/ miércoles 1 de septiembre de 2021

Prenda de G. Victoria adquirida por masones

El lunes 23 de agosto fue la cita con la historia de Durango. Ese día la empresa DHL acudió a mi domicilio con el fin de entregar un paquete que recorrió 2000 mil kilómetros desde la capital mexicana hasta Durango.

Lo que ignoró dicha empresa, es que fue partícipe de la transportación de la banda masónica que perteneció y portó en su tiempo el Gral. Guadalupe Victoria, como miembro de Fraternidad Masónica, es decir, el símbolo más emblemático e identitario que todo masón porta en el pecho durante los trabajos en Logia. La serie de negociaciones relativas a la apropiación de ese rarísimo objeto, considerado como una reliquia masónica, corrió a cargo de quien esto escribe y de Ignacio Salvador Segreste Calderón, subdelegado adjunto en Durango del Supremo Consejo de México; con el invaluable apoyo de Gilberto Jiménez Carrillo, director del Museo Nacional Francisco Villa, quien fue el promotor y enlace con Armando Victoria Santamaría, descendiente del histórico personaje.

Quien a su vez contactó al propietario de la prenda, cuya posesión permaneció y sobrevivió en su familia a través de las generaciones; así mismo, el escritor e historiador Alfonso Diez García, quien dio a conocer a través de su libro “La Vida Secreta de Guadalupe Victoria” la existencia de la banda masónica que perteneciera a Guadalupe Victoria; de alguna manera, los involucrados en su conjunto, hicieron posible que el objeto pasara a formar parte del patrimonio histórico y cultural de la Gran Logia Guadalupe Victoria de Durango, bajo el liderazgo de Carlos Magallanes Jiménez, en su calidad de muy respetable gran maestro.

El miércoles 25, se llevó a cabo un histórico evento en el templo de la orden masónica en Durango, para formalizar la recepción de tan importante símbolo ritualístico, cuyo valor implícito está colmado de identidad durangueña, toda vez que es un objeto único en los anales de la historia patrimonial, no sólo de la Fraternidad masónica, sino de la sociedad duranguense.

El acto de recepción se efectuó en presencia de un grupo de masones que atestiguaron el acto, con el protocolo masónico y las medidas de seguridad para manipular la legendaria prenda cercana a los 200 años de antigüedad, de seda azul ribeteada de color rojo, bordada con los distintivos de la regla, el compás, el sol y el templo de Salomón, entre otras alegorías.

La adquisición de la banda masónica se enmarca en el bicentenario de la conmemoración de la culminación de la guerra de independencia en México, y Durango como escenario de la última batalla en contra de las fuerzas realistas encabezadas por los insurgentes Pedro Celestino Negrete y Francisco Victoria, hermano del general Guadalupe Victoria; sumado a lo anterior, el 135 aniversario del natalicio de este último.

Sin duda, la adquisición de la banda masónica del primer presidente, resulta uno de los eventos más relevantes en materia histórica. En los próximos días, la Gran Logia de Estado en Durango, anunciará las festividades a realizar, para celebrar tal acontecimiento, que marca un antes y un después en los anales de la historia histórica y cultural de Durango.

El lunes 23 de agosto fue la cita con la historia de Durango. Ese día la empresa DHL acudió a mi domicilio con el fin de entregar un paquete que recorrió 2000 mil kilómetros desde la capital mexicana hasta Durango.

Lo que ignoró dicha empresa, es que fue partícipe de la transportación de la banda masónica que perteneció y portó en su tiempo el Gral. Guadalupe Victoria, como miembro de Fraternidad Masónica, es decir, el símbolo más emblemático e identitario que todo masón porta en el pecho durante los trabajos en Logia. La serie de negociaciones relativas a la apropiación de ese rarísimo objeto, considerado como una reliquia masónica, corrió a cargo de quien esto escribe y de Ignacio Salvador Segreste Calderón, subdelegado adjunto en Durango del Supremo Consejo de México; con el invaluable apoyo de Gilberto Jiménez Carrillo, director del Museo Nacional Francisco Villa, quien fue el promotor y enlace con Armando Victoria Santamaría, descendiente del histórico personaje.

Quien a su vez contactó al propietario de la prenda, cuya posesión permaneció y sobrevivió en su familia a través de las generaciones; así mismo, el escritor e historiador Alfonso Diez García, quien dio a conocer a través de su libro “La Vida Secreta de Guadalupe Victoria” la existencia de la banda masónica que perteneciera a Guadalupe Victoria; de alguna manera, los involucrados en su conjunto, hicieron posible que el objeto pasara a formar parte del patrimonio histórico y cultural de la Gran Logia Guadalupe Victoria de Durango, bajo el liderazgo de Carlos Magallanes Jiménez, en su calidad de muy respetable gran maestro.

El miércoles 25, se llevó a cabo un histórico evento en el templo de la orden masónica en Durango, para formalizar la recepción de tan importante símbolo ritualístico, cuyo valor implícito está colmado de identidad durangueña, toda vez que es un objeto único en los anales de la historia patrimonial, no sólo de la Fraternidad masónica, sino de la sociedad duranguense.

El acto de recepción se efectuó en presencia de un grupo de masones que atestiguaron el acto, con el protocolo masónico y las medidas de seguridad para manipular la legendaria prenda cercana a los 200 años de antigüedad, de seda azul ribeteada de color rojo, bordada con los distintivos de la regla, el compás, el sol y el templo de Salomón, entre otras alegorías.

La adquisición de la banda masónica se enmarca en el bicentenario de la conmemoración de la culminación de la guerra de independencia en México, y Durango como escenario de la última batalla en contra de las fuerzas realistas encabezadas por los insurgentes Pedro Celestino Negrete y Francisco Victoria, hermano del general Guadalupe Victoria; sumado a lo anterior, el 135 aniversario del natalicio de este último.

Sin duda, la adquisición de la banda masónica del primer presidente, resulta uno de los eventos más relevantes en materia histórica. En los próximos días, la Gran Logia de Estado en Durango, anunciará las festividades a realizar, para celebrar tal acontecimiento, que marca un antes y un después en los anales de la historia histórica y cultural de Durango.