Manzanera o Mar Grecia cederían el IV distrito a Enrique Benítez? ¿Ismael Hernández Deras o Rubén Escajeda Jiménez harían lo mimo en el III distrito con Óscar García Barrón? Como nos damos cuenta, hay muchas preguntas en esta posible alianza, que si se llegara a realizar más bien sería de facto.

“Somos dos viejos amigos que estando vencidos creemos en Dios”

-José Alfredo Jiménez


Es cierto que en política nadie muere del todo, como sería el caso del PRI. Se puede justificar diciendo no estaba muerto, andaba de parranda, pero sería muy frívolo que con las victorias de Hidalgo y Coahuila se sintiera el ave fénix de la política mexicana. Es legítimo, y además legal, que el partido que fundó Plutarco Elías Calles busque hacer alianzas con el PAN, PRD, Verde Ecologista y Movimiento Ciudadano en 2021. La razón del partido tricolor es muy sencilla: perdieron el poder y los privilegios de muchos años. Vivieron con la idea del partido invencible, la aplanadora, fraudes, elecciones de trámite, exportadores de cuadros, mayorías absolutas, partido de Estado, pero un día, como la canción de Roberto Cantoral: “todo se derrumbó dentro de mí, dentro de mí”.

Ningún otro partido en México tiene tanta historia como el PRI. Fue por muchos años un partido ejemplo en América Latina y estudiado en muchas partes del mundo, entre otras cosas porque nació como el único partido que ya tenía el poder, como una herencia de los grupos y los caudillos de la Revolución Mexicana se dedicó a conservarlo, hasta que en el año 2000 Vicente Fox los mandó de vacaciones. Hoy como tercera fuerza política saben que no podrán desbancar como tercera fuerza a MORENA por esta razón el PAN les cayó como anillo al dedo. En este contexto, el Partido Acción Nacional podría pagar una factura muy cara, en cambio el PRI tiene todo que ganar y nada que perder. Como se sabe, el objetivo de esta posible alianza entre los tricolores y las palomitas blancas vestidas de azul, lo que los une, no es MORENA, es más bien Andrés Manuel López Obrador y su estilo personal de gobernar

En 2018, el PRI y el PAN ni yendo juntos le hubieran ganado a AMLO. Pero como el hubiera no existe, los dos partidos en la mesa y brindis de por medio, hacen sus cuentas para quitarle a MORENA la mayoría en la Cámara de Diputados. Ellos lo dan por hecho, o al menos así piensa Enrique Benítez Ojeda. Por cierto, aprovechando el viaje, en el estado de Nuevo León ya le tocaron al PRI las golondrinas los empresarios, el PAN y Movimiento Ciudadano. Esto es un ejemplo de lo que les podría pasar en varios estados del país. Si en las negociaciones de la alianza del tricolor con los demás partidos quieren imponer condiciones fracasarán, el único que podría decidir la última palabra sería el PAN. Los blanquiazules nunca pondrían en riesgo seguir siendo la segunda fuerza política, como es el caso de Durango y de otros estados donde son gobierno. Al contrario, si hay alianza, en su momento el PAN buscará fortalecerse rumbo al 2021, 2022 y 2024.

Aquí en Durango, los acuerdos de una posible alianza se pondrán color de hormiga, por no decir imposibles. De haberla, se comienza a decir que será el que despacha en el Bicentenario quien tome la decisión y no quien manda en las oficinas del boulevard Domingo Arrieta. En honor a la verdad, cabe la posibilidad, como siempre pasa, que los acuerdos se hagan en las cúpulas de estos partidos. Por razones de espacio, en próximas colaboraciones seguiremos hablando ampliamente del tema. Por lo pronto es oportuno preguntar: ¿Óscar García Barrón irá en alianza con el partido que acaba de dejar, junto con otros militantes del PRI local que han seguido su ejemplo? ¿Carlos Maturino Manzanera o Mar Grecia cederían el IV distrito a Enrique Benítez? ¿Ismael Hernández Deras o Rubén Escajeda Jiménez harían lo mimo en el III distrito con Óscar García Barrón? Como nos damos cuenta, hay muchas preguntas en esta posible alianza, que si se llegara a realizar más bien sería de facto.