Corre fuerte el rumor de que la candidata por MORENA a la presidencia de la República, Claudia Sheinbaum, lejos de sumar votos a la causa del proyecto continuista del presidente López Obrador los está restando.
Para nadie es un secreto que los altos niveles en la tendencia del voto alcanzados por Claudia no son realmente por sus virtudes y carisma, sino que obedecen a otros factores del todo ajenos a la voluntad de la candidata de Palacio Nacional.
Efectivamente, la ascendencia que el propio presidente mantiene en el electorado, las grandes sumas de dinero que fluyen en los eventos donde la candidata se presenta y la intervención de los llamados servidores de la nación, que amenazan a los beneficiarios de los programas sociales con quitárselos sino votan por Morena, son solo algunos de estos factores.
No podemos dejar de lado otro factor: el que la candidata del frente opositor no logró mantener su tendencia de crecimiento mostrado al inicio de su incursión en el proceso; Xóchitl Gálvez se quedó estacionada en su tendencia de voto.
La realidad es que este proceso electoral ha sido bastante aburrido, dicho en términos coloquiales, las campañas no levantan, y menos la de Claudia, hecho que tiene preocupado al de Macuspana; nadie mejor que él sabe que todo ese revuelo de la exorbitante ventaja que marcan las encuestas en favor de su candidata no es tal.
Esta es la razón por la que decidió anticipar el paquete de reformas a la Constitución; había dicho que lo haría hasta septiembre, una vez renovada la legislatura y con mayoría de los suyos, pero ante el hecho de que su candidata no despega, necesita generar camorra, y que mejor manera que acudir a los resortes emocionales del pueblo bueno y sabio.
Así entonces, el paquete de reformas que este 5 de febrero enviará el presidente al Congreso está condenado a no ser aprobado, pero eso no interesa, el fin es generar camorra para restarle puntos a la oposición por su rechazo.
