/ martes 8 de mayo de 2018

Los símbolos del ITD. El orgullo guinda

El ITD ha formado a más de 20 mil profesionistas que viven y se desempeñan profesionalmente en Durango y allá de nuestras fronteras.

El Consejo -integrado en su mayoría por egresados exitosos del sector empresarial y académico, y liderazgos de organismos de la sociedad civil- habría de jugar, en el 70 aniversario de la fundación del ITD, un papel importante en los encuentros de reflexión que motivan las conmemoraciones en 2018.

Los símbolos primigenios del Instituto Tecnológico de Durango (ITD), a partir de que en 1948, el ingeniero José Gutiérrez Osornio, en el marco del convenio del Estado con la SEP, decidió vincular el proyecto duranguense con el Instituto Politécnico Nacional (IPN), son: uno, el lema “La Técnica al Servicio de la Patria”; dos, los colores Guinda y Blanco; tres, la mascota (la burrita blanca), y cuatro, la porra (“Siquitibum a la bim bom ba…”).

Estos son legados del IPN, pero a partir de la segunda mitad del siglo XX, a medida que el ITD fue constituyéndose como piedra angular de un Sistema Nacional al de Institutos Tecnológicos de la SEP, se fueron generando nuevas representaciones y elementos distintivos de la institución de su comunidad que fortalecían nuestra identidad en lo local, nacional y regional.

Entre estos, a) la imagen de su edificio insignia de la colonia Nueva Vizcaya, inaugurado en 1944; b) el Escudo, con un águila cobijando las especialidades del Tecno en sus inicios; c) la marcha con que la Banda de Guerra encabeza los desfiles (adaptación y apropiación de “Leven anclas de la US Navy Band”); d) el Himno a los Institutos Tecnológicos, producto de un concurso nacional con motivo de la celebración del 40 aniversario del sistema, el cual fue musicalizado por Ernesto Reséndiz Cisneros y tocado por primera vez en Durango por su grupo musical. (Tecnológicos, Luz de la Ciencia; plataforma para el porvenir…), y también, e) Estéreo Tecnológico, que constituye un fuerte elemento de fortaleza, a la que le dio alma el ingeniero Jorge Herrera Delgado (QEPD).

Un elemento fundamental de identidad y amor al Tecnológico es; f) la Historia del ITD, que empezó a detallarse y socializaré puntualmente desde Durango durante la conmemoración del XXX aniversario de la Enseñanza Técnica en Provincia, realizada en Durango. Desde 1978, preocupado por la identidad como lazo de unión entre los integrantes de la comunidad Tecnológica -que incluye egresados- me he ocupado por contribuir al fortalecimiento institucional del ITD y el sistema, a partir de la definición y difusión de sus principios, ideología, de sus símbolos comunes y del rescate de sus antecedentes históricos como elementos de cohesión y compromiso de hacer realidad gran parte de los ambiciosos objetivos que el Estado Mexicano fijó a nuestras Instituciones desde su origen. Ese año se distribuyó el libro del ingeniero José Gutiérrez Osornio, Instituto Tecnológico de Durango, editado por el Sistema Nacional de Institutos Tecnológicos Regionales de la SEP del cual estaba a cargo.

El ITD ha formado a más de 20 mil profesionistas que viven y se desempeñan profesionalmente en Durango y allá de nuestras fronteras. El proceso de consolidación del Tecno, como Institución de Educación Superior, se puso en marcha en la segunda mitad del siglo XX; en 1960 se estableció la Ingeniería Industrial, en 1977 llega el posgrado con la maestría en Planificación Industrial y el Doctorado en 1995. De estos últimos hechos fui actor institucional y testigo.

Volvamos a la celebración del 70 aniversario que propicia una reflexión colectiva sobre sus orígenes históricos y perspectivas en el siglo XXI, así como la reactivación de un proceso de reafirmación de nuestra identidad, sentido de pertenencia a la comunidad técnica.

El pasado 27 de abril, atendiendo una invitación de la ingeniera Peregrina Valdez, acudí a una reunión de los nuevos integrantes del Consejo de Vinculación del Instituto Tecnológico de Durango (ITD), que le toca presidir, y el director, Ing. Jesús Astorga Pérez, me distinguió encomendándome la Toma de Protesta con el argumento de que fui el primer egresado del ITD, director general del Sistema Nacional de Institutos Tecnológicos de la SEP.

Aproveché el uso de la palabra para resaltar que el Consejo -integrado en su mayoría por egresados exitosos del sector empresarial y académico, y liderazgos de organismos de la sociedad civil- habría de jugar, en el 70 aniversario de la fundación del ITD, un papel importante en los encuentros de reflexión que motivan las conmemoraciones en 2018.

Subrayé que como tarea adicional a la de “mejorar y construir nuevos puentes de comunicación entre la institución y el sector productivo, “habremos de coadyuvar en el fortalecimiento de nuestra identidad como integrantes de una Comunidad Técnica comprometida con los superiores objetivos institucionales del Tecno”.

Al respecto recordaré, que hace diez años en El Sol de Durango escribí que era “necesario un “Decálogo de Deberes y Derechos de los Egresados” y que en la década de los 60, cuando quedábamos inscritos nos entregaban una credencial con los colores en la que, junto con el escudo y el lema “La Técnica al Servicio de la Patria”, se incluía “El Decálogo del Estudiante Técnico” por eso hoy escribo sobre los símbolos del ITD y sobre los orígenes y trayectoria histórica de nuestro Tecnológico y que a mi juicio, son elementos que nos formaron cívicamente y aún nos dan identidad y cohesión espiritual en el siglo XXI.

El ITD ha formado a más de 20 mil profesionistas que viven y se desempeñan profesionalmente en Durango y allá de nuestras fronteras.

El Consejo -integrado en su mayoría por egresados exitosos del sector empresarial y académico, y liderazgos de organismos de la sociedad civil- habría de jugar, en el 70 aniversario de la fundación del ITD, un papel importante en los encuentros de reflexión que motivan las conmemoraciones en 2018.

Los símbolos primigenios del Instituto Tecnológico de Durango (ITD), a partir de que en 1948, el ingeniero José Gutiérrez Osornio, en el marco del convenio del Estado con la SEP, decidió vincular el proyecto duranguense con el Instituto Politécnico Nacional (IPN), son: uno, el lema “La Técnica al Servicio de la Patria”; dos, los colores Guinda y Blanco; tres, la mascota (la burrita blanca), y cuatro, la porra (“Siquitibum a la bim bom ba…”).

Estos son legados del IPN, pero a partir de la segunda mitad del siglo XX, a medida que el ITD fue constituyéndose como piedra angular de un Sistema Nacional al de Institutos Tecnológicos de la SEP, se fueron generando nuevas representaciones y elementos distintivos de la institución de su comunidad que fortalecían nuestra identidad en lo local, nacional y regional.

Entre estos, a) la imagen de su edificio insignia de la colonia Nueva Vizcaya, inaugurado en 1944; b) el Escudo, con un águila cobijando las especialidades del Tecno en sus inicios; c) la marcha con que la Banda de Guerra encabeza los desfiles (adaptación y apropiación de “Leven anclas de la US Navy Band”); d) el Himno a los Institutos Tecnológicos, producto de un concurso nacional con motivo de la celebración del 40 aniversario del sistema, el cual fue musicalizado por Ernesto Reséndiz Cisneros y tocado por primera vez en Durango por su grupo musical. (Tecnológicos, Luz de la Ciencia; plataforma para el porvenir…), y también, e) Estéreo Tecnológico, que constituye un fuerte elemento de fortaleza, a la que le dio alma el ingeniero Jorge Herrera Delgado (QEPD).

Un elemento fundamental de identidad y amor al Tecnológico es; f) la Historia del ITD, que empezó a detallarse y socializaré puntualmente desde Durango durante la conmemoración del XXX aniversario de la Enseñanza Técnica en Provincia, realizada en Durango. Desde 1978, preocupado por la identidad como lazo de unión entre los integrantes de la comunidad Tecnológica -que incluye egresados- me he ocupado por contribuir al fortalecimiento institucional del ITD y el sistema, a partir de la definición y difusión de sus principios, ideología, de sus símbolos comunes y del rescate de sus antecedentes históricos como elementos de cohesión y compromiso de hacer realidad gran parte de los ambiciosos objetivos que el Estado Mexicano fijó a nuestras Instituciones desde su origen. Ese año se distribuyó el libro del ingeniero José Gutiérrez Osornio, Instituto Tecnológico de Durango, editado por el Sistema Nacional de Institutos Tecnológicos Regionales de la SEP del cual estaba a cargo.

El ITD ha formado a más de 20 mil profesionistas que viven y se desempeñan profesionalmente en Durango y allá de nuestras fronteras. El proceso de consolidación del Tecno, como Institución de Educación Superior, se puso en marcha en la segunda mitad del siglo XX; en 1960 se estableció la Ingeniería Industrial, en 1977 llega el posgrado con la maestría en Planificación Industrial y el Doctorado en 1995. De estos últimos hechos fui actor institucional y testigo.

Volvamos a la celebración del 70 aniversario que propicia una reflexión colectiva sobre sus orígenes históricos y perspectivas en el siglo XXI, así como la reactivación de un proceso de reafirmación de nuestra identidad, sentido de pertenencia a la comunidad técnica.

El pasado 27 de abril, atendiendo una invitación de la ingeniera Peregrina Valdez, acudí a una reunión de los nuevos integrantes del Consejo de Vinculación del Instituto Tecnológico de Durango (ITD), que le toca presidir, y el director, Ing. Jesús Astorga Pérez, me distinguió encomendándome la Toma de Protesta con el argumento de que fui el primer egresado del ITD, director general del Sistema Nacional de Institutos Tecnológicos de la SEP.

Aproveché el uso de la palabra para resaltar que el Consejo -integrado en su mayoría por egresados exitosos del sector empresarial y académico, y liderazgos de organismos de la sociedad civil- habría de jugar, en el 70 aniversario de la fundación del ITD, un papel importante en los encuentros de reflexión que motivan las conmemoraciones en 2018.

Subrayé que como tarea adicional a la de “mejorar y construir nuevos puentes de comunicación entre la institución y el sector productivo, “habremos de coadyuvar en el fortalecimiento de nuestra identidad como integrantes de una Comunidad Técnica comprometida con los superiores objetivos institucionales del Tecno”.

Al respecto recordaré, que hace diez años en El Sol de Durango escribí que era “necesario un “Decálogo de Deberes y Derechos de los Egresados” y que en la década de los 60, cuando quedábamos inscritos nos entregaban una credencial con los colores en la que, junto con el escudo y el lema “La Técnica al Servicio de la Patria”, se incluía “El Decálogo del Estudiante Técnico” por eso hoy escribo sobre los símbolos del ITD y sobre los orígenes y trayectoria histórica de nuestro Tecnológico y que a mi juicio, son elementos que nos formaron cívicamente y aún nos dan identidad y cohesión espiritual en el siglo XXI.