/ sábado 16 de diciembre de 2023

Nació siendo rey

Consideramos el amor como la expresión más sublime entre los seres humanos. Pero no nos ponemos a pensar lo suficente de donde vino o cómo lo descubrimos y porque fue que lo hicimos tan nuestro. Y es que el amor “nació”: o al menos “tuvo que nacer”, podemos pensar. Pero ¿Donde? ¿Cuando? ¿No debimos de habernos enterado?

El amor nació en un sucio establo porque no se encontró lugar para él en el mesón. El amor se escuchó en el llanto de un bebé en el medio de la noche. Sólo unos cuántos pastores y magos vinieron a admirarlo. Trajeron presentes y se arrodillaron al verlo.

Ahí estaba: ¡el amor naciendo en el mundo! El amor se vació para que nosotros estuviéramos llenos. Fue quebrantado para que nosotros estuviéramos completos. Fue rechazado para que nosotros fuéramos aceptados. Despreciado para nosotros ser celebrados. El amor se hizo pobre para que nosotros fuéramos ricos. Se hizo pecado para que nosotros nos convirtiéramos en la justicia de Dios.

Cuando el Amor nació, no fue el inicio de su existencia. Fue la manera de hacernos saber que ya existía.

Cuando el amor nació, ya era un Rey, NACIÓ SIENDO REY:

”Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.“ (Isaías 9:6 NVI)


Crédito: Isaac Nájera (Chih)

Consideramos el amor como la expresión más sublime entre los seres humanos. Pero no nos ponemos a pensar lo suficente de donde vino o cómo lo descubrimos y porque fue que lo hicimos tan nuestro. Y es que el amor “nació”: o al menos “tuvo que nacer”, podemos pensar. Pero ¿Donde? ¿Cuando? ¿No debimos de habernos enterado?

El amor nació en un sucio establo porque no se encontró lugar para él en el mesón. El amor se escuchó en el llanto de un bebé en el medio de la noche. Sólo unos cuántos pastores y magos vinieron a admirarlo. Trajeron presentes y se arrodillaron al verlo.

Ahí estaba: ¡el amor naciendo en el mundo! El amor se vació para que nosotros estuviéramos llenos. Fue quebrantado para que nosotros estuviéramos completos. Fue rechazado para que nosotros fuéramos aceptados. Despreciado para nosotros ser celebrados. El amor se hizo pobre para que nosotros fuéramos ricos. Se hizo pecado para que nosotros nos convirtiéramos en la justicia de Dios.

Cuando el Amor nació, no fue el inicio de su existencia. Fue la manera de hacernos saber que ya existía.

Cuando el amor nació, ya era un Rey, NACIÓ SIENDO REY:

”Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.“ (Isaías 9:6 NVI)


Crédito: Isaac Nájera (Chih)

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