/ jueves 28 de marzo de 2024

Semana Santa: la fe y la esperanza

La fe se acentúa, la esperanza es mayor y es muy honda la plegaria porque se acabe la inseguridad en nuestro país.

El Vaticano atento a la celebración, continúa aceptando, respetando y adoptando de manera estricta las leyes y la cultura en todos los lugares donde se profesa la religión católica.

Finalizaron, las restricciones para acudir a los oficios religiosos, al contrario, se han acrecentado desde el Domingo de Ramos para concluir el Domingo de Resurrección.

Las orientaciones del Vaticano han sido concretas y han orientado a los obispos para que valoren las situaciones actuales procurando el bien espiritual, tanto de los pastores, como de los fieles, sin omitir las disposiciones de las autoridades de los distintos lugares donde se encuentren.

Dentro del drama que ha sufrido la humanidad por la violencia, se ha relajado un poco la forma tradicional y habitual de celebrar la liturgia.

Las disposiciones emitidas continúan vigentes, pero han dado paso a una celebración también con una mayor fe y esperanza ante los embates de la inseguridad y de la violencia.

Celebración de la Semana Mayor:

1. Domingo de Ramos. La Conmemoración de la Entrada del Señor en Jerusalén se celebra en el interior del edificio sagrado; en las iglesias catedrales; en las iglesias parroquiales.

2. Misa crismal. Valorando la situación concreta en los diversos países, las Conferencias Episcopales podrían dar indicaciones sobre un posible traslado a otra fecha de acuerdo a las circunstancias que priven.

3. Jueves santo. El lavatorio de los pies, que ya es facultativo. Al final de la Misa en la Casa del Señor, se lleva a cabo la procesión y el Santísimo Sacramento. En este día, se concede excepcionalmente a los presbíteros la facultad de celebrar la misa, sin presencia de los fieles, en lugar adecuado.

4. Viernes Santo. En la oración universal, los obispos se encargarán de preparar una especial intención por los que se encuentran en situación de peligro, los enfermos y los difuntos (cf. Missale Romanum). La adoración de la Cruz con el beso será abierta.

5. Vigilia pascual. Se celebra sólo en las iglesias catedrales y parroquiales. Para la liturgia bautismal, se mantiene la renovación de las promesas bautismales (cf. Missales Romanim).

La Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos enfatiza en la necesidad de recurrir “al apoyo de los medios de comunicación social en el apoyo y la cercanía brindada a los pastores en relación con sus fieles”.

La Iglesia está presente en los momentos de angustia de los enfermos y en la extremaunción de los moribundos y del sufrimiento de los pueblos oprimidos en diferentes dimensiones

La Semana Santa en México, como en muchos países más, es de la más alta significancia en la vida de los católicos. No es una tradición. Es la conmemoración de la muerte de Jesús. Es la reafirmación de la Fé y la Esperanza de la feligresía católica.

Como todos los años, exceptuando el tiempo que duró la pandemia, se llevarán a cabo las ceremonias religiosas y los silencios sentidos y respetuosos de la grey católica en todos los rincones de México.

Estimado lector, que nuestras plegarias sean escuchadas para los seres queridos que se adelantaron en el camino, para los enfermos y por la responsabilidad de nuestros semejantes y por un mejor gobierno que de unión, justicia y bienestar a los ciudadanos mexicanos y del cualquier país del mundo ¡Hasta La Próxima!

La fe se acentúa, la esperanza es mayor y es muy honda la plegaria porque se acabe la inseguridad en nuestro país.

El Vaticano atento a la celebración, continúa aceptando, respetando y adoptando de manera estricta las leyes y la cultura en todos los lugares donde se profesa la religión católica.

Finalizaron, las restricciones para acudir a los oficios religiosos, al contrario, se han acrecentado desde el Domingo de Ramos para concluir el Domingo de Resurrección.

Las orientaciones del Vaticano han sido concretas y han orientado a los obispos para que valoren las situaciones actuales procurando el bien espiritual, tanto de los pastores, como de los fieles, sin omitir las disposiciones de las autoridades de los distintos lugares donde se encuentren.

Dentro del drama que ha sufrido la humanidad por la violencia, se ha relajado un poco la forma tradicional y habitual de celebrar la liturgia.

Las disposiciones emitidas continúan vigentes, pero han dado paso a una celebración también con una mayor fe y esperanza ante los embates de la inseguridad y de la violencia.

Celebración de la Semana Mayor:

1. Domingo de Ramos. La Conmemoración de la Entrada del Señor en Jerusalén se celebra en el interior del edificio sagrado; en las iglesias catedrales; en las iglesias parroquiales.

2. Misa crismal. Valorando la situación concreta en los diversos países, las Conferencias Episcopales podrían dar indicaciones sobre un posible traslado a otra fecha de acuerdo a las circunstancias que priven.

3. Jueves santo. El lavatorio de los pies, que ya es facultativo. Al final de la Misa en la Casa del Señor, se lleva a cabo la procesión y el Santísimo Sacramento. En este día, se concede excepcionalmente a los presbíteros la facultad de celebrar la misa, sin presencia de los fieles, en lugar adecuado.

4. Viernes Santo. En la oración universal, los obispos se encargarán de preparar una especial intención por los que se encuentran en situación de peligro, los enfermos y los difuntos (cf. Missale Romanum). La adoración de la Cruz con el beso será abierta.

5. Vigilia pascual. Se celebra sólo en las iglesias catedrales y parroquiales. Para la liturgia bautismal, se mantiene la renovación de las promesas bautismales (cf. Missales Romanim).

La Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos enfatiza en la necesidad de recurrir “al apoyo de los medios de comunicación social en el apoyo y la cercanía brindada a los pastores en relación con sus fieles”.

La Iglesia está presente en los momentos de angustia de los enfermos y en la extremaunción de los moribundos y del sufrimiento de los pueblos oprimidos en diferentes dimensiones

La Semana Santa en México, como en muchos países más, es de la más alta significancia en la vida de los católicos. No es una tradición. Es la conmemoración de la muerte de Jesús. Es la reafirmación de la Fé y la Esperanza de la feligresía católica.

Como todos los años, exceptuando el tiempo que duró la pandemia, se llevarán a cabo las ceremonias religiosas y los silencios sentidos y respetuosos de la grey católica en todos los rincones de México.

Estimado lector, que nuestras plegarias sean escuchadas para los seres queridos que se adelantaron en el camino, para los enfermos y por la responsabilidad de nuestros semejantes y por un mejor gobierno que de unión, justicia y bienestar a los ciudadanos mexicanos y del cualquier país del mundo ¡Hasta La Próxima!