/ miércoles 31 de enero de 2024

J. Gpe. De la Rueda; un pueblo con historia bajo el agua

La desaparecida hacienda de J. Guadalupe de la Rueda, Ocampo, Dgo., cuyas ruinas se encuentran sumergidas en las aguas de la presa “Federalismo Mexicano” conocida en la región como presa de “San Gabriel”, esconde interesantes historias que forman parte de nuestra durangueñeidad. Hace más de 150 años, justo el 4 de junio de 1863, el periódico “La Libertad” de Durango, dio a conocer un documento que expresa la inconformidad de los habitantes de “Rueda de Guadalupe”, municipio de Bocas, respecto a la intervención francesa en México; la postura fue la siguiente:

“No dejaremos las armas de la mano hasta que la República… esté libre de la invasión francesa… en contra de todos los que intenten trastornar el sistema que hemos adoptado…contra las paces que se celebren debajo de la derrota del ejército mexicano, y al frente de las armas francesas… se presentan ante el C. gobernador del Estado… eleve esta propuesta, que repetimos una, dos, tres y cuantas veces la naturaleza nos permita. Junio 4 de 1863 -firman 28 ciudadanos y por 60 que no saben firmar refrendó: Santos Barrón.

En el mismo periódico aparece otro comunicado de apoyo suscrito en Rueda de Guadalupe, el 4 de junio de 1863, firmado por las señoras Cesaria Domínguez de Pereyra, Dolores Pereyra y Jovita Valverde donde señalan: “Las que suscribimos nos ofrecemos al C. Gobernador para que si creyera útiles nuestros servicios nos ocupe a favor de la patria y en contra de las fuerzas del emperador de los franceses…” La aparición manifiesta de la mujer duranguense durante la lucha de intervención francesa se hizo patente en el municipio de Villa Ocampo, de tal suerte que esta acción viene a encumbrar a la mujer en el terreno de la acción militar y de combate.

La casa grande fue propiedad del señor Abel Pereyra, la edificación se remonta a fines del siglo XVIII, desconociéndose con exactitud la fecha de su construcción, sin embargo, queda establecido que su construcción fue contemporánea al establecimiento del antiguo poblado de San Gabriel fundado en 1731.

Antes de la época revolucionaria la hacienda de J. Guadalupe de la Rueda se constituyó como “Casa de Cadena” o del perdón”; que fue una distinción que le otorgó el gobierno porfirista a la hacienda de Abel Pereyra, gracias a la relación de compadrazgo con Porfirio Díaz; por lo que políticamente la hacienda fue respetada en toda la región norte del país. Gracias a lo anterior, don Abel Pereyra, gozó de la amistad Francisco Villa, toda vez que antes del estallido de la revolución, cuando Villa fue perseguido y apresado por la Acordada, Abel Pereyra le concedió el indulto en la hacienda de J. Guadalupe de la Rueda, aun cuando el Centauro del Norte no contaba con el prestigio alcanzado durante la época revolucionaria. Al emigrar la familia Pereyra a Francia, el destino de la finca de J. Guadalupe de la Rueda, pasó a manos de la comunidad, y durante décadas funcionó como escuela primaria; y a finales de la década de los 70’s, los habitantes utilizaron los muros labrados de cantera en corrales ganaderos y finalmente con la construcción de la presa San Gabriel en la década de los setenta, el pueblo y la hacienda quedó bajo las aguas profundas de la citada presa.

La desaparecida hacienda de J. Guadalupe de la Rueda, Ocampo, Dgo., cuyas ruinas se encuentran sumergidas en las aguas de la presa “Federalismo Mexicano” conocida en la región como presa de “San Gabriel”, esconde interesantes historias que forman parte de nuestra durangueñeidad. Hace más de 150 años, justo el 4 de junio de 1863, el periódico “La Libertad” de Durango, dio a conocer un documento que expresa la inconformidad de los habitantes de “Rueda de Guadalupe”, municipio de Bocas, respecto a la intervención francesa en México; la postura fue la siguiente:

“No dejaremos las armas de la mano hasta que la República… esté libre de la invasión francesa… en contra de todos los que intenten trastornar el sistema que hemos adoptado…contra las paces que se celebren debajo de la derrota del ejército mexicano, y al frente de las armas francesas… se presentan ante el C. gobernador del Estado… eleve esta propuesta, que repetimos una, dos, tres y cuantas veces la naturaleza nos permita. Junio 4 de 1863 -firman 28 ciudadanos y por 60 que no saben firmar refrendó: Santos Barrón.

En el mismo periódico aparece otro comunicado de apoyo suscrito en Rueda de Guadalupe, el 4 de junio de 1863, firmado por las señoras Cesaria Domínguez de Pereyra, Dolores Pereyra y Jovita Valverde donde señalan: “Las que suscribimos nos ofrecemos al C. Gobernador para que si creyera útiles nuestros servicios nos ocupe a favor de la patria y en contra de las fuerzas del emperador de los franceses…” La aparición manifiesta de la mujer duranguense durante la lucha de intervención francesa se hizo patente en el municipio de Villa Ocampo, de tal suerte que esta acción viene a encumbrar a la mujer en el terreno de la acción militar y de combate.

La casa grande fue propiedad del señor Abel Pereyra, la edificación se remonta a fines del siglo XVIII, desconociéndose con exactitud la fecha de su construcción, sin embargo, queda establecido que su construcción fue contemporánea al establecimiento del antiguo poblado de San Gabriel fundado en 1731.

Antes de la época revolucionaria la hacienda de J. Guadalupe de la Rueda se constituyó como “Casa de Cadena” o del perdón”; que fue una distinción que le otorgó el gobierno porfirista a la hacienda de Abel Pereyra, gracias a la relación de compadrazgo con Porfirio Díaz; por lo que políticamente la hacienda fue respetada en toda la región norte del país. Gracias a lo anterior, don Abel Pereyra, gozó de la amistad Francisco Villa, toda vez que antes del estallido de la revolución, cuando Villa fue perseguido y apresado por la Acordada, Abel Pereyra le concedió el indulto en la hacienda de J. Guadalupe de la Rueda, aun cuando el Centauro del Norte no contaba con el prestigio alcanzado durante la época revolucionaria. Al emigrar la familia Pereyra a Francia, el destino de la finca de J. Guadalupe de la Rueda, pasó a manos de la comunidad, y durante décadas funcionó como escuela primaria; y a finales de la década de los 70’s, los habitantes utilizaron los muros labrados de cantera en corrales ganaderos y finalmente con la construcción de la presa San Gabriel en la década de los setenta, el pueblo y la hacienda quedó bajo las aguas profundas de la citada presa.