Hace días, acompañé a don Máximo Hernández Astorga, cronista oficial de El Salto, Pueblo Nuevo, Dgo., a la presentación del libro “Indehé a 456 años de su fundación”.
La cita tuvo como escenario la Escuela Telesecundaria de Puerta de Cabrera, del municipio de Indé, como una actividad cultural enmarcada en el octogésimo aniversario de la creación de la Colonia Agrícola “José Aguirre Salas”, y del Trigésimo Octavo aniversario del Sistema Estatal de Telesecundaria. Un programa cultural inusitado en la comunidad de la zona frijolera de Los Llanos de Cabrera, que originó en los asistentes un sentimiento de identidad y rescate de sus raíces y costumbres.
Un nutrido grupo de madres de familia y jornaleros de la región, hicieron que el evento organizado por el Sistema Estatal de Telesecundaria y la Presidencia Municipal de Indé, cobrara relevancia toda vez que la institución anfitriona es la de mayor reconocimiento en la población.
Al tomar la palabra la presidente municipal, Dolores Lucero, hizo hincapié en la trascendencia e importancia de que un coterráneo como Máximo Hernández, quien, no obstante, radicar lejos de su terruño, ama entrañablemente su historia y tradición y le devuelve de manera simbólica su agradecimiento a través de la publicación de su obra, al destacar lo más relevante y representativo que posee Indé a más de 456 años de su fundación.
En su calidad de mujer entregada a las causas históricas, la alcaldesa elogió el esfuerzo de don Max como cariñosamente se le conoce en la región minera de Indé, comprometiéndose públicamente a apoyar económicamente las investigaciones del cronista nativo del municipio de Indé, pero avecindado por motivos profesionales en El Salto, Pueblo Nuevo, Dgo.
Por su parte, el maestro Guillermo Gutiérrez García, presentador del libro, esbozó de manera sucinta el contenido histórico de la obra de don Max, resaltando la importancia del conquistador español, Rodrigo Río de la Loza, como fundador del pueblo minero de Indé, así como de las haciendas y estancias que circundan la actual población minera; abordó con gran sapiencia los aspectos históricos desarrollados durante la Revolución Mexicana hasta nuestros días.
En lo personal, traje a colación durante mi intervención en la presentación del libro, que el poblado de Puerta de Cabrera formó parte de la hacienda de Canutillo, que habitara el general Francisco Villa por espacio de tres años, y que justamente fuera la región de Los Llanos de Cabrera donde actualmente se localiza el pueblo de Puerta de Cabrera donde el general Villa, desplegara toda su inteligencia en materia agrícola, para desarrollar en el norte de Durango, el “granero del norte de México”. De esa estatura es el pueblo, historia y tradición, que unidos al 80 aniversario de la Colonia Agrícola, festejaron con aplausos un festín de identidad histórica que les obsequió su paisano Máximo Hernández.
Don Max, profundamente conmovido por los comentarios vertidos antes y durante el acto de presentación de su libro, con su particular estilo de empatía con su gente, agradeció a la presidenta municipal de Indé su espíritu colaborativo, a Teodoro Ortiz Parra, en su calidad de director general del SETEL, al supervisor escolar profesor Héctor Díaz Ortega y sus presentadores, la disposición para hacer realidad el viejo anhelo de presentar una de sus obras relativas a su tierra, prácticamente al aire libre, conviviendo con la naturaleza y con su pueblo.
Don Max habló de su historia familiar hilvanándola de manera extraordinaria con el entorno histórico del municipio minero, evocó a personajes históricos como el reconocido maestro y escritor Catarino Herrera, y al propio Pancho Villa.
El libro de don Máximo Hernández, es una lectura obligada para los amantes de la historia regional, su lectura es ágil y amena y altamente recomendable para que cada biblioteca del municipio de Indé cuente con un ejemplar.
En un acto de generosidad, don Max obsequió varios ejemplares a las escuelas del lugar y a la biblioteca pública municipal; una obra que el propio autor sufragó de su peculio, lo anterior, hace más grande no sólo a su persona sino a su desprendimiento por la cultura y el rescate identitario de su terruño.
Bienvenida la nueva obra de don Max, un ejemplo de amor y pasión por el quehacer de la crónica municipalista.
