/ sábado 10 de abril de 2021

La cruz vacía

El 15 de abril de 2019 la catedral más famosa del mundo, Notre Dame sufrió un incendio en el tejado del edificio. La aguja y el tejado se derrumbaron.

Tanto el espacio interior como muchos bienes muebles se dañaron gravemente. Un dato curioso: Al final del día, cuando el incendio se había extinguido, una icónica obra de arte permanecía intacta. La misma está elaborada de un metal cuyo punto de fusión se alcanza al llegar a los 1.064ºC, razón por la cual pudo sobrevivir pese haber estado rodeado de llamas durante horas. Me refiero a la obra del escultor francés Marc Couturier: LA CRUZ VACIA.

Diseñado para los criminales, la cruz era un instrumento de tortura y ejecución romana. La turba empoderada se arroga la responsabilidad de la sangre del inocente. Sin embargo, todo salió según los planes divinos, como El mismo lo dijo: Jesús voluntariamente puso su vida por amor a nosotros, para salvarnos de nuestros pecados. En pocas horas la cruz estaba vacía, porque un consagrado José de Arimatea, ofreció su tumba para darle digna sepultura. Misma que también, al tercer día, fue encontrada vacía. Por eso no tenemos una CRUZ VACIA tal como la de Notre Dame, porque Cristo se levantó triunfante al tercer día.

El presidente Emmanuel Macrón anunció la reconstrucción de la catedral con un diseño “incluyente”; es decir que admita en su seno todo tipo de confesiones, que van desde el panteísmo, pasando por el credo musulmán, y por supuesto la tan de moda “ideología de género”. Todo un símbolo de lo que hoy es Europa, y gran parte del mundo occidental. Sin embargo, ni la “muerte de Dios” pregonada por Nietzsche, ni el culto al “yo” promocionado por la sociedad de consumo podrán jamás quitarle el poder de dar vida a todo aquel que cree en lo que allí sucedió, que cual presagio no pudo quemarse: LA CRUZ está VACIA.

leonardolombar@gmail.com

El 15 de abril de 2019 la catedral más famosa del mundo, Notre Dame sufrió un incendio en el tejado del edificio. La aguja y el tejado se derrumbaron.

Tanto el espacio interior como muchos bienes muebles se dañaron gravemente. Un dato curioso: Al final del día, cuando el incendio se había extinguido, una icónica obra de arte permanecía intacta. La misma está elaborada de un metal cuyo punto de fusión se alcanza al llegar a los 1.064ºC, razón por la cual pudo sobrevivir pese haber estado rodeado de llamas durante horas. Me refiero a la obra del escultor francés Marc Couturier: LA CRUZ VACIA.

Diseñado para los criminales, la cruz era un instrumento de tortura y ejecución romana. La turba empoderada se arroga la responsabilidad de la sangre del inocente. Sin embargo, todo salió según los planes divinos, como El mismo lo dijo: Jesús voluntariamente puso su vida por amor a nosotros, para salvarnos de nuestros pecados. En pocas horas la cruz estaba vacía, porque un consagrado José de Arimatea, ofreció su tumba para darle digna sepultura. Misma que también, al tercer día, fue encontrada vacía. Por eso no tenemos una CRUZ VACIA tal como la de Notre Dame, porque Cristo se levantó triunfante al tercer día.

El presidente Emmanuel Macrón anunció la reconstrucción de la catedral con un diseño “incluyente”; es decir que admita en su seno todo tipo de confesiones, que van desde el panteísmo, pasando por el credo musulmán, y por supuesto la tan de moda “ideología de género”. Todo un símbolo de lo que hoy es Europa, y gran parte del mundo occidental. Sin embargo, ni la “muerte de Dios” pregonada por Nietzsche, ni el culto al “yo” promocionado por la sociedad de consumo podrán jamás quitarle el poder de dar vida a todo aquel que cree en lo que allí sucedió, que cual presagio no pudo quemarse: LA CRUZ está VACIA.

leonardolombar@gmail.com

ÚLTIMASCOLUMNAS