Efecto balancín
Para que vea usted que no solamente a la senadora Margarita Valdez se le ocurren mafufadas sobre las causas del mortífero derrumbe en el metro a la altura del puente Tláhuac, he aquí mi versión científica y su comprobación:
Ponga usted, a manera de ballena un frasco de una 5 cm y encima una libreta de pasta dura de 20 cm de largo y ahora (música de suspenso) ponga el centro un salero y no pasa nada, pero ponga el mismo salero en una orilla del libro y éste se levanta del otro lado y se derrumba!
Toda proporción guardada lo mismo pasa con la superficie de rodamiento de los tramos elevados del metro, con la diferencia de que en vez de un salero, la presión la ejerce en varios vagones de más de 20 t cada uno, además de la vibración que generan a su paso.
UN SALTO A LA FAMA
Si bien la tragedia del metro con sus 26 muertos puso en la fama a Tláhuac, unas escenas que nos pasaron en la televisión, nos muestra en la existencia de un grupo de jóvenes criminales que autonombran El Cártel de Tláhuac, en el acto de destruir el automóvil de una persona que no pagó el derecho de piso y con total impunidad, a la luz del día incendiaron el vehículo sin que ninguna autoridad apareciera.
Créanme que el crimen organizado se supera cada día, dándose cosas como un alcalde en Michoacán que era a la vez el jefe de un cártel, quien fue detenido en Estados Unidos cuando andaba comprando armas sofisticadas, sumamente letales en comparación a las pistolitas que seguramente traen sus policías municipales.
Ahora que en el IPN, están logrando grandes aportaciones tecnológicas, ahí les encargo un robot del tamaño de King Kong con la única función de dar abrazos con presión de 1 t y así pueden intercambiar balazos por abrazos con los líderes de la mafia.
MIRA QUIÉN BAILA
Gran escándalo se ha suscitado con las tarjetas multicolores que los partidos políticos obsequian a sus simpatizantes, que serán activadas en caso de que triunfe en las próximas elecciones del día 6 de junio y en cambio no hay quien critique otro acto de campaña muy socorrido por los candidatos; la bendita bailadera, pues al parecer todos y cada uno de los partidistas terminan con el candidato bailando junto a varias jovencitas en una coreografía que seguramente les ha de montar alguna maestra de algún jardín de niños, aunque sin la gracia de estos.
Lástima que esta modalidad de ganar adeptos llegó tarde para mí, creo que con el puro ritmo del mambo, que era muy fuerte, me hubiese bastado para alguna diputación local plurinominal. concluye este párrafo con el grito de ¡Vuuuuuuuu!!!!! de Pérez Prado! Hasta la próxima.
Ahora que en el IPN, están logrando grandes aportaciones tecnológicas, ahí les encargo un robot del tamaño de King Kong
