El día de hoy, 10 de abril, conmemoramos el centenario del aniversario luctuoso del general Emiliano Zapata Salazar, quien simboliza para los campesinos de México, la justicia y equidad de la que fueron excluidos durante el período colonial y en particular la etapa del porfiriato, que es considerada una de las épocas más obscuras del campesinado mexicano.

La lucha de Zapata permitió un cambio de mentalidad en los campesinos; una transformación en el sentido de mantener la vida comunitaria, así como sus tradiciones y costumbres, por ello, a la fecha, son muchos los que persisten en el ideario del zapatismo, en especial el nuevo gobierno obradorista.

En contrapunto al ideario gubernamental, en la actualidad la familia del extinto líder agrarista se empeña en continuar con su legado, y llama poderosamente la atención de que su nieto Jorge Zapata, se haya “atrevido” a solicitar al presidente Andrés Manuel López Obrador, la cancelación de la termoéctrica construida en Morelos.

Estos son visos de que la memoria de Emiliano Zapata, continúa vigente, en casos concretos donde se laceran los intereses de los campesinos de México en particular en el terruño del general Zapata.

Zapata luchó por el principio de igualdad, tanto de oportunidades como de disfrute de bienes, el acceso a los recursos y de la distribución del esfuerzo que son factores esenciales que van de la mano con el principio de libertad y democracia. Para Zapata el objetivo de la Revolución Mexicana fue destruir el latifundismo y liberar a los campesinos de la esclavitud feudal, así como proteger a los obreros urbanos de la avidez de los capitalistas.

Es nuestro deber como mexicanos y durangueños, volver la mirada al pasado y hacer un homenaje permanente a los héroes de México, como es el caso del general Emiliano Zapata, y con ello fortalecer una identidad nacionalista a cien años de distancia de su artero asesinato; dejemos de una buena vez de importar íconos extranjeros o bien de exigir disculpas donde no hay agravios, porque éstos fueron resarcidos en su tiempo y en su momento; porque lejos de beneficiar a la sociedad, estos supuestos agravios, perjudican y generan espectáculos nocivos en las generaciones del presente.

En Emiliano Zapata se dieron juntos el espíritu individual y comunitario y la decisión indomable del sacrificio personal para redimir la lucha social y revolucionaria. Lo anterior explica el por qué la figura de Zapata logró superar los límites de su natal estado de Morelos para trascender en el tiempo y el espacio, hasta convertirse en un héroe universal.

La doctrina agrarista sostenida por Zapata dio una razón social a la Revolución Mexicana y como doctrina justificaba la sangre derramada de la nación; los planes llevaban un fondo mezquino de apoderamiento de los gobiernos para usufructuar los puestos públicos y políticos.

¿Cuál fue la ética social que impulsó a la lucha de Zapata? Él tuvo la inspiración doctrinaria y sublime por la reivindicación de las masas campesinas, dándoles la tierra a quienes la trabajan con sus manos, porque el labriego tuviese vestido y un hogar que ahogara sus ancestrales sufrimientos. Odiaba los abusos de los funcionarios públicos y los excesos a la ley, porque los consideraba actos contra el pueblo.

Zapata pensaba que el crecimiento de la población exigía mayor producción agrícola y que ese crecimiento conducía inevitablemente a modificaciones de estructura y para lograrlo era necesario que existieran alteraciones de forma, mas no fondo y una de esas formas fue la Revolución Agraria, para dotar de parcelas a los campesinos que constituían la masa esencialmente alimentadora de la población urbana.

La lucha de Zapata fue una guerra de reivindicación agraria cuyas raíces se enmarcaron en la tenencia por la tierra, por hoy, Zapata es el símbolo de una utopía agrarista cuya lucha aún no ha concluido, no obstante, cuando cayó asesinado un día como hoy, pero de 1919 en la Hacienda Chinameca, y en ese momento surgió para la historia de México el “Mártir del Ejército Libertador del Sur”: Emiliano Zapata Salazar.

Este centenario de su aniversario luctuoso servirá para mantener vivo el recuerdo de Emiliano Zapata quien vive y vivirá en el corazón de quienes jamás renunciaremos a un país de libertad y de justicia.