/ domingo 28 de julio de 2019

Delegaciones federales siempre han sido nidos de corrupción

El tema mete ruido a partir de que hace algunos días, con mucha preocupación se publicaba en algunos medios de comunicación que desaparecía la Procuraduría Federal del consumidor (Profeco) dependencia que sin duda genera demasiado gasto operativo y poca productividad en la responsabilidad a la que se debe.

Pero para tranquilidad del delegado y sus compinches, la senadora Margarita Valdez, declaró el día 25 de julio, en los distintos medios de comunicación, que era una falsedad su desaparición, que el delegado general de la Federación, telefónicamente le había confirmado la continuación de esa dependencia en nuestro estado.

De ahí, pareciera que la senadora se ufanara de haber rescatado algo digno de encomio, dando una gran noticia a aquellos que se encontraban sumamente preocupados por su desaparición, sin reparar en la nula credibilidad que existe del grueso de la ciudadanía hacia esa dependencia donde abunda la desatención y la opacidad.

Pero antes de la gran noticia, al respecto se manifestaban algunos enterados y preocupados por el tema, que con dicha decisión quedaba la ciudadanía duranguense en completo estado de indefensión. Explicando y dando por hecho, que cada vez que los consumidores adolecían de alguna irregularidad en sus compras, la dependencia ayudaba a que ésta fuera superada, según el rubro en que el cliente exponía el motivo de la queja o demanda.

Por supuesto que en teoría esa es la misión de la dependencia, pero en los hechos, la mayoría de las personas que tienen la necesidad urgente de acudir a ella, es para dar al traste con sus esperanzas de protección, que inmediatamente se ven defraudadas por el tufo mezquino de la burocracia rapaz, que no hacen otra cosa que operar a favor de los empresarios demandados y de ahí dar por hecho que la defensa que se busca, es sólo para perder el tiempo y por ende el juicio que ingenuamente se entabla.

Estoy de acuerdo que no debiera ni siquiera mencionarse la desaparición de la Profeco, siempre y cuando demostrara su razón de existir. Pero desafortunadamente a toda la opinión pública le consta que aquí en Durango, la gran mayoría de los negocios en sus triquiñuelas operan por la vía libre. Y ahí vemos hacer su agosto a las tiendas de autoservicio donde abundan las ofertas fraudulentas; los comercios donde venden frutas y legumbres, donde los precios varían de la noche a la mañana y las básculas totalmente alteradas en contra de la ciudadanía y en el servicio de las gasolineras las bombas por el mismo estilo.

Y la Profeco en el sueño de los justos, legitimando todo ese conjunto de anomalías, que desafortunadamente impacta seriamente en la economía del consumidor, a quien seguramente la desaparición de esa entelequia en nada alteraría su estado de ánimo, dado el nulo servicio a su favor.

Lo que la realidad sí refleja de manera objetiva, es la gruesa nómina que se invierte en ese elefante improductivo, donde el flamante delegado mínimo cobra los 100 mil pesos y de ahí para el real, el sueldo a los demás, según la recomendación que porte en su haber el empleado, cuyo perfil no es otro más que servir a los patrones y burlarse de la ingenuidad y necesidad de los demandantes.

Pero a final de cuentas las marrullerías y corruptelas de la Profeco, son muy pocas y no de vital importancia, como las que se realizan en Sagader, Sader o Sagarpa, en realidad no sé cuál de los tres sea el nombre actual. Pero lo que sí se sabe es que ahí es el peor nido de corrupción delegacional que se ha construido desde hace muchísimos años y que en aras de hacer honor a su antigüedad, conlleva en su cronología una lista enorme de corrupción a favor de los grandes latifundistas, caciques y empleados, donde estos últimos a través del conflicto de interés se han hecho millonarios de la noche a la mañana.

Y la prueba es que hay empleados que no perciben 10 mil pesos mensuales de salario y poseen grandes cantidades de tierra que han comprado, complejos de maquinaria muy avanzados y cuadrillas de trabajadores que mantienen bajo un salario contante y sonante.

Todo eso que poseen en la actualidad, por supuesto que no corresponde a lo que perciben, ni con 100 años de trabajo podrían justificarlo. De ahí la inconformidad de aquellos campesinos que se arriesgan a endeudarse con un simple tractor, nunca les llega el apoyo y cuando por mera suerte les baja, son sujetos del riguroso moche, que les imponen los líderes corruptos de la CNC, ODC, CCI y de ahí toda la podredumbre que pulula en esas honorables instancias de la gestión.

Por donde yo me placeo que es el municipio de Vicente Guerrero, veo y escucho las acciones de los desprotegidos, así como las versiones de algunos empleados favorecidos de la Sader, quienes en una pose de presunción y ostentación exhiben el apodo de un famoso “Tocho” que se desempeñaba en las oficinas centrales y era quien los regenteaba ante las instancias superiores, para que sin problemas fueran agraciados con los apoyos millonarios que sus proyectos planteaban.

Lo mismo sucede con aquellos que sustraen agua del subsuelo para regar sus sembradíos de forma exclusiva, pero para obtener el bombeo de aguas profundas tuvieron que hacer uso de las firmas de los campesinos supuestamente también beneficiarios. Pero si por error se hiciera una simple supervisión, se darían cuenta que es sólo un cacique el usufructuario de esos pozos, que recibieron el apoyo federal para beneficio comunal, y en la realidad es sólo un gandalla que se valió de todas las argucias para quedarse como único dueño.

Y así están las cosas en todos lados.

Desafortunadamente esas delegaciones federales, aparte de operar las transas más escandalosas, no se libran de otra maldición llamada nepotismo, como es el caso de la Secretaría de Bienestar Social, donde el flamante delegado tiene en primera línea a sus familiares y amigos y nada más como botón de muestra, figura como responsable del Programa 68 y Más, nada menos que su yerno, Luis Macías Sifuentes.

Creo que dichos personajes poco ayudan y mucho estorban a los postulados de la Cuarta Transformación, dados los antecedentes del agandalle que les caracterizan. Y para colmo se especula muy fuerte que una docente emanada de la CNTE está apuntalada para fungir como la próxima súper delegada. Dicha decisión no sería bien vista dados los antecedentes negativos que pesan a favor de dicha organización. Pero en fin, parece que en este caso no cuenta la honestidad, sino el ruido de las transas que la opacan.