/ martes 26 de diciembre de 2023

Navidad y Taiwán

Nota editorial: Internacionalista por parte de la Universidad Anáhuac en la Ciudad de México.

En la arena mundial, los acontecimientos se excluyen de festividades, cristianas occidentales, como Navidad. Noticieros de renombre como BBC News y CNN muestran continuamente nuevas notas de Gaza, así como de Ucrania, en las que se refleja el movimiento de las fichas en el mapa global. Si bien estas guerras no son las únicas, sí revelan la carrera hegemónica entre los frentes gracias a su posición geoestratégica. Categoría a la que indudablemente se apega Taiwán, zona de influencia que actualmente concentra la mayor tensión entre Estados Unidos y China. La competencia entre las potencias no pone pausa.

De esta manera, vale la pena analizar el acrecentamiento de tensiones en la isla el 24 de diciembre. Tras varias semanas de un escalamiento en las acciones militares de Beijing sobre Taipéi, el Ministerio de Defensa taiwanés reportó la presencia de 22 aviones y 7 buques de las Fuerzas Armadas de China el domingo. A tales maniobras, el gobierno de Tsai Ing-Wen respondió con el despliegue de patrullas tanto aéreas, como marinas, para el monitoreo eficiente de la situación. Misma que obliga las potencias a encender sus alarmas ante la incertidumbre al mismo tiempo de un dilema de seguridad.

Además, el Presidente Xi Jinping ha declarado abiertamente las intenciones del gobierno para reunificar a Taiwán. Durante los últimos cuatro años la retórica y las acciones de política exterior de China se han robustecido de manera que se ha tratado de intimidar a la isla. Esto debido a que tras la reelección de Tsai Ing-Wen, Presidenta alineada a Occidente, ha expresado un rechazo con respecto a los planes anexionistas del Estado. Ésta ha sido desafiante en sus discursos, así como con su diplomacia. La visita de Nanci Pelosi, expresidenta de la Cámara de Representantes, en 2022, junto con su reunión con Kevin McCarthy, ex titular del mismo cargo, en California apenas en abril, comprometen los intereses nacionales de Beijing. De ahí que la hostilidad entre gobiernos crezca y éste último aumente su presión.

En línea con esto, según la inteligencia de Estados Unidos, China planea intervenir Taiwán en 2027. Aunque Xi Jinping ha negado dichas alegaciones, en su reunión con Joe Biden en San Francisco el mes pasado aceptó que la reunificación de la isla es una prioridad para su gobierno. Declaración coherente con el escalamiento de presión tanto militar, como política, ejercida sobre Taipéi. La cual no se excluye del panorama político de la isla pues ésta tendrá elecciones presidenciales y parlamentarias en enero del 2024. Por lo que esto funge como un factor a aprovechar por parte de Beijing para tratar de desestabilizar el plano doméstico, así como disuadir, o por lo menos reducir, una política exterior aversiva hacia el Estado chino.

Como resultado, las apuestas entre EU y China se exacerban. Para Washington es de máximo interés la independencia de Taiwán debido a la industria de microchips la cual alimenta buena parte de la esfera tecnológica estadounidense. Misma que es clave para su capacidad armamentística y, con ello, su seguridad nacional. Para Beijing, la expansión de su influencia a la isla significaría el comienzo de su dominio en Asia Pacífico, nuevas dinámicas intercontinentales, al mismo tiempo que el acaparamiento de industrias estratégicas como la ya mencionada. Esto propiciaría un ambiente aún más hostil entre las dos potencias que haría más complejo sostener una competencia responsable.

Nota editorial: Internacionalista por parte de la Universidad Anáhuac en la Ciudad de México.

En la arena mundial, los acontecimientos se excluyen de festividades, cristianas occidentales, como Navidad. Noticieros de renombre como BBC News y CNN muestran continuamente nuevas notas de Gaza, así como de Ucrania, en las que se refleja el movimiento de las fichas en el mapa global. Si bien estas guerras no son las únicas, sí revelan la carrera hegemónica entre los frentes gracias a su posición geoestratégica. Categoría a la que indudablemente se apega Taiwán, zona de influencia que actualmente concentra la mayor tensión entre Estados Unidos y China. La competencia entre las potencias no pone pausa.

De esta manera, vale la pena analizar el acrecentamiento de tensiones en la isla el 24 de diciembre. Tras varias semanas de un escalamiento en las acciones militares de Beijing sobre Taipéi, el Ministerio de Defensa taiwanés reportó la presencia de 22 aviones y 7 buques de las Fuerzas Armadas de China el domingo. A tales maniobras, el gobierno de Tsai Ing-Wen respondió con el despliegue de patrullas tanto aéreas, como marinas, para el monitoreo eficiente de la situación. Misma que obliga las potencias a encender sus alarmas ante la incertidumbre al mismo tiempo de un dilema de seguridad.

Además, el Presidente Xi Jinping ha declarado abiertamente las intenciones del gobierno para reunificar a Taiwán. Durante los últimos cuatro años la retórica y las acciones de política exterior de China se han robustecido de manera que se ha tratado de intimidar a la isla. Esto debido a que tras la reelección de Tsai Ing-Wen, Presidenta alineada a Occidente, ha expresado un rechazo con respecto a los planes anexionistas del Estado. Ésta ha sido desafiante en sus discursos, así como con su diplomacia. La visita de Nanci Pelosi, expresidenta de la Cámara de Representantes, en 2022, junto con su reunión con Kevin McCarthy, ex titular del mismo cargo, en California apenas en abril, comprometen los intereses nacionales de Beijing. De ahí que la hostilidad entre gobiernos crezca y éste último aumente su presión.

En línea con esto, según la inteligencia de Estados Unidos, China planea intervenir Taiwán en 2027. Aunque Xi Jinping ha negado dichas alegaciones, en su reunión con Joe Biden en San Francisco el mes pasado aceptó que la reunificación de la isla es una prioridad para su gobierno. Declaración coherente con el escalamiento de presión tanto militar, como política, ejercida sobre Taipéi. La cual no se excluye del panorama político de la isla pues ésta tendrá elecciones presidenciales y parlamentarias en enero del 2024. Por lo que esto funge como un factor a aprovechar por parte de Beijing para tratar de desestabilizar el plano doméstico, así como disuadir, o por lo menos reducir, una política exterior aversiva hacia el Estado chino.

Como resultado, las apuestas entre EU y China se exacerban. Para Washington es de máximo interés la independencia de Taiwán debido a la industria de microchips la cual alimenta buena parte de la esfera tecnológica estadounidense. Misma que es clave para su capacidad armamentística y, con ello, su seguridad nacional. Para Beijing, la expansión de su influencia a la isla significaría el comienzo de su dominio en Asia Pacífico, nuevas dinámicas intercontinentales, al mismo tiempo que el acaparamiento de industrias estratégicas como la ya mencionada. Esto propiciaría un ambiente aún más hostil entre las dos potencias que haría más complejo sostener una competencia responsable.

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