/ viernes 28 de enero de 2022

Como dijo el clásico: Se los dije

En la mesa del grupo ganador al interior del PRI encabezado por Esteban Villegas Villareal, faltaron las botellas de champagne para brindar por lo que ellos consideran su regreso al Bicentenario.

Los otros grupos, como el de Mezquital y “Las Águilas” también brindaron, pero como la canción: “con tragos de amargo licor”. Ahora le damos la razón a Arturo Yáñez Cuellar: pudieron más los 130 mil votos de la pasada elección que ser el partido en el poder. Lo mismo Alejandro Moreno, el presidente nacional del PRI, desde su despacho por Insurgentes Norte desde la Ciudad de México cuando dijo: “El PRI con Esteban Villegas encabezará la alianza”.

Las recientes declaraciones de Rodolfo Elizondo parecen patadas de ahogado. Acaba de declarar que si no hay acuerdos para integrar el gabinete, se podría romper la alianza. Si alguien conoce el poder desde Los Pinos, en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón es Elizondo Torres. Sabe también que la historia la escriben los vencedores. Es tanto el triunfalismo de los partidos que integran la alianza que se están comiendo la vaca antes de matarla, y no recuerdan que del plato a la boca se cae la sopa.

Aún yendo juntos, Morena les podría ganar. Esto que acaba de suceder, que no nos sorprenda, por millonésima vez las cúpulas de los partidos tomaron las decisiones por la sociedad, y nosotros con el voto legitimamos lo que ellos deciden. Y la historia se repetirá como la novela “El Gatopardo”, que todo cambie para que toda siga igual.

Téngalo por seguro: De aquí al primer domingo de junio, seremos testigos de muchas cosas de la clase política local que se disputa el poder. Ya verá cómo se pone la llamada guerra sucia, y que eso de que la ropa sucia se lava en casa es un mito. Otra cosa que ya definieron de una manera muy democrática, son como quedarían los municipios más importantes del estado. Para que vea usted que los del PRI son buena onda, posiblemente Toño Ochoa o Jorge Salum se quedarán con el municipio de la capital.

En Gómez Palacio, Lety Herrera; y en Lerdo Homero Martínez o su esposa, Susy Torrecillas, cualquiera de los dos, lo que importa es que todo quede en familia. ¿Le darán al PAN, como premio de consolación los municipios de San Pedro del Gallo y San Luis del Cordero? En pocos días lo sabremos. Claro que en estos municipios, los más conocidos y que vayan arriba en las encuestas, será la candidata o candidato.

Y ya que hablamos de mujeres y de traiciones, ¿cuál de los partidos de la alianza pondrá, como mínimo, $500 millones que costaría regresar al Bicentenario? ¿Lo pondrá el que sacó más votos la vez pasada o el partido en el poder? Ya adivinó, seremos los ciudadanos duranguenses quienes pagaremos con nuestros impuestos la campaña de Va por Durango.

Y ya encarrerado el gato, pagaremos la alianza de Morena. Salvo que haya nacido una política o político que saque dinero de su bolsa para llegar al poder. ¿Hasta cuándo dejaremos de pagar las campañas a los que se mueren de amor por Durango? Mientras exista la llamada partidocracia, nosotros seguiremos financiándola y ellos tendrán los privilegios del poder. De ese tamaño, es el amor que nos tienen.

En esta campaña tampoco habrá sorpresas, veremos a los mismos de siempre, sólo que en diferentes partidos. Nos pedirán el voto para que nuestro Estado sea lo que tanto hemos esperado, y al final escucharemos lo mismo en las campañas que vienen. Parafraseando al clásico, sólo el voto nos puede salvar de los dedazos y las imposiciones. Después de todo, dicen que la esperanza es lo último que muere y es tiempo de que la sociedad decida por quién votar, sin importar lo que nos impongan los grupos y las cúpulas del poder.

En la mesa del grupo ganador al interior del PRI encabezado por Esteban Villegas Villareal, faltaron las botellas de champagne para brindar por lo que ellos consideran su regreso al Bicentenario.

Los otros grupos, como el de Mezquital y “Las Águilas” también brindaron, pero como la canción: “con tragos de amargo licor”. Ahora le damos la razón a Arturo Yáñez Cuellar: pudieron más los 130 mil votos de la pasada elección que ser el partido en el poder. Lo mismo Alejandro Moreno, el presidente nacional del PRI, desde su despacho por Insurgentes Norte desde la Ciudad de México cuando dijo: “El PRI con Esteban Villegas encabezará la alianza”.

Las recientes declaraciones de Rodolfo Elizondo parecen patadas de ahogado. Acaba de declarar que si no hay acuerdos para integrar el gabinete, se podría romper la alianza. Si alguien conoce el poder desde Los Pinos, en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón es Elizondo Torres. Sabe también que la historia la escriben los vencedores. Es tanto el triunfalismo de los partidos que integran la alianza que se están comiendo la vaca antes de matarla, y no recuerdan que del plato a la boca se cae la sopa.

Aún yendo juntos, Morena les podría ganar. Esto que acaba de suceder, que no nos sorprenda, por millonésima vez las cúpulas de los partidos tomaron las decisiones por la sociedad, y nosotros con el voto legitimamos lo que ellos deciden. Y la historia se repetirá como la novela “El Gatopardo”, que todo cambie para que toda siga igual.

Téngalo por seguro: De aquí al primer domingo de junio, seremos testigos de muchas cosas de la clase política local que se disputa el poder. Ya verá cómo se pone la llamada guerra sucia, y que eso de que la ropa sucia se lava en casa es un mito. Otra cosa que ya definieron de una manera muy democrática, son como quedarían los municipios más importantes del estado. Para que vea usted que los del PRI son buena onda, posiblemente Toño Ochoa o Jorge Salum se quedarán con el municipio de la capital.

En Gómez Palacio, Lety Herrera; y en Lerdo Homero Martínez o su esposa, Susy Torrecillas, cualquiera de los dos, lo que importa es que todo quede en familia. ¿Le darán al PAN, como premio de consolación los municipios de San Pedro del Gallo y San Luis del Cordero? En pocos días lo sabremos. Claro que en estos municipios, los más conocidos y que vayan arriba en las encuestas, será la candidata o candidato.

Y ya que hablamos de mujeres y de traiciones, ¿cuál de los partidos de la alianza pondrá, como mínimo, $500 millones que costaría regresar al Bicentenario? ¿Lo pondrá el que sacó más votos la vez pasada o el partido en el poder? Ya adivinó, seremos los ciudadanos duranguenses quienes pagaremos con nuestros impuestos la campaña de Va por Durango.

Y ya encarrerado el gato, pagaremos la alianza de Morena. Salvo que haya nacido una política o político que saque dinero de su bolsa para llegar al poder. ¿Hasta cuándo dejaremos de pagar las campañas a los que se mueren de amor por Durango? Mientras exista la llamada partidocracia, nosotros seguiremos financiándola y ellos tendrán los privilegios del poder. De ese tamaño, es el amor que nos tienen.

En esta campaña tampoco habrá sorpresas, veremos a los mismos de siempre, sólo que en diferentes partidos. Nos pedirán el voto para que nuestro Estado sea lo que tanto hemos esperado, y al final escucharemos lo mismo en las campañas que vienen. Parafraseando al clásico, sólo el voto nos puede salvar de los dedazos y las imposiciones. Después de todo, dicen que la esperanza es lo último que muere y es tiempo de que la sociedad decida por quién votar, sin importar lo que nos impongan los grupos y las cúpulas del poder.