/ lunes 16 de marzo de 2020

Indicador mediático

Andamos muy relajados. La política de prevención para evitar contagios de enfermedades respiratorias, como es el caso del COVID-19, no ha sido tomada muy en serio y, esto es, porque México registra un estatus de primera fase, según los especialistas.

Para el Gobierno Federal esto no es una alarma, al contrario, tenemos esa “fuerza moral” para esperarnos a que el contagio se propague con mayor fuerza y así entrar en una etapa de alerta nacional.

Un claro ejemplo de cómo México está minimizando las acciones preventivas es observando al presidente de la República, quien desde siempre ha afirmado que “no pasa nada”, que todos debemos abrazarnos y besarnos.

En una de sus mañaneras, López Obrador dijo que él debe dar imagen de confianza, de fuerza, y no andar con tapabocas “porque imagínense qué es lo que van a pensar”, señaló. No obstante, emitir un mensaje de seguridad debería ser su tarea. Andamos muy relajados.

Otro ejemplo fue la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, por permitir que se llevara a cabo el Vive Latino donde asistieron más de 40 mil personas y tomaron medidas especiales para 27 personas que detectaron con alta temperatura.

Los lugares concentrados son estrictamente señalados por los protocolos internacionales pero a quien manda en la Ciudad de México eso importó le un bledo. El Vive Latino se llevó a cabo ante el cuestionamiento de un sector social no menor.

¿Cómo un país como México estaría permitiendo eventos masivos ante la contingencia sanitaria internacional? Noticieros europeos criticaron fuertemente la falta de cumplimiento en los protocolos de la Federación.

Fue hasta ayer lunes que el Gobierno de la CDMX decidió cancelar eventos masivos donde estuvieran más de 500 personas. Hasta ayer lunes, luego de festejar el Vive Latino, pero eso sí, con la presencia de bandas legendarias como Gun’s Roses, a quienes obligaron a venir a México en cumplimiento de su contrato, pues ante la contingencia internacional se supo que se negaran a pisar tierras aztecas.

La única decisión favorable al Gobierno Federal fue iniciar un receso de vacaciones escolares a partir del 20 de marzo hasta el 20 de abril. Estados como Jalisco, Guanajuato y Yucatán, decidieron adelantarla a partir de ya, es decir, desde hoy martes 17 no habrá clases.

El anuncio del gobernador José Rosas Aispuro Torres resulta interesante, el declararse en sesión permanente en el Consejo de Seguridad de Salud y seguir el receso del 20 de marzo hasta el 20 de abril con tareas para los estudiantes desde sus casas.

Sin embargo, en México el anuncio de la Secretaría de Educación Pública (SEP) se sigue tomando como unas “súper vacaciones”. Tomemos el ejemplo de España. Cuando se suspendieron ciertas actividades, como las clases, antes de declararse un estado de cuarentena, ciudadanos viajaron a diferentes destinos, pues lo tomaron como un mega puente vacacional. La situación empeoró cuando llegaron con síntomas realmente preocupantes.

En Lombardía, Italia, fue otro caso de la falta de medidas preventivas. El primer ministro italiano, contaminado con el coronavirus, acudió a un hospital a que lo revisaran. Le dijeron que no era tan grave su asunto, mientras contagió a gran parte del hospital. Lo regresaron a su casa para que se recuperara pues creían que era una simple gripa. Al no poder contener la enfermedad acudió nuevamente, ahora sí lo internaron con las medidas necesarias. Para ese entonces ya había transmitido el virus en ese hospital, familiares y cercanos de su hogar. La historia después la conocemos todos. Inició la crisis en ese país debido a ese paciente.

En el entorno internacional el detalle está en que países como Canadá, Estados Unidos, El Salvador, Guatemala, Honduras, Argentina, Chile y hasta Venezuela, están tomando medidas importantes que van hasta el cierre de fronteras. Pero en México aún no se informa algo similar. Al contrario, todos los pasajeros que viajaban a Estados Unidos y Europa están siendo recibidos aquí.

Andamos muy relajados. La política de prevención para evitar contagios de enfermedades respiratorias, como es el caso del COVID-19, no ha sido tomada muy en serio y, esto es, porque México registra un estatus de primera fase, según los especialistas.

Para el Gobierno Federal esto no es una alarma, al contrario, tenemos esa “fuerza moral” para esperarnos a que el contagio se propague con mayor fuerza y así entrar en una etapa de alerta nacional.

Un claro ejemplo de cómo México está minimizando las acciones preventivas es observando al presidente de la República, quien desde siempre ha afirmado que “no pasa nada”, que todos debemos abrazarnos y besarnos.

En una de sus mañaneras, López Obrador dijo que él debe dar imagen de confianza, de fuerza, y no andar con tapabocas “porque imagínense qué es lo que van a pensar”, señaló. No obstante, emitir un mensaje de seguridad debería ser su tarea. Andamos muy relajados.

Otro ejemplo fue la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, por permitir que se llevara a cabo el Vive Latino donde asistieron más de 40 mil personas y tomaron medidas especiales para 27 personas que detectaron con alta temperatura.

Los lugares concentrados son estrictamente señalados por los protocolos internacionales pero a quien manda en la Ciudad de México eso importó le un bledo. El Vive Latino se llevó a cabo ante el cuestionamiento de un sector social no menor.

¿Cómo un país como México estaría permitiendo eventos masivos ante la contingencia sanitaria internacional? Noticieros europeos criticaron fuertemente la falta de cumplimiento en los protocolos de la Federación.

Fue hasta ayer lunes que el Gobierno de la CDMX decidió cancelar eventos masivos donde estuvieran más de 500 personas. Hasta ayer lunes, luego de festejar el Vive Latino, pero eso sí, con la presencia de bandas legendarias como Gun’s Roses, a quienes obligaron a venir a México en cumplimiento de su contrato, pues ante la contingencia internacional se supo que se negaran a pisar tierras aztecas.

La única decisión favorable al Gobierno Federal fue iniciar un receso de vacaciones escolares a partir del 20 de marzo hasta el 20 de abril. Estados como Jalisco, Guanajuato y Yucatán, decidieron adelantarla a partir de ya, es decir, desde hoy martes 17 no habrá clases.

El anuncio del gobernador José Rosas Aispuro Torres resulta interesante, el declararse en sesión permanente en el Consejo de Seguridad de Salud y seguir el receso del 20 de marzo hasta el 20 de abril con tareas para los estudiantes desde sus casas.

Sin embargo, en México el anuncio de la Secretaría de Educación Pública (SEP) se sigue tomando como unas “súper vacaciones”. Tomemos el ejemplo de España. Cuando se suspendieron ciertas actividades, como las clases, antes de declararse un estado de cuarentena, ciudadanos viajaron a diferentes destinos, pues lo tomaron como un mega puente vacacional. La situación empeoró cuando llegaron con síntomas realmente preocupantes.

En Lombardía, Italia, fue otro caso de la falta de medidas preventivas. El primer ministro italiano, contaminado con el coronavirus, acudió a un hospital a que lo revisaran. Le dijeron que no era tan grave su asunto, mientras contagió a gran parte del hospital. Lo regresaron a su casa para que se recuperara pues creían que era una simple gripa. Al no poder contener la enfermedad acudió nuevamente, ahora sí lo internaron con las medidas necesarias. Para ese entonces ya había transmitido el virus en ese hospital, familiares y cercanos de su hogar. La historia después la conocemos todos. Inició la crisis en ese país debido a ese paciente.

En el entorno internacional el detalle está en que países como Canadá, Estados Unidos, El Salvador, Guatemala, Honduras, Argentina, Chile y hasta Venezuela, están tomando medidas importantes que van hasta el cierre de fronteras. Pero en México aún no se informa algo similar. Al contrario, todos los pasajeros que viajaban a Estados Unidos y Europa están siendo recibidos aquí.