/ domingo 1 de octubre de 2023

La democracia es deliberación o no es

La democracia es un sistema que tiene varios componentes básicos que la definen, sin los cuales pierde su esencia, se desvirtúa, se vuelve un simpe pretexto, un vocablo vacío para ensamblar un modelo distorsionado, regularmente encaminado hacia el autoritarismo.

Uno de esos elementos sustanciales que determinan si una sociedad vive o no al amparo de un sistema democrático es la libertad para la deliberación plural y amplia acerca de los fenómenos sociales y políticos, con el fin de confrontar ideas, visiones y propuestas.

La información sobre los hechos que se producen en el acontecer diario merece una confrontación acerca de la génesis y consecuencias de cada suceso, siempre con base a información real. En la lógica democrática -que se fundamenta en el razonamiento plural- es natural que sobre cada suceso existan diversas interpretaciones, las que se basan en diferentes razonamientos.

La variedad de fuentes que garantiza el derecho pleno a la libertad de información es sustancial para que haya una autentica deliberación democrática. De ahí que no sea asunto menor que el gobierno del país actúe como si sólo hubiera una fuente de información creíble, los dichos del titular del Ejecutivo, aunque los mismos se basan normalmente en insultos, ocurrencias, gestos y ofensas. Solo lo que de ahí proviene debe ser considerado como verdad, quien disiente de la visión es considerado contrincante con todo lo que ello implica.

Como lo sostiene José Woldenberg (nexos 542, pag. 15) hay una obstrucción permanente a todo proceso de deliberación serio, informado, constructivo, democrático, que permita mediante la comparación de visiones llegar a una conclusión a partir de la cual se tomen decisiones a favor de la sociedad.

En la democracia no es aceptable que una sola posición sea la única fuente de información, menos aún cuando la misma no se sustenta en un análisis objetivo de cada hecho. La deliberación en el México oficial de hoy es mal vista, descalificada. La merma cotidiana de este principio democrático es preocupante, es un paso regresivo.

La sociedad democrática se distingue por la convivencia tolerante de diferentes ideologías, posturas y visiones. No debemos olvidar que el antídoto al despotismo es la libertad de expresión, la que se funda en la deliberación informada y constructiva. Nadie tiene derecho a cercenar los principios de la democracia sin afrontar consecuencias.

En la lógica democrática -que se fundamenta en el razonamiento plural- es natural que sobre cada suceso existan diversas interpretaciones, las que se basan en diferentes razonamientos

En la democracia no es aceptable que una sola posición sea la única fuente de información, menos aún cuando la misma no se sustenta en un análisis objetivo de cada hecho

La democracia es un sistema que tiene varios componentes básicos que la definen, sin los cuales pierde su esencia, se desvirtúa, se vuelve un simpe pretexto, un vocablo vacío para ensamblar un modelo distorsionado, regularmente encaminado hacia el autoritarismo.

Uno de esos elementos sustanciales que determinan si una sociedad vive o no al amparo de un sistema democrático es la libertad para la deliberación plural y amplia acerca de los fenómenos sociales y políticos, con el fin de confrontar ideas, visiones y propuestas.

La información sobre los hechos que se producen en el acontecer diario merece una confrontación acerca de la génesis y consecuencias de cada suceso, siempre con base a información real. En la lógica democrática -que se fundamenta en el razonamiento plural- es natural que sobre cada suceso existan diversas interpretaciones, las que se basan en diferentes razonamientos.

La variedad de fuentes que garantiza el derecho pleno a la libertad de información es sustancial para que haya una autentica deliberación democrática. De ahí que no sea asunto menor que el gobierno del país actúe como si sólo hubiera una fuente de información creíble, los dichos del titular del Ejecutivo, aunque los mismos se basan normalmente en insultos, ocurrencias, gestos y ofensas. Solo lo que de ahí proviene debe ser considerado como verdad, quien disiente de la visión es considerado contrincante con todo lo que ello implica.

Como lo sostiene José Woldenberg (nexos 542, pag. 15) hay una obstrucción permanente a todo proceso de deliberación serio, informado, constructivo, democrático, que permita mediante la comparación de visiones llegar a una conclusión a partir de la cual se tomen decisiones a favor de la sociedad.

En la democracia no es aceptable que una sola posición sea la única fuente de información, menos aún cuando la misma no se sustenta en un análisis objetivo de cada hecho. La deliberación en el México oficial de hoy es mal vista, descalificada. La merma cotidiana de este principio democrático es preocupante, es un paso regresivo.

La sociedad democrática se distingue por la convivencia tolerante de diferentes ideologías, posturas y visiones. No debemos olvidar que el antídoto al despotismo es la libertad de expresión, la que se funda en la deliberación informada y constructiva. Nadie tiene derecho a cercenar los principios de la democracia sin afrontar consecuencias.

En la lógica democrática -que se fundamenta en el razonamiento plural- es natural que sobre cada suceso existan diversas interpretaciones, las que se basan en diferentes razonamientos

En la democracia no es aceptable que una sola posición sea la única fuente de información, menos aún cuando la misma no se sustenta en un análisis objetivo de cada hecho