/ viernes 20 de marzo de 2020

Temas de república

Las externalidades negativas del virus

El gobernador del Estado tomó la decisión correcta al suspender actividades en el sector educativo, sin embargo, esta medida debe ser complementada con la suspensión de actividades en las dependencias públicas, a donde están llevando a los alumnos que tienen las escuelas cerradas, es decir, de nada sirve que no vayan a clases las niñas y niños, si de todas formas tienen que acompañar a sus madres a la oficina, en donde corren el riesgo de contagio del famoso coronavirus.


La asimetría de la propagación de esta enfermedad, le ha pegado con un bat en la cabeza a la macroeconomía, pero también la microeconomía sufrirá las consecuencias de la pandemia, los negocios locales sufrirán para pagar sus cuentas este mes y eso se extenderá hasta los hogares, en algunos días más, Durango estará desierto y su economía detenida, por ello, es importante que el Gobierno de la República (y conste que no digo que Andrés Manuel López Obrador), vaya pensando en una estrategia para la reactivación de la economía nacional y las locales en los 32 estados del país.

De igual forma, los gobiernos de las entidades federativas, deben de buscar las formas de apoyar a la economía y a los negocios que sufrirán a partir de ya y hasta que termine la fase de la propagación del virus, con incentivos y estímulos que disminuyan las externalidades negativas de esta contingencia, las cuales podrían ocasionar severas fisuras que pueden convertirse en sendas grietas de lenta recuperación.

A pesar de todo lo anterior, nuestro ‘flamante’ presidente de la República, sigue diciendo que en Pejelandia no hay coronavirus, simple y sencillamente porque sus habitantes son inmunes al mal, se siguen recibiendo vuelos comerciales desde los lugares de mayor contagio en el planeta y se continúa combatiendo a la delincuencia organizada con fuchis y wácalas, pero eso no es lo peor: En la comida de la Convención Bancaria que se realizó en Acapulco esta semana que culmina, dijo que en nuestro país existen ¡condiciones inmejorables! para que el Producto Interno Bruto (PIB) crezca este año, aunque Barclays diga que la economía mexicana se hundirá en -2% (menos dos por ciento) para el presente año 2020.

Ya en 2019, la economía en México concluyó la anualidad con una contracción de 0.1 por ciento y el peso ya vio su peor semana desde la elección de Trump como presidente de los Estados Unidos en noviembre de 2016 y si como dice Moody´s, la evidente debilidad del sistema nacional de salud, provocará que la pandemia pegue con tubo en México, esto debido a que el Gobierno de la Cuarta Transformación mantiene sometido al sistema nacional de salud en crisis, recortándole el presupuesto para reorientar ese dinero a los programas federales de asistencia social, es decir, los programas que generan votos.

Desde siempre he sido un crítico de que el gobierno mexicano sea un aliado económico incondicional de los Estados Unidos, siempre he manifestado que la diversificación económica debe darse hacia otros países y no apostar todos los huevos a la canasta del tío Sam, empero, en este momento, dentro del escenario catastrófico del coronavirus, es de dar gracias a Dios que los gobernantes mexicanos se postren ante la figura del tío Sam, porque todos los países que si aprovecharon las oportunidades de comercio con China, están dándose de topes en la pared, sufrirán las consecuencias en los hechos, con sendas recesiones económicas.

Aquí también habrá recesión económica, pero la recuperación pudiera ser un poco más rápida, porque irá de la mano de “gringolandia”, pero los países como Venezuela (que de por sí ya enfrenta una severa situación económica), Chile, Perú, Ecuador y Argentina o Colombia, que sí mantienen una jugosa y permanente relación comercial con China, observarán el fantasma del coronavirus durante un periodo mucho mayor al de México, aún y cuando el gobierno federal de López Obrador no encuentre la fórmula del crecimiento, pero la recuperación de las externalidades negativas de la pandemia del virus, se verán por un tiempo menor al de aquellas naciones que sí intercambian miles de millones de dólares con China.

Lo anterior no quiere decir que estaremos en la gloria hacia finales de año, de entrada, la economía caerá de nuevo en una recesión a partir del segundo trimestre y hasta diciembre, en donde difícilmente crecerá y no lo hará, por dos factores adicionales al del coronavirus, primero, por la falta de confianza de los inversionistas al presidente de la República, a quien han visto echar por la borda inversiones multimillonarias como la del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, en donde sin chistar y sin tener un proyecto alterno mejorado o por lo menos viable, simple y sencillamente lo colocó en el cesto de la basura y este tipo de acciones, por supuesto que aterroriza a los inversionistas internacionales, ¿usted invertiría en México si con un plumazo o con una asamblea popular, el mismo presidente de la República reasigna presupuestos aprobados por el Congreso de la Unión?, claro que por supuesto que la respuesta es NO.

El otro factor que viene a complicar el escenario económico de nuestro país, es la falta de remesas, nuestros parientes en Estados Unidos, batallarán con el tema del empleo y el pago de sus horas, por lo cual, enviarán menos dinero a México y si a eso le sumamos la abrupta e inesperada interrupción del turismo, (rubro en el que México compite a nivel mundial en el puesto número siete), los recursos financieros escasearán durante el paso del segundo trimestre del año, generando una tormenta perfecta para que el Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro país, ligue su segundo año consecutivo, no solamente sin crecimiento sino con un decrecimiento o un crecimiento negativo de hasta -2.5%, la pregunta es, si todo este escenario pandémico son las condiciones “inmejorables” de las que habla nuestro señor presidente de la República para que México crezca este año en el PIB.

No pocos mexicanos ya estamos pensando que cuando López Obrador hace declaraciones como la de las “condiciones inmejorables para crecer” las hace pensando en Pejelandia y no en el México que todos conocemos, a lo mejor (podría ser) que él tenga “otros datos” muy distintos a los que las calificadoras internacionales tienen de México, entonces mi recomendación es que el pejegobierno les pase esos “otros datos” a las calificadoras, para que emitan los mismos pronósticos económicos que el peje y no los que todos conocemos, en los que México liga su segundo año consecutivo sin crecimiento en su Producto Interno Bruto.

Las externalidades negativas del virus

El gobernador del Estado tomó la decisión correcta al suspender actividades en el sector educativo, sin embargo, esta medida debe ser complementada con la suspensión de actividades en las dependencias públicas, a donde están llevando a los alumnos que tienen las escuelas cerradas, es decir, de nada sirve que no vayan a clases las niñas y niños, si de todas formas tienen que acompañar a sus madres a la oficina, en donde corren el riesgo de contagio del famoso coronavirus.


La asimetría de la propagación de esta enfermedad, le ha pegado con un bat en la cabeza a la macroeconomía, pero también la microeconomía sufrirá las consecuencias de la pandemia, los negocios locales sufrirán para pagar sus cuentas este mes y eso se extenderá hasta los hogares, en algunos días más, Durango estará desierto y su economía detenida, por ello, es importante que el Gobierno de la República (y conste que no digo que Andrés Manuel López Obrador), vaya pensando en una estrategia para la reactivación de la economía nacional y las locales en los 32 estados del país.

De igual forma, los gobiernos de las entidades federativas, deben de buscar las formas de apoyar a la economía y a los negocios que sufrirán a partir de ya y hasta que termine la fase de la propagación del virus, con incentivos y estímulos que disminuyan las externalidades negativas de esta contingencia, las cuales podrían ocasionar severas fisuras que pueden convertirse en sendas grietas de lenta recuperación.

A pesar de todo lo anterior, nuestro ‘flamante’ presidente de la República, sigue diciendo que en Pejelandia no hay coronavirus, simple y sencillamente porque sus habitantes son inmunes al mal, se siguen recibiendo vuelos comerciales desde los lugares de mayor contagio en el planeta y se continúa combatiendo a la delincuencia organizada con fuchis y wácalas, pero eso no es lo peor: En la comida de la Convención Bancaria que se realizó en Acapulco esta semana que culmina, dijo que en nuestro país existen ¡condiciones inmejorables! para que el Producto Interno Bruto (PIB) crezca este año, aunque Barclays diga que la economía mexicana se hundirá en -2% (menos dos por ciento) para el presente año 2020.

Ya en 2019, la economía en México concluyó la anualidad con una contracción de 0.1 por ciento y el peso ya vio su peor semana desde la elección de Trump como presidente de los Estados Unidos en noviembre de 2016 y si como dice Moody´s, la evidente debilidad del sistema nacional de salud, provocará que la pandemia pegue con tubo en México, esto debido a que el Gobierno de la Cuarta Transformación mantiene sometido al sistema nacional de salud en crisis, recortándole el presupuesto para reorientar ese dinero a los programas federales de asistencia social, es decir, los programas que generan votos.

Desde siempre he sido un crítico de que el gobierno mexicano sea un aliado económico incondicional de los Estados Unidos, siempre he manifestado que la diversificación económica debe darse hacia otros países y no apostar todos los huevos a la canasta del tío Sam, empero, en este momento, dentro del escenario catastrófico del coronavirus, es de dar gracias a Dios que los gobernantes mexicanos se postren ante la figura del tío Sam, porque todos los países que si aprovecharon las oportunidades de comercio con China, están dándose de topes en la pared, sufrirán las consecuencias en los hechos, con sendas recesiones económicas.

Aquí también habrá recesión económica, pero la recuperación pudiera ser un poco más rápida, porque irá de la mano de “gringolandia”, pero los países como Venezuela (que de por sí ya enfrenta una severa situación económica), Chile, Perú, Ecuador y Argentina o Colombia, que sí mantienen una jugosa y permanente relación comercial con China, observarán el fantasma del coronavirus durante un periodo mucho mayor al de México, aún y cuando el gobierno federal de López Obrador no encuentre la fórmula del crecimiento, pero la recuperación de las externalidades negativas de la pandemia del virus, se verán por un tiempo menor al de aquellas naciones que sí intercambian miles de millones de dólares con China.

Lo anterior no quiere decir que estaremos en la gloria hacia finales de año, de entrada, la economía caerá de nuevo en una recesión a partir del segundo trimestre y hasta diciembre, en donde difícilmente crecerá y no lo hará, por dos factores adicionales al del coronavirus, primero, por la falta de confianza de los inversionistas al presidente de la República, a quien han visto echar por la borda inversiones multimillonarias como la del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, en donde sin chistar y sin tener un proyecto alterno mejorado o por lo menos viable, simple y sencillamente lo colocó en el cesto de la basura y este tipo de acciones, por supuesto que aterroriza a los inversionistas internacionales, ¿usted invertiría en México si con un plumazo o con una asamblea popular, el mismo presidente de la República reasigna presupuestos aprobados por el Congreso de la Unión?, claro que por supuesto que la respuesta es NO.

El otro factor que viene a complicar el escenario económico de nuestro país, es la falta de remesas, nuestros parientes en Estados Unidos, batallarán con el tema del empleo y el pago de sus horas, por lo cual, enviarán menos dinero a México y si a eso le sumamos la abrupta e inesperada interrupción del turismo, (rubro en el que México compite a nivel mundial en el puesto número siete), los recursos financieros escasearán durante el paso del segundo trimestre del año, generando una tormenta perfecta para que el Producto Interno Bruto (PIB) de nuestro país, ligue su segundo año consecutivo, no solamente sin crecimiento sino con un decrecimiento o un crecimiento negativo de hasta -2.5%, la pregunta es, si todo este escenario pandémico son las condiciones “inmejorables” de las que habla nuestro señor presidente de la República para que México crezca este año en el PIB.

No pocos mexicanos ya estamos pensando que cuando López Obrador hace declaraciones como la de las “condiciones inmejorables para crecer” las hace pensando en Pejelandia y no en el México que todos conocemos, a lo mejor (podría ser) que él tenga “otros datos” muy distintos a los que las calificadoras internacionales tienen de México, entonces mi recomendación es que el pejegobierno les pase esos “otros datos” a las calificadoras, para que emitan los mismos pronósticos económicos que el peje y no los que todos conocemos, en los que México liga su segundo año consecutivo sin crecimiento en su Producto Interno Bruto.

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