Mientras la industria de telecomunicaciones cae en el amarillismo y en la completa desinformación con el simple propósito de causar escándalo en su audiencia, hay algunas noticias que muestran un desarrollo y una evolución en el sistema internacional. Barbados, por ejemplo, una pequeña isla en el caribe con alrededor 280,000 habitantes, demostró que un pasado colonial se puede superar mediante la deconstrucción y una nueva óptica hacia la configuración del mundo.
Fue el 22 de octubre que Barbados celebró su primera elección presidencial después de tener a la Reina Isabel como jefa de Estado por 55 años. Si bien la isla declaró su independencia en 1966, éste permaneció dentro de la Mancomunidad de Naciones donde se le proporciona a la Corona inglesa la jefatura de Estado. La comunidad internacional se sorprendió por que Barbados haya elegido a su primer presidente barbadense y además por el hecho de que éste fuera una mujer. Sandra Mason, superó las expectativas de todos los actores del sistema internacional. Puestos como jueza, embajadora y gobernadora general de la isla llevaron a Mason a ser la figura más competente para el puesto. No sólo ganó mediante mayoría calificada por la cámara baja y la alta, sino que se le considera una piedra angular en el camino de la instauración de la República de Barbados.
Asimismo, Mía Mottley, primer ministro de la isla, reafirmó su apoyo hacia Mason al decir a los medios de comunicación que éste es un momento que cambia por completo el porvenir del país. “Hemos elegido a una […] mujer que es única y apasionada por Barbados, no pretende ser nada más y además refleja los valores de quiénes somos”, declaró Mottley. No es sólo la completa renuncia a los tintes imperialistas que emanan de la Corona inglesa hasta el día de hoy, sino una nueva imagen de este actor en el sistema internacional.
Por esta razón, aunque es histórico que Barbados sea el segundo país en tres décadas en divorciarse de la Reina Isabel, es mucho más profundo el mensaje que se transmite con estas elecciones presidenciales. Vale la pena analizar cómo un pequeño país es dispuesto y capaz de optar por su total soberanía. Es el hecho de liberarse de los lazos coloniales y, además, desde un enfoque constructivista, la deconstrucción en la que se ha trabajado para tener a dos mujeres a la cabeza del Estado.
Barbados es de los pocos países en donde el poder tiene rostro de mujer. Por mucho que se pudiera decir sobre su pasado colonial, la isla es el país más rico y desarrollado del Caribe Oriental. No sólo es su potencial turístico y lo atractivo que es invertir ahí, sino la audacia de las dos mujeres para gestionar el funcionamiento del Estado. Sobre esta misma línea, es sorprendente también el discurso de Mason ante la sociedad. Ésta declaró: “tras obtener la independencia hace más de medio siglo, nuestro país no puede dudar de su capacidad para gobernarse a sí mismo”. La decisión del parlamento de la isla sobre elegir una presidente barbadense, más que enviar un mensaje de cooperación y comunicación, transmite una idea de evolución, liderazgo y nacionalismo.
Finalmente, insisto, lo importante en este suceso es el completo rompimiento de un país con el colonialismo y su disposición para tomar su total soberanía. Es claro que esta acción sacudirá a los que todavía son miembros de la Mancomunidad de Naciones y que podría causar un efecto en ellos una vez que Mason jure su cargo el 30 de noviembre. Este evento marca una pauta para el futuro de la Corona inglesa y que contribuye al gradual desvanecimiento del imperialismo occidental que hasta la fecha juega un gran papel en la configuración del sistema internacional.
*Estudiante de Relaciones Internaciones en la Universidad Anáhuac en CDMX.
