/ miércoles 7 de febrero de 2024

Un siglo de feminismo con Juana Belén Gtz.


Hace pocos días escuché un discurso del presidente municipal capitalino Toño Ochoa, donde manifestó que Durango cumplía en materia de alerta de violencia de género, permitiendo la paz y tranquilidad para las mujeres, gracias a las estrategias implementadas durante su gestión municipal; por su parte, Mina Argumedo, directora del Instituto Municipal de la Mujer (IMM), complementó que se habían implementado protocolos contra el acoso y enfatizó que la prevención de la violencia de género era una política pública en el municipio.

Lo anterior sale a colación porque hace cien años, una duranguense se atrevió a publicar un libro desafiando al machismo recalcitrante de aquella época, así como a las instituciones gubernamentales del país. Hace un siglo era impensable que una mujer escribiera acerca de los asuntos de eventual competencia de los varones. Hace una centuria, la duranguense Juana Belén Gutiérrez de Mendoza tuvo el valor de escribir la obra ¡Por la tierra y por la raza! Un texto donde aborda su experiencia como maestra misionera, integrada a un equipo que reivindicaba a los indígenas, en la que criticó el programa educativo de las misiones culturales emprendidas por José Vasconcelos. En el libro precisó su ideología indigenista haciendo un llamado a mantener sus tradiciones.

Juana Belén Gutiérrez de Mendoza fomentó la literatura feminista radical y en particular en contra de los cánones del catolicismo, la corrupción política, y las injusticias sociales durante el porfiriato. Gutiérrez de Mendoza fue una convencida de la democracia y pugnó para que el pueblo emitiera su sufragio y así derrocar a la oligarquía militar y reemplazarlos por funcionarios civiles.

Conociendo la esencia liberal de algunos durangueños, en 1901 Juana Belén Gutiérrez de Mendoza entabló comunicación con el general reformista Francisco O. Arce, quien vivía en la capital duranguense y se encontraba en las postrimerías de su vida. Otalora Arce como director del periódico la “Bandera Roja” de osado perfil liberal, publicó un escrito revelando a los lectores durangueños una misiva enviada Juana Belén al periódico, siendo el propio Francisco O. Arce, quien manifestó su admiración hacia ella por empuñar el glorioso estandarte de la libertad en los momentos críticos en donde la historia se erigía sobre una montaña de preocupaciones y fanatismo, y que saludaba a la mujer mexicana que rompía sus seculares cadenas y entraba al concierto democrático y a la lucha que iniciaba el Partido Liberal.

El abordar el tema de la relevancia de la mujer durangueña por parte del edil capitalino y la directora del Instituto Municipal de la Mujer, es recordar que, en el estado de Durango, nació una gran mujer que no sólo reivindicó los derechos femeninos, sino que fincó las bases para que quien invoque en la actualidad esos derechos, recuerde que ella fue orgullosamente promotora de los mismos. Ojalá que Toño Ochoa y Mina Argumedo, abran un foro de discusión histórica acerca de las impulsoras del feminismo en Durango; que dicho sea de paso existen muchas y son reconocidas, porque ¡Sí hay mujeres en Durango! como la Lic. Julieta Hernández Camargo.

Juana Belén Gutiérrez fomentó la literatura feminista radical y en particular en contra de los cánones del catolicismo


Hace pocos días escuché un discurso del presidente municipal capitalino Toño Ochoa, donde manifestó que Durango cumplía en materia de alerta de violencia de género, permitiendo la paz y tranquilidad para las mujeres, gracias a las estrategias implementadas durante su gestión municipal; por su parte, Mina Argumedo, directora del Instituto Municipal de la Mujer (IMM), complementó que se habían implementado protocolos contra el acoso y enfatizó que la prevención de la violencia de género era una política pública en el municipio.

Lo anterior sale a colación porque hace cien años, una duranguense se atrevió a publicar un libro desafiando al machismo recalcitrante de aquella época, así como a las instituciones gubernamentales del país. Hace un siglo era impensable que una mujer escribiera acerca de los asuntos de eventual competencia de los varones. Hace una centuria, la duranguense Juana Belén Gutiérrez de Mendoza tuvo el valor de escribir la obra ¡Por la tierra y por la raza! Un texto donde aborda su experiencia como maestra misionera, integrada a un equipo que reivindicaba a los indígenas, en la que criticó el programa educativo de las misiones culturales emprendidas por José Vasconcelos. En el libro precisó su ideología indigenista haciendo un llamado a mantener sus tradiciones.

Juana Belén Gutiérrez de Mendoza fomentó la literatura feminista radical y en particular en contra de los cánones del catolicismo, la corrupción política, y las injusticias sociales durante el porfiriato. Gutiérrez de Mendoza fue una convencida de la democracia y pugnó para que el pueblo emitiera su sufragio y así derrocar a la oligarquía militar y reemplazarlos por funcionarios civiles.

Conociendo la esencia liberal de algunos durangueños, en 1901 Juana Belén Gutiérrez de Mendoza entabló comunicación con el general reformista Francisco O. Arce, quien vivía en la capital duranguense y se encontraba en las postrimerías de su vida. Otalora Arce como director del periódico la “Bandera Roja” de osado perfil liberal, publicó un escrito revelando a los lectores durangueños una misiva enviada Juana Belén al periódico, siendo el propio Francisco O. Arce, quien manifestó su admiración hacia ella por empuñar el glorioso estandarte de la libertad en los momentos críticos en donde la historia se erigía sobre una montaña de preocupaciones y fanatismo, y que saludaba a la mujer mexicana que rompía sus seculares cadenas y entraba al concierto democrático y a la lucha que iniciaba el Partido Liberal.

El abordar el tema de la relevancia de la mujer durangueña por parte del edil capitalino y la directora del Instituto Municipal de la Mujer, es recordar que, en el estado de Durango, nació una gran mujer que no sólo reivindicó los derechos femeninos, sino que fincó las bases para que quien invoque en la actualidad esos derechos, recuerde que ella fue orgullosamente promotora de los mismos. Ojalá que Toño Ochoa y Mina Argumedo, abran un foro de discusión histórica acerca de las impulsoras del feminismo en Durango; que dicho sea de paso existen muchas y son reconocidas, porque ¡Sí hay mujeres en Durango! como la Lic. Julieta Hernández Camargo.

Juana Belén Gutiérrez fomentó la literatura feminista radical y en particular en contra de los cánones del catolicismo