/ viernes 9 de abril de 2021

De cal y de arena

El INE como órgano constitucional autónomo no está a discusión. Al INE lo integran el poder legislativo, los partidos políticos y los ciudadanos.

Tal vez por eso constantemente escuchamos decir que las elecciones las llevan a cabo los ciudadanos. Y en efecto, así es, pero la última palabra en este contexto es la del Consejo General, quien toma las decisiones. La participación ciudadana se concreta a integrar las mesas de casilla, desde su instalación hasta el cierre de las mismas, contar los votos, firmar las actas y trasladar las urnas a donde correspondan. Así que los ciudadanos no organizan las elecciones, sólo forman parte de ella.

El INE es considerado el árbitro en todo proceso electoral. Si Lorenzo Córdova lo es, los mexicanos debemos sentirnos orgullosos: Tenemos al árbitro más caro del mundo. Si nos atenemos a la jerga futbolera, el árbitro es quien aplica el reglamento de los participantes en un juego. Sin embargo, hay de árbitros a árbitros.

Por un lado, llama la atención que hasta ahora el árbitro tome en serio su papel, por fin se atrevió a fiscalizar los gastos de campaña de los precandidatos de diferentes partidos, y como consecuencia aplicó la sanción contemplada en la ley electoral, quitándoles el registro. Aplaudimos la decisión del Consejo General, pero preguntamos: ¿Por qué hasta ahora?

Un árbitro está obligado a ser imparcial, sin fobias a ningún partido o actor político. Debido a la política del árbitro, todos esperamos que si alguien rebasa el tope de campaña en más de un 5% se anule la elección. Cuando hay diferencia de menos del 5% entre el primero y segundo lugar. Y que haya piso parejo para todos los partidos.

El INE como órgano constitucional autónomo no está a discusión. Al INE lo integran el poder legislativo, los partidos políticos y los ciudadanos.

Tal vez por eso constantemente escuchamos decir que las elecciones las llevan a cabo los ciudadanos. Y en efecto, así es, pero la última palabra en este contexto es la del Consejo General, quien toma las decisiones. La participación ciudadana se concreta a integrar las mesas de casilla, desde su instalación hasta el cierre de las mismas, contar los votos, firmar las actas y trasladar las urnas a donde correspondan. Así que los ciudadanos no organizan las elecciones, sólo forman parte de ella.

El INE es considerado el árbitro en todo proceso electoral. Si Lorenzo Córdova lo es, los mexicanos debemos sentirnos orgullosos: Tenemos al árbitro más caro del mundo. Si nos atenemos a la jerga futbolera, el árbitro es quien aplica el reglamento de los participantes en un juego. Sin embargo, hay de árbitros a árbitros.

Por un lado, llama la atención que hasta ahora el árbitro tome en serio su papel, por fin se atrevió a fiscalizar los gastos de campaña de los precandidatos de diferentes partidos, y como consecuencia aplicó la sanción contemplada en la ley electoral, quitándoles el registro. Aplaudimos la decisión del Consejo General, pero preguntamos: ¿Por qué hasta ahora?

Un árbitro está obligado a ser imparcial, sin fobias a ningún partido o actor político. Debido a la política del árbitro, todos esperamos que si alguien rebasa el tope de campaña en más de un 5% se anule la elección. Cuando hay diferencia de menos del 5% entre el primero y segundo lugar. Y que haya piso parejo para todos los partidos.