/ domingo 24 de marzo de 2024

La otra elección para México, la de Estados Unidos

Los procesos electorales que están en marcha tanto en México como en Estados Unidos son determinantes para el rumbo que tomará en nuestro país la dinámica de la economía, la migración y la forma de visualizar y atender el tema de seguridad.

La elección mexicana se trata en forma resumida de ver si la mayoría de la sociedad inconforme se decide -acudiendo a las urnas en forma masiva- a cambiar el rumbo del gobierno actual, trazado por un liderazgo populista y obsoleto; o bien, si la elección la van inclinar en su favor los activistas del gobierno y su partido, inculcando el miedo entre los mas vulnerables a perder los beneficios de los programas sociales, aunque se trate de una mentira, utilizando además recursos públicos.

Se puede anticipar que cualquiera de las dos candidatas con posibilidades reales de ganar la Presidencia de México, al llegar a la Primer Magistratura no impulsarán decisiones bruscas en macroeconomía, se cumplirán los compromisos acordados en el T-MEC, con lo que la inversión extranjera directa seguirá fluyendo y el “nearshoring” seguirá siendo una oportunidad de crecimiento industrial.

Con independencia del resultado del 2 de junio en nuestros comicios, las elecciones presidenciales del vecino país del norte tienen un impacto directo en nuestro país, ya que dependiendo de si Joe Biden se mantiene en la Casa Blanca, o si regresa a la misma Donald Trump, la nueva administración puede impulsar un giro brusco en materia migratoria, de seguridad, de trato comercial y de inversión directa en nuestra economía.

El resultado en Estados Unidos si puede propiciar turbulencias políticas y económicas, sobre todo si regresa Donald Trump, quien para satisfacer a su electorado, volverá a poner en la escena publica, la construcción del muro en la frontera entre ambos países para detener la migración, con lo que las tensiones podrían escalar a niveles que afecten el flujo comercial actual y las condiciones establecidas en el T-MEC con la consiguiente afectación en la confianza de los inversionistas en nuestro país.

La relación con México se ha convertido en uno de los temas centrales de las campañas presidenciales y legislativas en Estados Unidos, de ahí que tanto Biden como Trump durante los debates en septiembre y octubre tendrán posturas firmes de su estrategia hacia nuestro país, intentando ganar votos de ciudadanos hispanos que se vuelven mas determinantes en una elección cerrada como la que se avecina entre demócratas y republicanos.

Así las cosas, una elección definitoria del rumbo que tomará México se juega en las urnas el próximo 2 de junio, pero no es la única, la elección del 5 de noviembre en Estados Unidos determinará los escenarios próximos y futuros de la economía regional y nacional, así como la manera de enfrentar el grave problema de la inseguridad y la desgracia humana y social llamada migración.

Es mucho lo que México se juega en junio y noviembre de este año. La sociedad de ambos países tiene la decisión con su voto libre, razonado y consciente de lo que esta en juego.

Los procesos electorales que están en marcha tanto en México como en Estados Unidos son determinantes para el rumbo que tomará en nuestro país la dinámica de la economía, la migración y la forma de visualizar y atender el tema de seguridad.

La elección mexicana se trata en forma resumida de ver si la mayoría de la sociedad inconforme se decide -acudiendo a las urnas en forma masiva- a cambiar el rumbo del gobierno actual, trazado por un liderazgo populista y obsoleto; o bien, si la elección la van inclinar en su favor los activistas del gobierno y su partido, inculcando el miedo entre los mas vulnerables a perder los beneficios de los programas sociales, aunque se trate de una mentira, utilizando además recursos públicos.

Se puede anticipar que cualquiera de las dos candidatas con posibilidades reales de ganar la Presidencia de México, al llegar a la Primer Magistratura no impulsarán decisiones bruscas en macroeconomía, se cumplirán los compromisos acordados en el T-MEC, con lo que la inversión extranjera directa seguirá fluyendo y el “nearshoring” seguirá siendo una oportunidad de crecimiento industrial.

Con independencia del resultado del 2 de junio en nuestros comicios, las elecciones presidenciales del vecino país del norte tienen un impacto directo en nuestro país, ya que dependiendo de si Joe Biden se mantiene en la Casa Blanca, o si regresa a la misma Donald Trump, la nueva administración puede impulsar un giro brusco en materia migratoria, de seguridad, de trato comercial y de inversión directa en nuestra economía.

El resultado en Estados Unidos si puede propiciar turbulencias políticas y económicas, sobre todo si regresa Donald Trump, quien para satisfacer a su electorado, volverá a poner en la escena publica, la construcción del muro en la frontera entre ambos países para detener la migración, con lo que las tensiones podrían escalar a niveles que afecten el flujo comercial actual y las condiciones establecidas en el T-MEC con la consiguiente afectación en la confianza de los inversionistas en nuestro país.

La relación con México se ha convertido en uno de los temas centrales de las campañas presidenciales y legislativas en Estados Unidos, de ahí que tanto Biden como Trump durante los debates en septiembre y octubre tendrán posturas firmes de su estrategia hacia nuestro país, intentando ganar votos de ciudadanos hispanos que se vuelven mas determinantes en una elección cerrada como la que se avecina entre demócratas y republicanos.

Así las cosas, una elección definitoria del rumbo que tomará México se juega en las urnas el próximo 2 de junio, pero no es la única, la elección del 5 de noviembre en Estados Unidos determinará los escenarios próximos y futuros de la economía regional y nacional, así como la manera de enfrentar el grave problema de la inseguridad y la desgracia humana y social llamada migración.

Es mucho lo que México se juega en junio y noviembre de este año. La sociedad de ambos países tiene la decisión con su voto libre, razonado y consciente de lo que esta en juego.