/ martes 5 de diciembre de 2023

Novelón fosfo fosfo

En días pasados veía una entrevista de Luis Donaldo Colosio, presidente municipal de Monterrey. De lo que dijo me quedó grabado en la mente una frase: “Si quieren gobiernos congruentes, hay que elegir a personas congruentes”.

Ser congruente significa actuar conforme a las ideas expresadas, esto es, seguir una lógica coherencia entre el decir y el hacer, advirtiendo que esto último debe ser de forma asertiva, es decir, sin perjudicar a los demás.

El problema es que en política difícilmente vamos a encontrar congruencia, por lo general los políticos acomodan sus ideas y actuación a la conveniencia del momento, así que perfectamente pueden actuar de una manera diferente a como lo habían venido manifestando.

Samuel García es el más claro ejemplo de lo anterior, en su narrativa ataca a la vieja política pero su actuación se ajusta plenamente a los usos y costumbres de la vieja política. Veamos.

A la vieja política no le gustan los equilibrios del poder ni la observancia de la ley, solo acuden a ella cuando les favorece. Pero el rasgo más característico de la vieja política es que se sienten los dueños de las instituciones que representan y de la voluntad de las personas que gobiernan.

Por eso, cuando se escucha a Samuel García gritar que hay que acabar con la vieja política (idea expresada) al tiempo que quiere imponer a un gobernador interino, ignorando lo que preceptúa la Constitución de Nuevo León (el hacer), se concluye que no hay lógica coherencia en la idea expresada y la actuación del gobernador.

Y más, con su actuación está causando un perjuicio a Nuevo León y al partido Movimiento Ciudadano, que ahora tendrá que encontrar a alguien que lo represente en el proceso electoral con la misma intensidad (hay que reconocerlo) de Samuel y Mariana.

Por lo pronto Samuel ya decidió; en su Nuevo León solo él mete las manos y los ciudadanos no votaran por las y los candidatos del prian.

No sé a usted pero a mí este novelón no me parece tan nuevo, se asemeja mucho al de otros gobernadores que ocultaron cosas extrañas que se descubrieron cuando ya no eran gobernadores. El interrogante es saber si en 4 años la historia de Samuel acabará igual que la de esos gobernadores.

En días pasados veía una entrevista de Luis Donaldo Colosio, presidente municipal de Monterrey. De lo que dijo me quedó grabado en la mente una frase: “Si quieren gobiernos congruentes, hay que elegir a personas congruentes”.

Ser congruente significa actuar conforme a las ideas expresadas, esto es, seguir una lógica coherencia entre el decir y el hacer, advirtiendo que esto último debe ser de forma asertiva, es decir, sin perjudicar a los demás.

El problema es que en política difícilmente vamos a encontrar congruencia, por lo general los políticos acomodan sus ideas y actuación a la conveniencia del momento, así que perfectamente pueden actuar de una manera diferente a como lo habían venido manifestando.

Samuel García es el más claro ejemplo de lo anterior, en su narrativa ataca a la vieja política pero su actuación se ajusta plenamente a los usos y costumbres de la vieja política. Veamos.

A la vieja política no le gustan los equilibrios del poder ni la observancia de la ley, solo acuden a ella cuando les favorece. Pero el rasgo más característico de la vieja política es que se sienten los dueños de las instituciones que representan y de la voluntad de las personas que gobiernan.

Por eso, cuando se escucha a Samuel García gritar que hay que acabar con la vieja política (idea expresada) al tiempo que quiere imponer a un gobernador interino, ignorando lo que preceptúa la Constitución de Nuevo León (el hacer), se concluye que no hay lógica coherencia en la idea expresada y la actuación del gobernador.

Y más, con su actuación está causando un perjuicio a Nuevo León y al partido Movimiento Ciudadano, que ahora tendrá que encontrar a alguien que lo represente en el proceso electoral con la misma intensidad (hay que reconocerlo) de Samuel y Mariana.

Por lo pronto Samuel ya decidió; en su Nuevo León solo él mete las manos y los ciudadanos no votaran por las y los candidatos del prian.

No sé a usted pero a mí este novelón no me parece tan nuevo, se asemeja mucho al de otros gobernadores que ocultaron cosas extrañas que se descubrieron cuando ya no eran gobernadores. El interrogante es saber si en 4 años la historia de Samuel acabará igual que la de esos gobernadores.