El presupuesto y sus retos para Durango
Con antelación a estas líneas, comentaba a usted en este espacio, que el republicano arranque del sexenio lopezobradorista, sin duda representaba una oportunidad de oro para reconstruir los paradigmas mexicanos.
Reconociendo que la narrativa que simplistamente AMLO denominaba como “neoliberal”, efectivamente fracasó, por lo cual, se requería pensar en algo diferente, sin embargo, al escribir lo anterior, jamás pensé que el centralismo a rajatabla o la autocracia, fueran las opciones contempladas por el gobierno de la “Cuarta transformación”, aún y cuando todas las señales que emitía el presidente de la República así lo gritaban.
Hoy por hoy, está claro que el diagnóstico de López Obrador, sobre el neoliberalismo mexicano, resultó bastante puntual, empero también puntual, es el análisis de los economistas y asesores de seguridad pública, que cuestionan los logros sobre los avances financieros y la crisis de inseguridad que sufre nuestro país.
Sin duda alguna, atender la seguridad pública debe ser una prioridad para cualquier gobierno, no solamente porque se trata de una de las mayores exigencias de la sociedad moderna, sino también porque en este reto, va implícita la integridad física de las personas y muy familias.
En el papel, es decir en la teoría, la Guardia Nacional propuesta por el actual presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, pretendía ser el instrumento del Poder Ejecutivo Federal que se encargaría de la preservación y fomento de la tranquilidad social, eje vertebral de la plataforma de la seguridad pública, tratando de desplazar en los hechos, a la Marina y al Ejército nacional en el combate a la delincuencia, sin embargo esto no ha sucedido, la Guardia Nacional pretendió absorber a la Policía Federal y Militar, lo que representó su primer tropiezo.
En este sentido, soy muy honesto al compartir que la verdad no entiendo, porque cada gobierno federal intenta crear su propia policía, a pesar del enorme derroche de recursos económicos que implica la mutación de las corporaciones policiacas, sin mencionar los miles de elementos que al transitar de una nómina a otra, quedan reprobados por los controles de confianza y terminan en la delincuencia organizada.
Durante el sexenio de quien hace algunos días apareció en una fotografía con su novia en redes sociales, disfrazado de algún personaje neoyorkino, alguien le susurró al oído construir su propia policía, a la que llamó “Gendarmería”, término que a la postre, resultó ser sinónimo de uno de los más rotundos fracasos de la administración peñanietista, antes de eso la Policía Federal Preventiva de Calderón y así podríamos remontarnos hasta la policía secreta de Luis Echeverría.
Paralelamente a lo anterior, el gobierno federal morenista de López Obrador, ha presentado una radiografía de sus prioridades, con el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), entregado a la Cámara Baja del H. Congreso de la Unión, en el cual la vocación centralista del Gobierno de la República que encabeza AMLO, no solamente se ratifica si no se subraya y se magnifica, reduciendo presupuesto a estados que en su gran mayoría, dependen de los recursos federales, como es el caso de nuestro estado, en un escenario que convoca más y mayores elementos de desgaste gubernamental para la “Cuarta transformación”.
En este sentido, los durangueños debemos unirnos más que nunca, bajo la premisa de un solo objetivo: conseguir un mayor presupuesto para nuestra entidad, no obstante, al igual que Durango, la mayoría de los estados que integran el territorio nacional, se volcara a solicitar los recursos indispensables para fomentar su desarrollo.
Es justo ahora, cuando las voces de los personajes que han luchado al lado de los diputados y senadores que ostentan las Comisiones más influyentes al interior del Honorable Congreso de la Unión, deben aparecer, para demostrar que no son vástagos malnacidos de la indiferencia o garrapatas de la democracia, sirviendo de vínculos de comunicación y enlaces del desarrollo, ante quienes deciden las cantidades y los programas que se asignan a cada estado.
No sobra mencionar, la incorporación de un personaje político de nivel nacional a la política local de nuestra patria chica, me refiero por supuesto, a Manuel Espino Barrientos, exlíder nacional del PAN y virtual superdelegado del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en Durango, quien a partir de ya, en cuanto se concrete su nombramiento, tendrá la franca y enorme responsabilidad de conducir las acciones de las diferentes áreas y dependencias del ejecutivo de la 4T.
Para Durango, como para cualquier otro estado que busque la ampliación de su presupuesto, el reloj legislativo no se detiene, y estoy seguro que la aspiración de cualquier durangueño, es la de contar con los recursos indispensables y suficientes para el progreso de una entidad, que históricamente ha recibido el desprecio constante y evidente de la capital del país y de sus instituciones republicanas.
