/ miércoles 31 de marzo de 2021

Olga Arias: Testimonio epistolar

El pasado 25 de marzo, tuve la fortuna de presentar mi reciente libro titulado Olga Arias: Testimonio Epistolar, en coautoría con el historiador Gilberto Jiménez Carrillo.

Para ello nos convocó Víctor Hugo Castañeda Soto, titular del Museo de la Ciudad, quien abrió la presentación del libro con un apasionado discurso. Un evento con todas las medidas precautorias respecto a la pandemia con la emotiva participación de Eduardo Campos Rodríguez, decano universitario y representante del rector de la UJED; Olga Natalia Weber Arias; la regidora de cultura; la síndico municipal; el empresario hotelero, Fernando Durán Escoboza y la presidenta de la Red de Escritores, Mónica Reveles.

En lo personal me siento verdaderamente satisfecho de haber coincidido en tiempo y espacio con una de las más grandes luminarias de la literatura durangueña: Olga Arias, a quien conocí por razones circunstanciales de mi afecto y apego a la cultura por la durangueñeidad; la traté en el preludio de su muerte.

Con ella compartí inolvidables charlas en su domicilio particular en función de que ambos pertenecimos al Consejo para el Rescate de los Antecedentes Históricos en el Estado de Durango, donde se publicaron varias obras de escritores duranguenses, incluyendo mi primer libro en 1994; de igual manera, coincidimos como colaboradores en el Semanario Enlace que editó en Congreso del Estado de Durango a principios de los noventa.

A partir de ese momento valoré la importancia y la estatura intelectual de Olga Arias a quien mi amigo Gilberto Jiménez y un servidor decidimos hacerle un homenaje a través de un epistolario que diera cuenta de su labor como durangueña, ante el difícil mundo de la literatura y sus vaivenes en la noble tarea de la edición de libros y de constituirse como publirrelacionista de sus propias ediciones. Ese es el valor implícito dentro de la obra creativa de Olga Arias, que suman más de cien libros entre novela, ensayo, crónica y medularmente poesía.

A través de la lectura del epistolario epistolar de Olga Arias, desentrañamos a personajes de la vida cultural e intelectual de México y el mundo, quienes reconocieron sus libros, con comentarios favorables; una tarea difícil por las barreras del idioma y el estilo peculiar de sus estructuras poéticas.

Con esta obra, reconocemos su trayectoria y valoramos entrega, dedicación y esfuerzo por darle un sitial a Durango en el mundo de la literatura.

El pasado 25 de marzo, tuve la fortuna de presentar mi reciente libro titulado Olga Arias: Testimonio Epistolar, en coautoría con el historiador Gilberto Jiménez Carrillo.

Para ello nos convocó Víctor Hugo Castañeda Soto, titular del Museo de la Ciudad, quien abrió la presentación del libro con un apasionado discurso. Un evento con todas las medidas precautorias respecto a la pandemia con la emotiva participación de Eduardo Campos Rodríguez, decano universitario y representante del rector de la UJED; Olga Natalia Weber Arias; la regidora de cultura; la síndico municipal; el empresario hotelero, Fernando Durán Escoboza y la presidenta de la Red de Escritores, Mónica Reveles.

En lo personal me siento verdaderamente satisfecho de haber coincidido en tiempo y espacio con una de las más grandes luminarias de la literatura durangueña: Olga Arias, a quien conocí por razones circunstanciales de mi afecto y apego a la cultura por la durangueñeidad; la traté en el preludio de su muerte.

Con ella compartí inolvidables charlas en su domicilio particular en función de que ambos pertenecimos al Consejo para el Rescate de los Antecedentes Históricos en el Estado de Durango, donde se publicaron varias obras de escritores duranguenses, incluyendo mi primer libro en 1994; de igual manera, coincidimos como colaboradores en el Semanario Enlace que editó en Congreso del Estado de Durango a principios de los noventa.

A partir de ese momento valoré la importancia y la estatura intelectual de Olga Arias a quien mi amigo Gilberto Jiménez y un servidor decidimos hacerle un homenaje a través de un epistolario que diera cuenta de su labor como durangueña, ante el difícil mundo de la literatura y sus vaivenes en la noble tarea de la edición de libros y de constituirse como publirrelacionista de sus propias ediciones. Ese es el valor implícito dentro de la obra creativa de Olga Arias, que suman más de cien libros entre novela, ensayo, crónica y medularmente poesía.

A través de la lectura del epistolario epistolar de Olga Arias, desentrañamos a personajes de la vida cultural e intelectual de México y el mundo, quienes reconocieron sus libros, con comentarios favorables; una tarea difícil por las barreras del idioma y el estilo peculiar de sus estructuras poéticas.

Con esta obra, reconocemos su trayectoria y valoramos entrega, dedicación y esfuerzo por darle un sitial a Durango en el mundo de la literatura.