/ martes 19 de enero de 2021

La política es así

Aridez ideológica


En la anterior colaboración hice referencia a la alianza opositora de tres partidos políticos con la injerencia de organizaciones sociales surgidas de la iniciativa privada.

Las cuales, acorde con sus objetivos, no sólo aportarán votos sino también recursos, con la finalidad de obtener el control de la Cámara de Diputados que implica esencialmente el control de poder económico, sin descartar la posibilidad, cercana a la probabilidad, de conservar buena parte del poder territorial que estará en juego en las próximas elecciones.

En el contexto político nacional, la alianza opositora, por lo que se refiere al poder legislativo, ya definió los distritos electorales en los cuales participarán. Sólo resta definir las candidaturas.

Por lo que se refiere al poder territorial, la alianza no se dará en todos los estados, y en los que sí, aún no se definen las candidaturas a favor de los mejores perfiles para ganar o conservar el poder.

Lo anterior no es obstáculo para realzar la esencia de la alianza no distante de la alianza partidaria que está en el poder, la cual no es otra más que la aridez ideológica que las matiza y proclives más al pragmatismo que a la ideología, tal y como lo reseña el maestro Elisur Arteaga Nava en su ensayo publicado en la revista Proceso de fecha 10 de enero del año en curso, en el cual crudamente anota que la disputa por el poder que viene estará marcada por el pragmatismo que califica de cínico, más que por las ideologías lo cual implica el fin de éstas..

Hoy en la contienda por el poder en Durango, se deja de lado el contexto nacional para concretarse exclusivamente en el ámbito político local, y más si ya se sabe los alcances de la alianza opositora y las candidaturas que les corresponden los partidos miembros de la aquélla.

En el ámbito federal, los cuatros distritos electorales se distribuyeron en la forma siguiente: Los distritos 1 y 4 para el PAN; al PRI le correspondió el 2; mientras que al PRD se quedó con el 3, el cual ya dijo que postulará a un candidato de la sociedad civil, el cual, se intuye, estará cercano al gobernador de la entidad. Los nombres de los candidatos ya se filtraron. Sólo resta su confirmación.

En el Estado se informó que la distribución de los 15 distritos es la siguiente: El PAN 7 distritos (1, 5, 7, 8, 10, 11 y 12); el PRI 6 distritos (2, 4, 6, 9, 13 y 15); y el PRD dos distritos (3 y 14). Se mencionan nombres pendientes de confirmación.

Se nace que el resultado de los comicios que vienen, dependerá de los gobernadores provenientes de alguno de los partidos de la alianza opositora, los cuales, por razones obvias, fueron privilegiados en la definición de candidaturas, los cuales, en la disputa por el poder, se enfrentarán al centralismo presidencial que aspira a conquistar más espacios electorales y fundamentalmente conservar la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados para tener el control para delinear el presupuesto de egresos de la Federación con su amplia gama de implicaciones.

A estas alturas de la política, se pregunta si aún existirán hombres y mujeres que les interese la prevalencia de la ideología sobre la consecución perversa del poder por el poder, que en palabras de Federico Campbell (La invención del poder, Aguilar 1994), el poder no es otra cosa más que el poder para poder hacer.

Al gobernador del Estado le interesa mucho la elección de los diputados locales ya que la legislatura trascenderá el sexenio y querría tener mayoría en el Congreso del Estado. En el entendido que por vez primera en un sexenio se darán tres legislaturas.

Por supuesto, faltar saber cómo el partido en el poder enfrentará a la alianza opositora en Durango.

Aridez ideológica


En la anterior colaboración hice referencia a la alianza opositora de tres partidos políticos con la injerencia de organizaciones sociales surgidas de la iniciativa privada.

Las cuales, acorde con sus objetivos, no sólo aportarán votos sino también recursos, con la finalidad de obtener el control de la Cámara de Diputados que implica esencialmente el control de poder económico, sin descartar la posibilidad, cercana a la probabilidad, de conservar buena parte del poder territorial que estará en juego en las próximas elecciones.

En el contexto político nacional, la alianza opositora, por lo que se refiere al poder legislativo, ya definió los distritos electorales en los cuales participarán. Sólo resta definir las candidaturas.

Por lo que se refiere al poder territorial, la alianza no se dará en todos los estados, y en los que sí, aún no se definen las candidaturas a favor de los mejores perfiles para ganar o conservar el poder.

Lo anterior no es obstáculo para realzar la esencia de la alianza no distante de la alianza partidaria que está en el poder, la cual no es otra más que la aridez ideológica que las matiza y proclives más al pragmatismo que a la ideología, tal y como lo reseña el maestro Elisur Arteaga Nava en su ensayo publicado en la revista Proceso de fecha 10 de enero del año en curso, en el cual crudamente anota que la disputa por el poder que viene estará marcada por el pragmatismo que califica de cínico, más que por las ideologías lo cual implica el fin de éstas..

Hoy en la contienda por el poder en Durango, se deja de lado el contexto nacional para concretarse exclusivamente en el ámbito político local, y más si ya se sabe los alcances de la alianza opositora y las candidaturas que les corresponden los partidos miembros de la aquélla.

En el ámbito federal, los cuatros distritos electorales se distribuyeron en la forma siguiente: Los distritos 1 y 4 para el PAN; al PRI le correspondió el 2; mientras que al PRD se quedó con el 3, el cual ya dijo que postulará a un candidato de la sociedad civil, el cual, se intuye, estará cercano al gobernador de la entidad. Los nombres de los candidatos ya se filtraron. Sólo resta su confirmación.

En el Estado se informó que la distribución de los 15 distritos es la siguiente: El PAN 7 distritos (1, 5, 7, 8, 10, 11 y 12); el PRI 6 distritos (2, 4, 6, 9, 13 y 15); y el PRD dos distritos (3 y 14). Se mencionan nombres pendientes de confirmación.

Se nace que el resultado de los comicios que vienen, dependerá de los gobernadores provenientes de alguno de los partidos de la alianza opositora, los cuales, por razones obvias, fueron privilegiados en la definición de candidaturas, los cuales, en la disputa por el poder, se enfrentarán al centralismo presidencial que aspira a conquistar más espacios electorales y fundamentalmente conservar la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados para tener el control para delinear el presupuesto de egresos de la Federación con su amplia gama de implicaciones.

A estas alturas de la política, se pregunta si aún existirán hombres y mujeres que les interese la prevalencia de la ideología sobre la consecución perversa del poder por el poder, que en palabras de Federico Campbell (La invención del poder, Aguilar 1994), el poder no es otra cosa más que el poder para poder hacer.

Al gobernador del Estado le interesa mucho la elección de los diputados locales ya que la legislatura trascenderá el sexenio y querría tener mayoría en el Congreso del Estado. En el entendido que por vez primera en un sexenio se darán tres legislaturas.

Por supuesto, faltar saber cómo el partido en el poder enfrentará a la alianza opositora en Durango.

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