/ martes 16 de julio de 2019

La masonería durangueña, vigente dentro del cambio

En el nonagésimo sexto aniversario del jubileo inaugural de la Gran Logia de Estado “Guadalupe Victoria”, y en el marco del aniversario de la fundación de Durango, el pasado sábado 13 de julio, la Fraternidad masónica se reunió para recordar los cimientos de la masonería durangueña, que data desde los inicios en la Independencia con el insigne masón Santiago Baca Ortiz, hasta nuestros días; una tarea difícil por los avatares propios de la masonería a más de 200 años de su aparición en estas tierras durangueñas.

Entre sus invitados especiales destacó la presencia del Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de Valle de México, Francisco José Ortiz Campos; Ayax Cassian Valtierra, anfitrión del evento, en su calidad de Muy Respetable Gran Maestro de la Gran Logia de Estado Guadalupe Victoria; así mismo, Fernando Martínez, Secretario Ejecutivo de la Confederación de Grandes Logias Regulares de los Estados Unidos Mexicanos; además de diversos representantes de las grandes logias de Chihuahua, Zacatecas, Coahuila y Sinaloa.

Una fecha que resulta imprescindible para ocuparnos del bagaje histórico que posee Durango en esa Fraternidad de hombres libres, con el fin de abstraer la sabia del conocimiento y la filosofía de la vida de aquellos personajes que pulieron los sinuosos caminos, hasta llegar a la luz del entendimiento. Esa semilla que germinó hace 200 años, ha recorrido diversas etapas de la transformación social y política en México, lo que nos permite tener una visión invaluable de su ejercicio.

La masonería se estableció en nuestra Entidad Federativa, mucho antes de la etapa Independentista, según lo consignado por el ilustre masón e historiador durangueño Fernando Ramírez, quien destacó que el senador Jesús María Mena encabezaba el Rito Escocés, mientras que Santiago Baca Ortiz, en el Rito Yorquino, este último amparado por el también Masón duranguense José Miguel Adaucto Fernández Félix, mejor conocido como Guadalupe Victoria, mientras que en el argot de la masonería se autodenominó como “El Águila Negra”. Durante la etapa Reforma, descollaron figuras emblemáticas como el periodista Francisco Zarco Mateos, y los gobernadores: Francisco Gómez Palacio, José María Patoni, Francisco O. Arce y Miguel Cruz Aedo, entre otros.

Uno de los datos que ha permeado en la Fraternidad duranguense, y que se ha trasmitido de generación en generación, fue el arribo del masón oaxaqueño Benito Juárez García, a esta ciudad en su calidad de Presidente de México, una fecha histórica marcada el 26 de diciembre de 1866; y a partir de ese día, el “Benemérito de las Américas” determinó que fuera Durango la sede de su gobierno itinerante hasta el día 14 de enero de 1867, y durante su estancia en la capital, dedicó gran parte de su tiempo a trabajos al interior de la masonería, con encuentros reservados con connotado masones de la entidad, entre ellos Francisco Gómez Palacio y Silvestre Aranda, para conocer de la situación de la Orden Masónica.

En el devenir histórico del siglo XX, queda marcado como fecha trascendental hasta nuestros días, en la Orden Masónica, el 26 de noviembre de 1912, con la fundación de la Logia Simbólica “Francisco Zarco”, en tiempos donde el Ilustre Masón Francisco I. Madero, fue Presidente de México, después de un proceso revolucionario que no se concluyó sino hasta 1923, año en que fuera asesinado en Parral, Chihuahua, el general Francisco Villa, que a decir, de algunos historiadores, es el año que cierra la etapa de la Revolución Mexicana.

En ese contexto nace la Gran Logia de Estado Guadalupe Victoria un 8 de julio de 1923, cobijado por un grupo de esforzados masones como el notable escritor y pedagogo Everardo Gámiz Olivas, el constituyente de 1917 Antonio Gutiérrez Rivera, el revolucionario y defensor de los agraristas Arturo Terrones Benítez, el general Rafael Buelna Tenorio, el general Eulogio Ortiz, y el líder ferrocarrilero Antonio R. Ramos, entre otros, que escribieron una de las páginas más memorables de la masonería en Durango y que de igual manera con el tiempo se inscribió en la Confederación de Grandes Logias Regulares de los Estados Unidos Mexicanos; la Confederación Masónica Interamericana y de la Conferencia Mundial de Grandes Logias Masónicas Regulares. De esa manera hace presencia nuestra Gran Logia de Estado Guadalupe Victoria en el contexto local e internacional.

Mucho tiempo y vientos han pasado desde la fundación de la Gran Logia de Estado en Durango, varios proyectos se han consolidado en aras del crecimiento y desarrollo de la masonería durangueña.

La Fraternidad que Durango observa, posee una visión completa y asertiva de Durango, su sociedad y sus gobernantes, mismos que se empeñan cada día, en la construcción del Durango que se desea, y cada quien en su ámbito lo hace, en esa pretensión de crear cada día, mejores hombres y mejores ciudadanos.

En el nonagésimo sexto aniversario del jubileo inaugural de la Gran Logia de Estado “Guadalupe Victoria”, y en el marco del aniversario de la fundación de Durango, el pasado sábado 13 de julio, la Fraternidad masónica se reunió para recordar los cimientos de la masonería durangueña, que data desde los inicios en la Independencia con el insigne masón Santiago Baca Ortiz, hasta nuestros días; una tarea difícil por los avatares propios de la masonería a más de 200 años de su aparición en estas tierras durangueñas.

Entre sus invitados especiales destacó la presencia del Muy Poderoso Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo de Valle de México, Francisco José Ortiz Campos; Ayax Cassian Valtierra, anfitrión del evento, en su calidad de Muy Respetable Gran Maestro de la Gran Logia de Estado Guadalupe Victoria; así mismo, Fernando Martínez, Secretario Ejecutivo de la Confederación de Grandes Logias Regulares de los Estados Unidos Mexicanos; además de diversos representantes de las grandes logias de Chihuahua, Zacatecas, Coahuila y Sinaloa.

Una fecha que resulta imprescindible para ocuparnos del bagaje histórico que posee Durango en esa Fraternidad de hombres libres, con el fin de abstraer la sabia del conocimiento y la filosofía de la vida de aquellos personajes que pulieron los sinuosos caminos, hasta llegar a la luz del entendimiento. Esa semilla que germinó hace 200 años, ha recorrido diversas etapas de la transformación social y política en México, lo que nos permite tener una visión invaluable de su ejercicio.

La masonería se estableció en nuestra Entidad Federativa, mucho antes de la etapa Independentista, según lo consignado por el ilustre masón e historiador durangueño Fernando Ramírez, quien destacó que el senador Jesús María Mena encabezaba el Rito Escocés, mientras que Santiago Baca Ortiz, en el Rito Yorquino, este último amparado por el también Masón duranguense José Miguel Adaucto Fernández Félix, mejor conocido como Guadalupe Victoria, mientras que en el argot de la masonería se autodenominó como “El Águila Negra”. Durante la etapa Reforma, descollaron figuras emblemáticas como el periodista Francisco Zarco Mateos, y los gobernadores: Francisco Gómez Palacio, José María Patoni, Francisco O. Arce y Miguel Cruz Aedo, entre otros.

Uno de los datos que ha permeado en la Fraternidad duranguense, y que se ha trasmitido de generación en generación, fue el arribo del masón oaxaqueño Benito Juárez García, a esta ciudad en su calidad de Presidente de México, una fecha histórica marcada el 26 de diciembre de 1866; y a partir de ese día, el “Benemérito de las Américas” determinó que fuera Durango la sede de su gobierno itinerante hasta el día 14 de enero de 1867, y durante su estancia en la capital, dedicó gran parte de su tiempo a trabajos al interior de la masonería, con encuentros reservados con connotado masones de la entidad, entre ellos Francisco Gómez Palacio y Silvestre Aranda, para conocer de la situación de la Orden Masónica.

En el devenir histórico del siglo XX, queda marcado como fecha trascendental hasta nuestros días, en la Orden Masónica, el 26 de noviembre de 1912, con la fundación de la Logia Simbólica “Francisco Zarco”, en tiempos donde el Ilustre Masón Francisco I. Madero, fue Presidente de México, después de un proceso revolucionario que no se concluyó sino hasta 1923, año en que fuera asesinado en Parral, Chihuahua, el general Francisco Villa, que a decir, de algunos historiadores, es el año que cierra la etapa de la Revolución Mexicana.

En ese contexto nace la Gran Logia de Estado Guadalupe Victoria un 8 de julio de 1923, cobijado por un grupo de esforzados masones como el notable escritor y pedagogo Everardo Gámiz Olivas, el constituyente de 1917 Antonio Gutiérrez Rivera, el revolucionario y defensor de los agraristas Arturo Terrones Benítez, el general Rafael Buelna Tenorio, el general Eulogio Ortiz, y el líder ferrocarrilero Antonio R. Ramos, entre otros, que escribieron una de las páginas más memorables de la masonería en Durango y que de igual manera con el tiempo se inscribió en la Confederación de Grandes Logias Regulares de los Estados Unidos Mexicanos; la Confederación Masónica Interamericana y de la Conferencia Mundial de Grandes Logias Masónicas Regulares. De esa manera hace presencia nuestra Gran Logia de Estado Guadalupe Victoria en el contexto local e internacional.

Mucho tiempo y vientos han pasado desde la fundación de la Gran Logia de Estado en Durango, varios proyectos se han consolidado en aras del crecimiento y desarrollo de la masonería durangueña.

La Fraternidad que Durango observa, posee una visión completa y asertiva de Durango, su sociedad y sus gobernantes, mismos que se empeñan cada día, en la construcción del Durango que se desea, y cada quien en su ámbito lo hace, en esa pretensión de crear cada día, mejores hombres y mejores ciudadanos.