/ martes 16 de junio de 2020

La política es así


AMLO versus opositores

Si bien es cierto de que antes del 6 de junio, el presidente había manejado un discurso soterrado y a veces no tanto, cuya esencia sería la permanencia más en el poder allá del 2024, en el pronunciado al visitar y constatar la rehabilitación de la refinería de Minatitlán, no dejó en medias tintas su pretensión política futurista, consistente en que habría que preservar el liberalismo que se arroga cotidianamente sobre el conservadurismo en el cual ubica a a sus opositores.

El martes 9 de junio, en el contexto de la conferencia “mañanera”, fue más explícito al respecto, para la cual tomó como referencia el contenido de un escrito adjudicado al Bloque Opositor Amplio (BOA) cuya finalidad sería el rescate de México; escrito que tiene todos los visos de haber sido concebido y pergeñado tras bambalinas del ejercicio del poder, obviamente validado por él en su contenido y difusión, cuya lectura estuvo a cargo del vocero presidencial.

El escrito de marras no se puede clasificar como “falsificado” porque carece de firma o firmas que podrían tener la calidad de falsas. Luego pues, se le podría considerar como anónimo puesto que no contiene nombre alguno que indique que haya sido redactado por los opositores a que en el mismo se hizo alusión, en cuya enumeración, no se incluyó algún nombre u organismo que no se haya dado a conocer previamente, salvo al INE y al TRIFE, o sea, más que a las instituciones, a los personajes que actualmente los integran.

Ya definidos los campos entre los liberales y conservadores, los primeros bajo el liderazgo indiscutible de AMLO, mientras que los segundos aún no se inclinan abiertamente por uno o más que los presida para enfrentar a aquél, durante la semana antepasada, el presidente inició sus giras por diversos estados y las cuales programó y ya continuó para y durante la presente semana.

Con ello, es obvio que también inició la campaña con miras a disputar y ganar no sólo todas o la mayoría de las gubernaturas, sino también obtener la mayoría absoluta, y si fuere posible, conservar la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.

Así pues, precisado el objetivo, es procedente deslindar los campos estatales en los cuales se habrá de disputar la permanencia y proyección de la 4T más allá del 1 de diciembre de 2024, en el entendido de que, si en estos días que corren, se celebraren las elecciones, el partido del presidente y los aliados del mismo, ganarían la mayoría de las gubernaturas en disputa y, consecuentemente, la mayoría absoluta en los Congresos locales y por tanto, la mayoría de los ayuntamientos que habrán de renovarse al amparo de las elecciones referidas..

Al margen de la anterior observación, los campos de batalla electoral de carácter estatal, son: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas.

De los estados enumerados, solamente en uno de ellos (Baja California) el partido gobernante es Morena, por lo que, con el plus presidencial, se considera que dicho partido conservará el poder.

Matizados por el color de la izquierda de tiempo ha, la izquierda representada por Morena y sus partidos aliados PT y PVEM, recuperarán los gobiernos de Guerrero y de Michoacán.

Sonora es terreno propicio para que el próximo gobernador, con el aval de los partidos citados, sea el actual titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana quien, además del visto bueno presidencial, sería cobijado e impulsado al triunfo por el colosismo que persiste en el Estado y que aún conserva el recuerdo del sonorense candidato (de quien estuvo muy cerca) a la presidencia de la República, asesinado el 23 de marzo de 1994.

Zacatecas fue gobernado durante dos sexenios por candidatos postulados por el PRD, y el primero de ellos, es el operador del presidente y de la 4T en la Cámara de Senadores, quien, por otra parte, conserva su fuerza electoral en el Estado y el candidato habrá de ser quien él decida y se presume que podría ser un hermano de él con presencia y actividad política en el Estado.

El centro y el sureste (tal vez salvo Yucatán) son territorio de AMLO y de Morena y aliados. Luego, las gubernaturas de Tlaxcala y Campeche serán para Morena. Además, en ambos estados incidirá la grisura de la dirigencia nacional del PRI, partido que gobierna en ambas entidades y que trascenderá a San Luis Potosí y Colima, cuyas gubernaturas podrían pasar a ser parte del activo político de Morena y aliados, y más si se toma en cuenta que en 2015 el PRI ganó en segunda vuelta en Colima, mientras que en San Luis Potosí la izquierda estuvo presente con el PRD pero que ahora transitó hacia Morena, sin pasar por alto el peso tradicional del PAN en el Estado que no impediría que Morena y aliados vencieran el año próximo.

La elección en Sinaloa se trata de palabras mayores, de tal suerte que, al margen de la gestión positiva del gobernador, el PRI no ganaría la gubernatura sino que la misma sería para Morena y aliados.

El PAN actualmente gobierna en Nayarit y Querétaro. Se duda que pudiere a ganar el primero, de tal suerte que Morena y aliados se podrían alzar con la victoria, mientras que en Querétaro, la correlación de fuerzas y la gestión aceptable del actual gobernador, la victoria se inclinaría a su favor.

En Nuevo León, gobernado por un candidato calificado como independiente, el triunfo se disputará entre Morena y aliados, el PAN y el PRI que contendería solo, mientras que el primero podría aliarse con MC y el PRD que también lo fueron en 2018. El peor error en esta entidad y en otras sería que el PRI y el PAN se aliaran porque se demostraría que ambos son iguales y entonces ambos cargarían de los errores de las gestiones presidenciales de 2000 al 2018.

Finalmente, en Baja California Sur el gobernante surgió del PAN, pero se requiere tener presente que con anterioridad lo había hecho el PRD, o sea, la izquierda la cual también transitó a Morena. Luego, este partido y aliados ganarían la gubernatura.

Como acotación final, los tres principales partidos no tienen dirigencia fuerte, y si la tienen, está dividida. Es notoria la ausencia del PRI, como lo es la división del PAN, mientras que la de Morena es interina, pero en su caso la misma no cuenta, ya que, en los hechos, el dirigente real es el presidente y de él dependerán los triunfos y las derrotas, y ya inició la campaña. Los opositores no se perciben con un liderazgo fuerte y competitivo. La unión de los gobernadores del PAN y su rol opositor es otra historia.


AMLO versus opositores

Si bien es cierto de que antes del 6 de junio, el presidente había manejado un discurso soterrado y a veces no tanto, cuya esencia sería la permanencia más en el poder allá del 2024, en el pronunciado al visitar y constatar la rehabilitación de la refinería de Minatitlán, no dejó en medias tintas su pretensión política futurista, consistente en que habría que preservar el liberalismo que se arroga cotidianamente sobre el conservadurismo en el cual ubica a a sus opositores.

El martes 9 de junio, en el contexto de la conferencia “mañanera”, fue más explícito al respecto, para la cual tomó como referencia el contenido de un escrito adjudicado al Bloque Opositor Amplio (BOA) cuya finalidad sería el rescate de México; escrito que tiene todos los visos de haber sido concebido y pergeñado tras bambalinas del ejercicio del poder, obviamente validado por él en su contenido y difusión, cuya lectura estuvo a cargo del vocero presidencial.

El escrito de marras no se puede clasificar como “falsificado” porque carece de firma o firmas que podrían tener la calidad de falsas. Luego pues, se le podría considerar como anónimo puesto que no contiene nombre alguno que indique que haya sido redactado por los opositores a que en el mismo se hizo alusión, en cuya enumeración, no se incluyó algún nombre u organismo que no se haya dado a conocer previamente, salvo al INE y al TRIFE, o sea, más que a las instituciones, a los personajes que actualmente los integran.

Ya definidos los campos entre los liberales y conservadores, los primeros bajo el liderazgo indiscutible de AMLO, mientras que los segundos aún no se inclinan abiertamente por uno o más que los presida para enfrentar a aquél, durante la semana antepasada, el presidente inició sus giras por diversos estados y las cuales programó y ya continuó para y durante la presente semana.

Con ello, es obvio que también inició la campaña con miras a disputar y ganar no sólo todas o la mayoría de las gubernaturas, sino también obtener la mayoría absoluta, y si fuere posible, conservar la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.

Así pues, precisado el objetivo, es procedente deslindar los campos estatales en los cuales se habrá de disputar la permanencia y proyección de la 4T más allá del 1 de diciembre de 2024, en el entendido de que, si en estos días que corren, se celebraren las elecciones, el partido del presidente y los aliados del mismo, ganarían la mayoría de las gubernaturas en disputa y, consecuentemente, la mayoría absoluta en los Congresos locales y por tanto, la mayoría de los ayuntamientos que habrán de renovarse al amparo de las elecciones referidas..

Al margen de la anterior observación, los campos de batalla electoral de carácter estatal, son: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas.

De los estados enumerados, solamente en uno de ellos (Baja California) el partido gobernante es Morena, por lo que, con el plus presidencial, se considera que dicho partido conservará el poder.

Matizados por el color de la izquierda de tiempo ha, la izquierda representada por Morena y sus partidos aliados PT y PVEM, recuperarán los gobiernos de Guerrero y de Michoacán.

Sonora es terreno propicio para que el próximo gobernador, con el aval de los partidos citados, sea el actual titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana quien, además del visto bueno presidencial, sería cobijado e impulsado al triunfo por el colosismo que persiste en el Estado y que aún conserva el recuerdo del sonorense candidato (de quien estuvo muy cerca) a la presidencia de la República, asesinado el 23 de marzo de 1994.

Zacatecas fue gobernado durante dos sexenios por candidatos postulados por el PRD, y el primero de ellos, es el operador del presidente y de la 4T en la Cámara de Senadores, quien, por otra parte, conserva su fuerza electoral en el Estado y el candidato habrá de ser quien él decida y se presume que podría ser un hermano de él con presencia y actividad política en el Estado.

El centro y el sureste (tal vez salvo Yucatán) son territorio de AMLO y de Morena y aliados. Luego, las gubernaturas de Tlaxcala y Campeche serán para Morena. Además, en ambos estados incidirá la grisura de la dirigencia nacional del PRI, partido que gobierna en ambas entidades y que trascenderá a San Luis Potosí y Colima, cuyas gubernaturas podrían pasar a ser parte del activo político de Morena y aliados, y más si se toma en cuenta que en 2015 el PRI ganó en segunda vuelta en Colima, mientras que en San Luis Potosí la izquierda estuvo presente con el PRD pero que ahora transitó hacia Morena, sin pasar por alto el peso tradicional del PAN en el Estado que no impediría que Morena y aliados vencieran el año próximo.

La elección en Sinaloa se trata de palabras mayores, de tal suerte que, al margen de la gestión positiva del gobernador, el PRI no ganaría la gubernatura sino que la misma sería para Morena y aliados.

El PAN actualmente gobierna en Nayarit y Querétaro. Se duda que pudiere a ganar el primero, de tal suerte que Morena y aliados se podrían alzar con la victoria, mientras que en Querétaro, la correlación de fuerzas y la gestión aceptable del actual gobernador, la victoria se inclinaría a su favor.

En Nuevo León, gobernado por un candidato calificado como independiente, el triunfo se disputará entre Morena y aliados, el PAN y el PRI que contendería solo, mientras que el primero podría aliarse con MC y el PRD que también lo fueron en 2018. El peor error en esta entidad y en otras sería que el PRI y el PAN se aliaran porque se demostraría que ambos son iguales y entonces ambos cargarían de los errores de las gestiones presidenciales de 2000 al 2018.

Finalmente, en Baja California Sur el gobernante surgió del PAN, pero se requiere tener presente que con anterioridad lo había hecho el PRD, o sea, la izquierda la cual también transitó a Morena. Luego, este partido y aliados ganarían la gubernatura.

Como acotación final, los tres principales partidos no tienen dirigencia fuerte, y si la tienen, está dividida. Es notoria la ausencia del PRI, como lo es la división del PAN, mientras que la de Morena es interina, pero en su caso la misma no cuenta, ya que, en los hechos, el dirigente real es el presidente y de él dependerán los triunfos y las derrotas, y ya inició la campaña. Los opositores no se perciben con un liderazgo fuerte y competitivo. La unión de los gobernadores del PAN y su rol opositor es otra historia.

ÚLTIMASCOLUMNAS
martes 14 de septiembre de 2021

La política es así

¿El regreso?

Juventino Rodarte Solís

martes 07 de septiembre de 2021

La política es así

Selección natural

Juventino Rodarte Solís

martes 03 de agosto de 2021

La política es así

Relevo generacional

Juventino Rodarte Solís

martes 27 de julio de 2021

La política es así

Al arte de gobernar

Juventino Rodarte Solís

martes 20 de julio de 2021

La política es así

Meritocracia

Juventino Rodarte Solís

Cargar Más