/ domingo 17 de marzo de 2024

¿Empoderamiento?

Un distinguido colega intentó detonar la reflexión en un grupo de amigos que tenemos por WhatsApp con una sola palabra en forma de interrogación: ¿Empoderamiento? La pregunta era precedida por una sugestiva fotografía.

Digna de un “pulitzer”, la imagen capturaba el momento en el que una niña era testigo de cómo un grupo de mujeres encapuchadas vandalizaban edificios y monumentos en el Zócalo capitalino.

De espaldas al obturador no es posible leer en los ojos de la niña la forma cómo interpreta la demanda de empoderamiento del enardecido grupo. Sin embargo, podemos inferir un par de cosas.

Con postura confiada porta una caja de mazapán en su brazo izquierdo; es evidente que la niña ha descubierto que su empoderamiento no vendrá de una ayuda del gobierno sino de la esperanza de vaciar esa caja cada día.

Debajo de su falda se pueden ver los pants, así que ella está orgullosa de ser niña, no niño, no “niñe”; adhiere a lo que dicta natura, será una de las millones de mexicanas que no necesitará abrazar el mito de la construcción social para sentirse “empoderada”.

Pero además, los coloridos motivos de su atuendo revelan su procedencia, mismo que exhibe quizá para despertar empatía, o quizá, por qué no, empoderar una etnia que puede ganar un maratón con sandalias y fustán en medio de la sierra chihuahuense.

¿Empoderamiento? La oración de nuestro Señor Jesús registrada por el evangelista puede ayudarnos a entender la escena y reflexionar sobre la inquisidora pregunta de nuestro querido pastor amigo:

”En esa ocasión, Jesús hizo la siguiente oración: «Oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, gracias por esconder estas cosas de los que se creen sabios e inteligentes, y por revelárselas a los que son como niños.“ (Mateo‬ ‭11‬:‭25‬ ‭NTV‬‬)

leonardolombar@gmail.com

Un distinguido colega intentó detonar la reflexión en un grupo de amigos que tenemos por WhatsApp con una sola palabra en forma de interrogación: ¿Empoderamiento? La pregunta era precedida por una sugestiva fotografía.

Digna de un “pulitzer”, la imagen capturaba el momento en el que una niña era testigo de cómo un grupo de mujeres encapuchadas vandalizaban edificios y monumentos en el Zócalo capitalino.

De espaldas al obturador no es posible leer en los ojos de la niña la forma cómo interpreta la demanda de empoderamiento del enardecido grupo. Sin embargo, podemos inferir un par de cosas.

Con postura confiada porta una caja de mazapán en su brazo izquierdo; es evidente que la niña ha descubierto que su empoderamiento no vendrá de una ayuda del gobierno sino de la esperanza de vaciar esa caja cada día.

Debajo de su falda se pueden ver los pants, así que ella está orgullosa de ser niña, no niño, no “niñe”; adhiere a lo que dicta natura, será una de las millones de mexicanas que no necesitará abrazar el mito de la construcción social para sentirse “empoderada”.

Pero además, los coloridos motivos de su atuendo revelan su procedencia, mismo que exhibe quizá para despertar empatía, o quizá, por qué no, empoderar una etnia que puede ganar un maratón con sandalias y fustán en medio de la sierra chihuahuense.

¿Empoderamiento? La oración de nuestro Señor Jesús registrada por el evangelista puede ayudarnos a entender la escena y reflexionar sobre la inquisidora pregunta de nuestro querido pastor amigo:

”En esa ocasión, Jesús hizo la siguiente oración: «Oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, gracias por esconder estas cosas de los que se creen sabios e inteligentes, y por revelárselas a los que son como niños.“ (Mateo‬ ‭11‬:‭25‬ ‭NTV‬‬)

leonardolombar@gmail.com

ÚLTIMASCOLUMNAS