/ lunes 14 de octubre de 2019

La Política es así

Los gobernadores de la 4T

Se podría afirmar que dentro de un panorama nacional, ya soplan vientos de fronda por la disputa por el poder en el cada día más cercano año de 2024.

A continuación, se hará un análisis muy general del contexto político del país, principalmente a partir de las siete entidades que gobiernan candidatos emergidos y postulados por Morena, relacionado con la disputa de los aspirantes a dirigentes nacional y estatales del mismo partido, ya que ello implica prerrogativas más influencias que podrían ser decisivas para la postulación de candidatos a diputados y a gobernadores de los Estados que se disputarán en el año de las elecciones de 2021, lo cual, en automático, le daría ventaja al próximo dirigente nacional del partido citado para la postulación de candidatos, obviamente con el visto bueno del creador del partido, a menos de que, como ya lo dijo, se deslindara del partido, y más que deslindarse, se fuera del mismo, pero no sólo él sino que con él se llevará al partido que él concibió y construyó.

Luego pues, veamos, a grosso modo, el entorno y el contexto Morena, de la 4T y sus gobernadores, más sus futuros dirigentes nacional y estatales.

1.- El gobernador de Tabasco, amparado por la decisión presidencial de la construcción de la refinería de Dos Bocas y, además, con la tutela de la “Ley Garrote”, se puede afirmar que está dentro del carril para ser buen gobernador, salvo algún retraso o fracaso de la mencionada refinería.

2.- El gobernador de Veracruz es un hombre bueno, y como tal, no ha podido superar los saldos negativos, principalmente en materia de seguridad pública, de las dos últimas administraciones: una del PRI y la otra del PAN.

3.- Después de la cita a la intervención divina para castigar a quienes, según, su punto de vista, le robaron la elección, el gobernador de Puebla tiene asegurado el fracaso de su administración, puesto que le será imposible lograr la reconciliación no sólo de los poblanos militantes de los dos partidos que se disputaron el poder, sino de los miembros de la misma sociedad civil cuya participación y preferencia electoral cambian cada elección.

4.- El gobernador de Morelos llegó al poder con el impulso de su carisma futbolística y con los vientos de popa del aval de Morena y de su líder natural; sin embargo, se comenta que como gobernante no ha encontrado la cuadratura al círculo y otros toman las decisiones que no siempre han sido las más apropiadas. Más de un morelense y tal vez el mismo mandatario, quisieren que fuere relevado en el cargo que detenta.

5.- Con toda su inteligencia, sus luces y su experiencia, la jefa de gobierno de la Ciudad de México no ha podido deshacerse del lastre que le dejó la anterior administración en varios rubros, dentro de los cuales sobresale, con mucho, el tema de la seguridad pública no obstante el apoyo presidencial y la presencia en el espacio territorial de la Guardia Nacional. No sólo la percepción sino que la misma estadística indican que la criminalidad ha aumentado a partir de la fecha en que asumió el mando en el mes de diciembre de 2018.

6.- El gobernador de Chiapas, quien llegó al poder con la influencia del anterior gobernador y con el beneplácito del entonces candidato presidencial, plácidamente conduce la nave gubernamental y a veces se percibe que está al pairo, en espera de que soplen los vientos de popa centralistas que pretenden transformar el sureste vía los grandes proyectos sexenales del Tren Maya y del Corredor Transístmico concebido para comunicar el Océano Pacífico con el Golfo de México y con la operación acrecentada de los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos.

7.- Si bien es cierto que aún gobierna el PAN en Baja California, a partir del uno de noviembre próximo, lo hará el candidato que ganó las elecciones el pasado dos de junio, pero con una votación muy disminuida en relación a la anterior, gracias al impulso que provino del triunfo del candidato presidencial de Morena y partidos aliados el uno de julio de 2018.

No le ayuda ni a la democracia ni a Morena ni al mismo presidente, la pretensión del candidato electo para extender su mandato a cinco años a pesar de que sólo fue electo por dos años, pretensión que se pretende consolidar a través del montaje de una consulta no confiable y mucho menos vinculatoria tal y como le declaró el presidente del INE.

Al respecto, es necesario hacer notar dos circunstancias:

La primera, que consiste en que el gestor y operador de la maniobra para prorrogar el mandato del gobernador electo, lo es exmilitante del PRI quien fuera cuadro distinguido del mismo, toda vez que en un tiempo formó parte del Comité Ejecutivo Nacional de dicho partido.

La segunda lo constituye el hecho de que, en su ruta hacia el poder y a la elección misma del candidato vencedor, fue apoyado por el grupo político-económico de quien fuera gobernador de Baja California de 1983 a 1989, cuya pésima actuación no sólo se tradujo en que no terminara su gestión, sino que también constituyó el principal factor para que el PRI perdiera la elección estatal y la ganara el candidato del PAN.

Ya se verá cómo termina el vodevil político en que se ha convertido la disputa a favor y en contra de la prórroga.

Así las cosas, con la actuación hasta ahora de siete gobernadores que se hicieron del poder por la vía de Morena, con el carisma de AMLO y su decisión de derrotar a la mafia del poder, más la separación del poder político del poder económico en el pasado reciente, ahora, a menos de dos años de la elección intermedia del 2021, se tiene la disputa por las dirigencias nacional y estatales de este partido, más la elección de catorce gobernadores que se elegirán en el mismo año, por lo que, de acuerdo a lo planteado, se percibe muy complicado que Morena y sus aliados obtengan la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, y más complicado podría ser que el partido aludido y aliados ganaren más de la mitad de las gubernaturas en disputa.

Más difícil será obtener la mayoría absoluta y el triunfo en las catorce entidades en disputa si AMLO y la 4T no avanzan en el combate a la corrupción y a la inseguridad, y más aún si el país no crece cuantitativamente en los términos prometidos para así poder atenuar la desigualdad.

Mal para Morena el huevo de la serpiente de la división generada y manifestada para elegir el pasado domingo delegados, que habrán a su vez elegir a sus dirigentes nacionales, división aderezada en algunos casos por la violencia.

Los gobernadores de la 4T

Se podría afirmar que dentro de un panorama nacional, ya soplan vientos de fronda por la disputa por el poder en el cada día más cercano año de 2024.

A continuación, se hará un análisis muy general del contexto político del país, principalmente a partir de las siete entidades que gobiernan candidatos emergidos y postulados por Morena, relacionado con la disputa de los aspirantes a dirigentes nacional y estatales del mismo partido, ya que ello implica prerrogativas más influencias que podrían ser decisivas para la postulación de candidatos a diputados y a gobernadores de los Estados que se disputarán en el año de las elecciones de 2021, lo cual, en automático, le daría ventaja al próximo dirigente nacional del partido citado para la postulación de candidatos, obviamente con el visto bueno del creador del partido, a menos de que, como ya lo dijo, se deslindara del partido, y más que deslindarse, se fuera del mismo, pero no sólo él sino que con él se llevará al partido que él concibió y construyó.

Luego pues, veamos, a grosso modo, el entorno y el contexto Morena, de la 4T y sus gobernadores, más sus futuros dirigentes nacional y estatales.

1.- El gobernador de Tabasco, amparado por la decisión presidencial de la construcción de la refinería de Dos Bocas y, además, con la tutela de la “Ley Garrote”, se puede afirmar que está dentro del carril para ser buen gobernador, salvo algún retraso o fracaso de la mencionada refinería.

2.- El gobernador de Veracruz es un hombre bueno, y como tal, no ha podido superar los saldos negativos, principalmente en materia de seguridad pública, de las dos últimas administraciones: una del PRI y la otra del PAN.

3.- Después de la cita a la intervención divina para castigar a quienes, según, su punto de vista, le robaron la elección, el gobernador de Puebla tiene asegurado el fracaso de su administración, puesto que le será imposible lograr la reconciliación no sólo de los poblanos militantes de los dos partidos que se disputaron el poder, sino de los miembros de la misma sociedad civil cuya participación y preferencia electoral cambian cada elección.

4.- El gobernador de Morelos llegó al poder con el impulso de su carisma futbolística y con los vientos de popa del aval de Morena y de su líder natural; sin embargo, se comenta que como gobernante no ha encontrado la cuadratura al círculo y otros toman las decisiones que no siempre han sido las más apropiadas. Más de un morelense y tal vez el mismo mandatario, quisieren que fuere relevado en el cargo que detenta.

5.- Con toda su inteligencia, sus luces y su experiencia, la jefa de gobierno de la Ciudad de México no ha podido deshacerse del lastre que le dejó la anterior administración en varios rubros, dentro de los cuales sobresale, con mucho, el tema de la seguridad pública no obstante el apoyo presidencial y la presencia en el espacio territorial de la Guardia Nacional. No sólo la percepción sino que la misma estadística indican que la criminalidad ha aumentado a partir de la fecha en que asumió el mando en el mes de diciembre de 2018.

6.- El gobernador de Chiapas, quien llegó al poder con la influencia del anterior gobernador y con el beneplácito del entonces candidato presidencial, plácidamente conduce la nave gubernamental y a veces se percibe que está al pairo, en espera de que soplen los vientos de popa centralistas que pretenden transformar el sureste vía los grandes proyectos sexenales del Tren Maya y del Corredor Transístmico concebido para comunicar el Océano Pacífico con el Golfo de México y con la operación acrecentada de los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos.

7.- Si bien es cierto que aún gobierna el PAN en Baja California, a partir del uno de noviembre próximo, lo hará el candidato que ganó las elecciones el pasado dos de junio, pero con una votación muy disminuida en relación a la anterior, gracias al impulso que provino del triunfo del candidato presidencial de Morena y partidos aliados el uno de julio de 2018.

No le ayuda ni a la democracia ni a Morena ni al mismo presidente, la pretensión del candidato electo para extender su mandato a cinco años a pesar de que sólo fue electo por dos años, pretensión que se pretende consolidar a través del montaje de una consulta no confiable y mucho menos vinculatoria tal y como le declaró el presidente del INE.

Al respecto, es necesario hacer notar dos circunstancias:

La primera, que consiste en que el gestor y operador de la maniobra para prorrogar el mandato del gobernador electo, lo es exmilitante del PRI quien fuera cuadro distinguido del mismo, toda vez que en un tiempo formó parte del Comité Ejecutivo Nacional de dicho partido.

La segunda lo constituye el hecho de que, en su ruta hacia el poder y a la elección misma del candidato vencedor, fue apoyado por el grupo político-económico de quien fuera gobernador de Baja California de 1983 a 1989, cuya pésima actuación no sólo se tradujo en que no terminara su gestión, sino que también constituyó el principal factor para que el PRI perdiera la elección estatal y la ganara el candidato del PAN.

Ya se verá cómo termina el vodevil político en que se ha convertido la disputa a favor y en contra de la prórroga.

Así las cosas, con la actuación hasta ahora de siete gobernadores que se hicieron del poder por la vía de Morena, con el carisma de AMLO y su decisión de derrotar a la mafia del poder, más la separación del poder político del poder económico en el pasado reciente, ahora, a menos de dos años de la elección intermedia del 2021, se tiene la disputa por las dirigencias nacional y estatales de este partido, más la elección de catorce gobernadores que se elegirán en el mismo año, por lo que, de acuerdo a lo planteado, se percibe muy complicado que Morena y sus aliados obtengan la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, y más complicado podría ser que el partido aludido y aliados ganaren más de la mitad de las gubernaturas en disputa.

Más difícil será obtener la mayoría absoluta y el triunfo en las catorce entidades en disputa si AMLO y la 4T no avanzan en el combate a la corrupción y a la inseguridad, y más aún si el país no crece cuantitativamente en los términos prometidos para así poder atenuar la desigualdad.

Mal para Morena el huevo de la serpiente de la división generada y manifestada para elegir el pasado domingo delegados, que habrán a su vez elegir a sus dirigentes nacionales, división aderezada en algunos casos por la violencia.

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