/ lunes 7 de enero de 2019

La incertidumbre de ser burócrata federal

El presidente de la cuarta transformación ha comenzado su gobierno con despidos masivos y con amenazas de que habrá recortes de personal en prácticamente todas las dependencias federales, con lo que de darse, crecerá en forma exponencial el número de desempleados en el país.

Luego del característico sopor que provoca en muchas personas el periodo vacacional decembrino, las tradicionales posadas, los muchos regalos y los habituales excesos en los gastos, la comida y la bebida, las cosas gradualmente regresan al punto de la realidad en que se quedaron hace aproximadamente dos o tres semanas.


Ayer lunes 7 de enero las dependencias de la administración pública federal reiniciaron con normalidad sus actividades laborales; la incertidumbre entre la burocracia federal es la constante que permea entre los miles de trabajadores, aunque en mayor grado entre los llamados trabajadores por honorarios, eventuales y de confianza.

Las renovaciones en las delegaciones -todavía llamadas así- se han convertido en un verdadero quebradero de cabeza. Muchos de los personajes que ya estaban prácticamente “amarrados” han pensado mejor las cosas y no terminan por aceptar; de pronto se percataron que la responsabilidad y el trabajo es mucho para el salario que se les ofrece, amén de que deben lidiar, no con sus pares en las oficinas centrales correspondientes, sino con un superdelegado, quien les quitará juego político en el centro e influencia con los gobernadores en los estados.

Pero la preocupación de los burócratas federales no radica en quién será su nuevo jefe, eso hasta cierto punto los tiene sin cuidado, el temor está en otra parte, en mantener su fuente de ingreso.

El presidente de la cuarta transformación ha comenzado su gobierno con despidos masivos y con amenazas de que habrá recortes de personal en prácticamente todas las dependencias federales, con lo que de darse, crecerá en forma exponencial el número de desempleados en el país.

Se habla de que los trabajadores despedidos serán los contratados bajo el régimen de honorario, eventuales y de confianza. Aquí es importante hacer una precisión: Las contrataciones de personal que hacen los gobiernos de las tres esferas competenciales bajo el esquema de honorarios, no logran configurar una relación de naturaleza civil, el vínculo que se genera es de índole laboral, esto es, hay una relación laboral al actualizarse los supuestos previstos en la Ley Federal del Trabajo.

En lo que respecta a los eventuales, también llamados de sustitución, en el caso que nos ocupa también se configura una relación laboral, son, en su gran mayoría, trabajadores que llevan años haciendo sustituciones, amén de que la fuente de empleo subsiste, así que el ya no contratarlos simplemente no es una solución al problema, muchos tienen derechos como trabajadores.

Ahora, los de confianza, esta depende de la naturaleza de la función que desarrollan, no de la denominación del nombramiento que tengan, así que el hecho de que una persona no sea sindicalizado no le atribuye en automático el estatus de confianza. Lo anterior reduce en grado sumo el número de trabajadores que encuadran en el supuesto de la confianza para los efectos de los despidos.

Por otro lado, si en las dependencias se contratan bajo estos esquemas, es porque los señores sindicalizados no quieren trabajar ni dejar de disfrutar las verdaderas canonjías -encubiertas en derechos sindicales- de que disfrutan. La organización administrativa debe iniciarse justamente con esos trabajadores sindicalizados que no hacen el más mínimo esfuerzo por cumplir con su labor.

A propósito de la reorganización administrativa, esta debe alcanzar a los funcionarios y empleados de las juntas especiales de conciliación y arbitraje, es ahí donde se ventilarán miles de juicios por despidos injustificados, y la verdad de las cosas es que la corrupción que existe presenta niveles alarmantes. Es imperioso que se retome el proyecto que contemplaba su incorporación al Poder Judicial.

El presidente de la cuarta transformación, o su partido Morena, debieron contemplar una partida especial en el presupuesto de egresos 2019 para el pago de indemnizaciones laborales, serán millones de pesos los que habrá que erogarse por despidos injustificados, disminución de salarios y por cambio de residencia de las secretarías de estado.

El presidente de la cuarta transformación ha comenzado su gobierno con despidos masivos y con amenazas de que habrá recortes de personal en prácticamente todas las dependencias federales, con lo que de darse, crecerá en forma exponencial el número de desempleados en el país.

Luego del característico sopor que provoca en muchas personas el periodo vacacional decembrino, las tradicionales posadas, los muchos regalos y los habituales excesos en los gastos, la comida y la bebida, las cosas gradualmente regresan al punto de la realidad en que se quedaron hace aproximadamente dos o tres semanas.


Ayer lunes 7 de enero las dependencias de la administración pública federal reiniciaron con normalidad sus actividades laborales; la incertidumbre entre la burocracia federal es la constante que permea entre los miles de trabajadores, aunque en mayor grado entre los llamados trabajadores por honorarios, eventuales y de confianza.

Las renovaciones en las delegaciones -todavía llamadas así- se han convertido en un verdadero quebradero de cabeza. Muchos de los personajes que ya estaban prácticamente “amarrados” han pensado mejor las cosas y no terminan por aceptar; de pronto se percataron que la responsabilidad y el trabajo es mucho para el salario que se les ofrece, amén de que deben lidiar, no con sus pares en las oficinas centrales correspondientes, sino con un superdelegado, quien les quitará juego político en el centro e influencia con los gobernadores en los estados.

Pero la preocupación de los burócratas federales no radica en quién será su nuevo jefe, eso hasta cierto punto los tiene sin cuidado, el temor está en otra parte, en mantener su fuente de ingreso.

El presidente de la cuarta transformación ha comenzado su gobierno con despidos masivos y con amenazas de que habrá recortes de personal en prácticamente todas las dependencias federales, con lo que de darse, crecerá en forma exponencial el número de desempleados en el país.

Se habla de que los trabajadores despedidos serán los contratados bajo el régimen de honorario, eventuales y de confianza. Aquí es importante hacer una precisión: Las contrataciones de personal que hacen los gobiernos de las tres esferas competenciales bajo el esquema de honorarios, no logran configurar una relación de naturaleza civil, el vínculo que se genera es de índole laboral, esto es, hay una relación laboral al actualizarse los supuestos previstos en la Ley Federal del Trabajo.

En lo que respecta a los eventuales, también llamados de sustitución, en el caso que nos ocupa también se configura una relación laboral, son, en su gran mayoría, trabajadores que llevan años haciendo sustituciones, amén de que la fuente de empleo subsiste, así que el ya no contratarlos simplemente no es una solución al problema, muchos tienen derechos como trabajadores.

Ahora, los de confianza, esta depende de la naturaleza de la función que desarrollan, no de la denominación del nombramiento que tengan, así que el hecho de que una persona no sea sindicalizado no le atribuye en automático el estatus de confianza. Lo anterior reduce en grado sumo el número de trabajadores que encuadran en el supuesto de la confianza para los efectos de los despidos.

Por otro lado, si en las dependencias se contratan bajo estos esquemas, es porque los señores sindicalizados no quieren trabajar ni dejar de disfrutar las verdaderas canonjías -encubiertas en derechos sindicales- de que disfrutan. La organización administrativa debe iniciarse justamente con esos trabajadores sindicalizados que no hacen el más mínimo esfuerzo por cumplir con su labor.

A propósito de la reorganización administrativa, esta debe alcanzar a los funcionarios y empleados de las juntas especiales de conciliación y arbitraje, es ahí donde se ventilarán miles de juicios por despidos injustificados, y la verdad de las cosas es que la corrupción que existe presenta niveles alarmantes. Es imperioso que se retome el proyecto que contemplaba su incorporación al Poder Judicial.

El presidente de la cuarta transformación, o su partido Morena, debieron contemplar una partida especial en el presupuesto de egresos 2019 para el pago de indemnizaciones laborales, serán millones de pesos los que habrá que erogarse por despidos injustificados, disminución de salarios y por cambio de residencia de las secretarías de estado.