/ martes 10 de diciembre de 2019

Por formalizar nuevo Tratado Comercial con EU y Canadá

Según la conferencia de prensa encabezada por Nancy Pelosi el día 10 de diciembre del 2019 por la mañana, en los Estados Unidos, junto con legisladores y el grupo negociador de este nuevo tratado en el Congreso de ese país, lo relevante para ellos fue lo siguiente:

1- Afirman haber logrado un cambio radical entre el Tratado que negoció la Administración de Trump y remitió al Congreso, y el que hoy podría firmarse por las tres naciones que lo conforman: México; Canadá y Estados Unidos.

2- Celebran que el nuevo Tratado busca el beneficio de los trabajadores del hemisferio; de los tres países, y de sus consumidores. Prueba de ello es que lo que mandó Trump a su Congreso, protegía por 12 años los derechos de las empresas farmacéuticas de EUA y que ello causaría que los consumidores de EUA fueran a comprar medicamentos en Canadá o México, y con ello gradualmente elevarían el precio de los medicamentos en todo el Hemisferio.

Dicen que eliminaron esa protección para las grandes farmacéuticas de EUA y con ello favorecen a los consumidores de los tres países del nuevo Tratado; no a las grandes farmacéuticas de los Estados Unidos (EUA).

3- Declaran haber logrado un triunfo pues este nuevo Tratado es totalmente diferente al TLC = NAFTA, y será más justo para los ciudadanos de EUA, pues pondrá el piso más parejo para una mejor competencia entre los tres países.

Un comentario de Nancy Pelosi sugiere que el TLC era el Tratado de México, pues lo favorecía, cosa que ya no pasará con el nuevo, pues tiene reglas para una mejor competencia, vía un mercado laboral hemisférico más justo.

4- Señalan haber logrado tres grandes objetivos en esta negociación del nuevo Tratado:

a) Mayor protección laboral para los trabajadores de los tres países, con reglas que favorecerán un piso más parejo para la competencia.

b) Mejores reglas para proteger el medio ambiente y la salud de los consumidores en la producción, distribución y consumo de los productos del hemisferio.

c) Mejor supervisión en el cumplimiento de reglas y sanciones drásticas para quienes las violen. Señalaron que la supervisión se realizará mediante comisiones o comités tripartitas.

Mis comentarios:

Una vez aceptado formalmente por los tres países, el nuevo Tratado pasará a los Congresos de cada país miembro para su discusión y eventual aprobación. Pienso que no habrá mayor debate, pero esto no podrá descartarse ni en EUA ni en México, por la polarización política que existe entre los Partidos Políticos de ambas naciones. No recuerdo que haya acuerdo de “Fast Track” ni en EUA, ni en México.

La gradual nivelación del mercado laboral de los tres países significará para México la obligación de lograr una mejora sustancial en sueldos y prestaciones para sus trabajadores.

Ello hará del nuevo Tratado una herramienta del Gobierno de la 4-T para lograr -sin tener que enfrentar a su clase empresarial y tal vez tampoco a los Líderes de Sindicatos Corporativos, si aún los hubieren- mejorar sueldos, prestaciones, poder de compra, y la realidad sindical para la “clase obrera” de nuestro país.

Puse entre comillas lo de “clase obrera”, pues con mejores salarios podrán transitar los hijos de los trabajadores mayor tiempo en niveles y grados escolares y lograr, con ello, mejor educación. Así, eventualmente, se logrará ampliar la clase media de México, vía más productividad, más desarrollo tecnológico, mayores ingresos y poder de compra, hasta acercarnos a ser una sociedad sin resabios “clasistas”.

El Tratado también pondrá reglas que evitarán el ejercicio del poder monopólico de las grandes corporaciones y ello sin duda ayudará a mejorar la distribución familiar y factorial (capital y trabajo) de los ingresos en México.

Bien logrado (pues aún tenemos que conocer su texto final) y bien administrado, este nuevo Tratado podría ser una buena herramienta para facilitar en México el cambio social y el desarrollo, y así lograr equidad con justicia distributiva; algo largamente enunciado en principios políticos y, sin embargo, una realidad a la que no hemos podido llegar, pues somos aún un país altamente inicuo.

El TLC o NAFTA nos ayudó a crecer, pero no favoreció mayor justicia social. Nuestra violenta realidad es una prueba palpable de ello.

Esperamos un buen final y lograr un buen Tratado, aprovechar sus oportunidades y que resulte, vía una buena administración pública y privada, en un México y en un hemisferio norteamericano (incluyendo Centroamérica, por sus efectos colaterales) más próspero y justo para todos.

Según la conferencia de prensa encabezada por Nancy Pelosi el día 10 de diciembre del 2019 por la mañana, en los Estados Unidos, junto con legisladores y el grupo negociador de este nuevo tratado en el Congreso de ese país, lo relevante para ellos fue lo siguiente:

1- Afirman haber logrado un cambio radical entre el Tratado que negoció la Administración de Trump y remitió al Congreso, y el que hoy podría firmarse por las tres naciones que lo conforman: México; Canadá y Estados Unidos.

2- Celebran que el nuevo Tratado busca el beneficio de los trabajadores del hemisferio; de los tres países, y de sus consumidores. Prueba de ello es que lo que mandó Trump a su Congreso, protegía por 12 años los derechos de las empresas farmacéuticas de EUA y que ello causaría que los consumidores de EUA fueran a comprar medicamentos en Canadá o México, y con ello gradualmente elevarían el precio de los medicamentos en todo el Hemisferio.

Dicen que eliminaron esa protección para las grandes farmacéuticas de EUA y con ello favorecen a los consumidores de los tres países del nuevo Tratado; no a las grandes farmacéuticas de los Estados Unidos (EUA).

3- Declaran haber logrado un triunfo pues este nuevo Tratado es totalmente diferente al TLC = NAFTA, y será más justo para los ciudadanos de EUA, pues pondrá el piso más parejo para una mejor competencia entre los tres países.

Un comentario de Nancy Pelosi sugiere que el TLC era el Tratado de México, pues lo favorecía, cosa que ya no pasará con el nuevo, pues tiene reglas para una mejor competencia, vía un mercado laboral hemisférico más justo.

4- Señalan haber logrado tres grandes objetivos en esta negociación del nuevo Tratado:

a) Mayor protección laboral para los trabajadores de los tres países, con reglas que favorecerán un piso más parejo para la competencia.

b) Mejores reglas para proteger el medio ambiente y la salud de los consumidores en la producción, distribución y consumo de los productos del hemisferio.

c) Mejor supervisión en el cumplimiento de reglas y sanciones drásticas para quienes las violen. Señalaron que la supervisión se realizará mediante comisiones o comités tripartitas.

Mis comentarios:

Una vez aceptado formalmente por los tres países, el nuevo Tratado pasará a los Congresos de cada país miembro para su discusión y eventual aprobación. Pienso que no habrá mayor debate, pero esto no podrá descartarse ni en EUA ni en México, por la polarización política que existe entre los Partidos Políticos de ambas naciones. No recuerdo que haya acuerdo de “Fast Track” ni en EUA, ni en México.

La gradual nivelación del mercado laboral de los tres países significará para México la obligación de lograr una mejora sustancial en sueldos y prestaciones para sus trabajadores.

Ello hará del nuevo Tratado una herramienta del Gobierno de la 4-T para lograr -sin tener que enfrentar a su clase empresarial y tal vez tampoco a los Líderes de Sindicatos Corporativos, si aún los hubieren- mejorar sueldos, prestaciones, poder de compra, y la realidad sindical para la “clase obrera” de nuestro país.

Puse entre comillas lo de “clase obrera”, pues con mejores salarios podrán transitar los hijos de los trabajadores mayor tiempo en niveles y grados escolares y lograr, con ello, mejor educación. Así, eventualmente, se logrará ampliar la clase media de México, vía más productividad, más desarrollo tecnológico, mayores ingresos y poder de compra, hasta acercarnos a ser una sociedad sin resabios “clasistas”.

El Tratado también pondrá reglas que evitarán el ejercicio del poder monopólico de las grandes corporaciones y ello sin duda ayudará a mejorar la distribución familiar y factorial (capital y trabajo) de los ingresos en México.

Bien logrado (pues aún tenemos que conocer su texto final) y bien administrado, este nuevo Tratado podría ser una buena herramienta para facilitar en México el cambio social y el desarrollo, y así lograr equidad con justicia distributiva; algo largamente enunciado en principios políticos y, sin embargo, una realidad a la que no hemos podido llegar, pues somos aún un país altamente inicuo.

El TLC o NAFTA nos ayudó a crecer, pero no favoreció mayor justicia social. Nuestra violenta realidad es una prueba palpable de ello.

Esperamos un buen final y lograr un buen Tratado, aprovechar sus oportunidades y que resulte, vía una buena administración pública y privada, en un México y en un hemisferio norteamericano (incluyendo Centroamérica, por sus efectos colaterales) más próspero y justo para todos.