/ miércoles 17 de enero de 2024

Apuntes de la presa norteña de San Gabriel

La construcción de la presa Federalismo Mexicana conocida en el norte de Durango como presa de San Gabriel, transformó a finales de los setenta el ambiente pueblerino norteño de quietud y apego a sus tradiciones y costumbres. La construcción del embalse había sido un viejo anhelo de los pobladores de la región, la tradición oral cuenta que fue una disputa entre los estados de Durango y Chihuahua, donde finalmente su construcción se definió para Durango, por ser la mejor ubicación, además de ser impulsada por personajes de gran influencia en la vida política nacional, entre ellas la poetisa y bailarina Nellie Campobello, oriunda de Villa Ocampo.

Antes de la construcción de la presa San Gabriel, durante la temporada de lluvia, por las noches se escuchaba desde el pueblo de Villa Ocampo, el estruendo de la creciente del río Florido que provenían de la sierra de Ocampo.

Al iniciarse los trabajos de construcción, el flujo migratorio hacia la región norte de Durango resultó evidente incrementando la demanda de servicios y la apertura de comercios, improvisando expendios de comida además de casas de renta; lo anterior, con el fin de brindar atención adecuada a la incesante demanda de los trabajadores de la presa. Los empleados iban desde servicios especializados en particular ingenieros civiles en sus diversas especialidades de la construcción, además de contadores, abogados, hasta los simples trabajadores asalariados de los denominados de pico y pala, en este último rubro fueron contratados cientos de trabajadores de la región para la edificación de la presa San Gabriel.

La vida social en la región del norte cambió por completo. La población se incrementó y algunas mujeres casaderas optaron por matrimoniarse con los trabajadores de la presa; el aumento poblacional trajo como consecuencia que el gobierno estatal y federal improvisara más centros educativos de nivel medio básico y medio superior ante la creciente demanda de la sociedad. Los campesinos de la región transformaron su forma de cosechar ante la inminente puesta en marcha del sistema de riego el cual no estaban acostumbrados. Al concluir la imponente obra hidráulica, fue escaso el beneficio para la región norteña de Durango, resultando de mayor impacto para el sur de Chihuahua, concretamente en el municipio de Jiménez, Chih. Durante la construcción de la presa, desaparecieron del entorno geográfico los antiguos poblados de San Gabriel y La Rueda, situados en el punto nuclear del almacenamiento que desembocaba frente a la Boquilla y que representaba el embudo o paso natural del torrente de agua que fluía a lo largo del río Florido, justo donde fue construida la enorme cortina de piedra y cemento de enormes dimensiones. Surgieron nuevos centros de población, con novedosas formas de construcción; las casas habitación se edificaron con block de cemento, sustituyendo el clásico adobe de la región, que era utilizado para atenuar las inclemencias del tiempo que habitualmente azota la región norte de Durango. Esos fueron algunos de los aspectos de inconformidad y desacuerdo de no pocos habitantes de los nuevos núcleos de población, que, durante los intensos fríos, se sufrían al interior de las viviendas por lo helado del cemento.

La construcción de la presa Federalismo Mexicana conocida en el norte de Durango como presa de San Gabriel, transformó a finales de los setenta el ambiente pueblerino norteño de quietud y apego a sus tradiciones y costumbres. La construcción del embalse había sido un viejo anhelo de los pobladores de la región, la tradición oral cuenta que fue una disputa entre los estados de Durango y Chihuahua, donde finalmente su construcción se definió para Durango, por ser la mejor ubicación, además de ser impulsada por personajes de gran influencia en la vida política nacional, entre ellas la poetisa y bailarina Nellie Campobello, oriunda de Villa Ocampo.

Antes de la construcción de la presa San Gabriel, durante la temporada de lluvia, por las noches se escuchaba desde el pueblo de Villa Ocampo, el estruendo de la creciente del río Florido que provenían de la sierra de Ocampo.

Al iniciarse los trabajos de construcción, el flujo migratorio hacia la región norte de Durango resultó evidente incrementando la demanda de servicios y la apertura de comercios, improvisando expendios de comida además de casas de renta; lo anterior, con el fin de brindar atención adecuada a la incesante demanda de los trabajadores de la presa. Los empleados iban desde servicios especializados en particular ingenieros civiles en sus diversas especialidades de la construcción, además de contadores, abogados, hasta los simples trabajadores asalariados de los denominados de pico y pala, en este último rubro fueron contratados cientos de trabajadores de la región para la edificación de la presa San Gabriel.

La vida social en la región del norte cambió por completo. La población se incrementó y algunas mujeres casaderas optaron por matrimoniarse con los trabajadores de la presa; el aumento poblacional trajo como consecuencia que el gobierno estatal y federal improvisara más centros educativos de nivel medio básico y medio superior ante la creciente demanda de la sociedad. Los campesinos de la región transformaron su forma de cosechar ante la inminente puesta en marcha del sistema de riego el cual no estaban acostumbrados. Al concluir la imponente obra hidráulica, fue escaso el beneficio para la región norteña de Durango, resultando de mayor impacto para el sur de Chihuahua, concretamente en el municipio de Jiménez, Chih. Durante la construcción de la presa, desaparecieron del entorno geográfico los antiguos poblados de San Gabriel y La Rueda, situados en el punto nuclear del almacenamiento que desembocaba frente a la Boquilla y que representaba el embudo o paso natural del torrente de agua que fluía a lo largo del río Florido, justo donde fue construida la enorme cortina de piedra y cemento de enormes dimensiones. Surgieron nuevos centros de población, con novedosas formas de construcción; las casas habitación se edificaron con block de cemento, sustituyendo el clásico adobe de la región, que era utilizado para atenuar las inclemencias del tiempo que habitualmente azota la región norte de Durango. Esos fueron algunos de los aspectos de inconformidad y desacuerdo de no pocos habitantes de los nuevos núcleos de población, que, durante los intensos fríos, se sufrían al interior de las viviendas por lo helado del cemento.