/ sábado 16 de abril de 2022

Los más desdichados

Los griegos no creían en la resurrección del cuerpo, más bien se burlaban de la misma, tal como lo registra hechos en relación al paso de Pablo por Atenas: “Cuando oyeron de la resurrección, unos se burlaron; pero otros le dijeron: --Queremos que usted nos hable en otra ocasión sobre este tema”. (Hechos 17:32 NVI).

Estas son dos reacciones típicas de la sociedad secular: “Se burla”, y/o “posterga” una doctrina básica del cristianismo, tan básica que de hecho sin la realidad de la resurrección se derrumba la fe cristiana, tal como lo afirma el apóstol Pablo:

Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras, y si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, como tampoco la fe de ustedes… Si la esperanza que tenemos en Cristo fuera sólo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales. 1Corintios 15:1 (3-19)

Irónicamente, el mundo occidental en el que vivimos, que se autodenomina “cristiano” es fiel heredero de esta línea de pensamiento que cree en una cierta “inmortalidad” del alma: A la manera de los estoicos: “somos una chispa que salió de Dios y vuelve a Él”. O bien, mezclado con las ideas orientales, deviene en doctrina de reencarnación; “Depende mi comportamiento seré sapo, cucaracha o gatito en la otra vida”. O también, en una forma de antiguo existencialismo: bajo el lema “comamos y bebamos que mañana moriremos” desarrollan toda una filosofía del aquí y el ahora.

La tumba de Confucio, Buda y Mahoma están ocupadas, pero la de Jesús está vacía. Diez de los once discípulos que estaban muertos de miedo y no creían, murieron como mártires (Sólo Juan murió de viejo en la Isla de Pamos) ¿Darían la vida esos hombres por una leyenda o un Cristo que no hubiera resucitado? Sin duda la prueba más fuerte de que Jesús resucitó y está vivo somos nosotros, los creyentes de todos los tiempos.

Si Cristo NO ha resucitado: Nuestra predicación sería inútil y seríamos testigos falsos. Nuestra fe sería ilusoria y estaríamos muertos en nuestros pecados ¡Seríamos los más desdichados de este mundo!


leonardolombar@gmail.com


Los griegos no creían en la resurrección del cuerpo, más bien se burlaban de la misma, tal como lo registra hechos en relación al paso de Pablo por Atenas: “Cuando oyeron de la resurrección, unos se burlaron; pero otros le dijeron: --Queremos que usted nos hable en otra ocasión sobre este tema”. (Hechos 17:32 NVI).

Estas son dos reacciones típicas de la sociedad secular: “Se burla”, y/o “posterga” una doctrina básica del cristianismo, tan básica que de hecho sin la realidad de la resurrección se derrumba la fe cristiana, tal como lo afirma el apóstol Pablo:

Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras, y si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, como tampoco la fe de ustedes… Si la esperanza que tenemos en Cristo fuera sólo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales. 1Corintios 15:1 (3-19)

Irónicamente, el mundo occidental en el que vivimos, que se autodenomina “cristiano” es fiel heredero de esta línea de pensamiento que cree en una cierta “inmortalidad” del alma: A la manera de los estoicos: “somos una chispa que salió de Dios y vuelve a Él”. O bien, mezclado con las ideas orientales, deviene en doctrina de reencarnación; “Depende mi comportamiento seré sapo, cucaracha o gatito en la otra vida”. O también, en una forma de antiguo existencialismo: bajo el lema “comamos y bebamos que mañana moriremos” desarrollan toda una filosofía del aquí y el ahora.

La tumba de Confucio, Buda y Mahoma están ocupadas, pero la de Jesús está vacía. Diez de los once discípulos que estaban muertos de miedo y no creían, murieron como mártires (Sólo Juan murió de viejo en la Isla de Pamos) ¿Darían la vida esos hombres por una leyenda o un Cristo que no hubiera resucitado? Sin duda la prueba más fuerte de que Jesús resucitó y está vivo somos nosotros, los creyentes de todos los tiempos.

Si Cristo NO ha resucitado: Nuestra predicación sería inútil y seríamos testigos falsos. Nuestra fe sería ilusoria y estaríamos muertos en nuestros pecados ¡Seríamos los más desdichados de este mundo!


leonardolombar@gmail.com


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