Se insiste. En las elecciones de junio de 2021 estarán en disputa el poder territorial en 15 estados y el poder en la Cámara de los Diputados para así tener el control del presupuesto de egresos de la Federación.
El poder en la Cámara de Diputados lo conservará Morena, o sea el presidente, a través de las diputaciones que obtenga por sí o con alianza con el PVEM y el PT, más las que obtengan los tres nuevos partidos afines al presidente y la 4T.
La alianza pretendida por los partidos PRI, PAN, PRD y MC no sería suficiente para obtener más de la mitad de los miembros de la Cámara, a pesar de la suma a su pretensión de la organización Sí por México, cuyo virtual dirigente ha declarado, en esencia, que se aspira a regresar el pasado que ya se fue en julio del 2018, lo cual se pretende al sumarse al PAN y al PRI no obstante de sus fallidas gestiones de 2000-2018.
Aunado a lo anterior, se introducen las argumentaciones siguientes para fortalecer el resultado legislativo avizorado.
La disputa del poder territorial en los quince estados en los cuales se elegirá al gobernador, se basará más que en los partidos, en los perfiles de los candidatos, cobijados los de Morena por la figura de su líder que funge como presidente de la República.
Morena y su líder postularán a leales y por tanto confiables candidatos que militen o afines a dicho partido.
Para constatar las cualidades establecidas de los candidatos, Morena habrá de postular a servidores públicos cuyo jefe máximo es el presidente, dentro de los cuales ya se ubican a un ex secretario y a un subsecretario de estado, más un número significativo de los llamados superdelegados y/o coordinadores estatales que tienen casi dos años en funciones, y los cuales, sobre todo los primeros, tienen a su cargo la distribución de los recursos de los programas sociales a los beneficiados incluidos en los padrones respectivos, que operan con la supervisión del Coordinador Nacional quien sólo le rinde cuentas al presidente.
Tal vez sean postulados algunos senadores también poseedores de la lealtad y confiabilidad requeridas.
Aliados los partidos PRI, PAN, PRD y MC no podrán superar estatalmente a los candidatos de Morena y aliados, y menos si el partido MC decide postular a un candidato por su cuenta, tal y como se daría en Nuevo León (además de Jalisco y Veracruz) en donde tiene fuerza electoral significativa.
Lo anterior se concluye en atención a que en más de un caso se daría una especie de suma cero por la cantidad de votos que aportarían el PRI y el PRD a una alianza con el PAN, partido este que en las encuestas invariablemente aparece en el segundo lugar de las preferencias. Sin embargo, por hoy arrojan que el PAN sólo ganaría en el estado de Querétaro.
No se concibe a los viejos militantes del PRI o del PAN votando por sus contrarios.
Otro argumento se deriva del hecho de que los candidatos a gobernador en los quince estados impulsarían el voto a favor de los candidatos a diputados federales. Luego, el partido que triunfe en cada estado podría obtener más diputados federales en cada uno de ellos.
Por otra parte, en el caso de los siete estados actualmente gobernados por Morena, incluido Morelos, las campañas se sustentarán en los resultados de las acciones de los gobiernos tanto federal como estatales, más en la persistencia del discurso de Morena, del presidente y de la 4T en contra de la corrupción y en el combate a la pobreza que han incidido mucho para que el presidente se ubique aún en las preferencia electoral más allá del 50%.
Veremos si la conserva en las elecciones de junio de 2021 preludio de las elecciones presidenciales del 2024.
