/ domingo 21 de enero de 2024

Tres Durangos

Todos los días hay una hora azul, el momento en el que comienzan a trinar los pájaros en el amanecer. A veces el ruido de las ciudades impide esta magnífica sensación de sentir la llegada del nuevo día. Sucede en Durango, la perla del Guadiana, algo parecido durante el atardecer, hay varios lugares donde los zanates proliferan entre las copas de los árboles, las aves “quiscalus mexicanus” brindan un concierto improvisado que merece dar el nombre de un color a esa hora propicia de su ceremonia silvestre y a la que vale la pena asistir puntualmente.

Tanto en la mañana como en el ocaso, una casa soñada puede ser aquella en la que tomamos un café para llegar al bulevar que conduce a la antigua estación duranguense de ferrocarriles. Allí hay un remanso de paz que pertenece a otros siglos. Con sus vestíbulos de grandes ventanales inspirados al estilo italiano, su fachada monumental puede recordar una semejanza con la Estación Pensilvania de Nueva York. Entonces, allí también hay pájaros nómadas de otros tiempos que habitan el lugar para deleite de quien cruza sus inmediaciones, y podemos imaginar en esa estación los miles de millones de momentos de otros trenes que van y vienen entre una ciudad y otra. El símbolo del tren está asociado a la Revolución mexicana y al progreso de las naciones, pero también a la vida misma con sus orígenes y destinos.

Si tomamos el café en una misma casa soñada pero en el País Vasco, la Durango vizcaína nos sorprende también con la travesía permanente de sus raíles antiguos que se convierten en quimera y paréntesis de otros tiempos idos, se dice que el mejor momento para conocer a alguien es viajando, por eso también el movimiento en una ciudad se hace esencial para poder conocerla y vivirla, realmente la vida es un eterno viaje alrededor de nosotros mismos. En la Matxinestarta Kalea, se encuentra la central de Correos, hace tiempo que los rieles del tren fueron soterrados, se habla de nuevas zonas verdes para Durangaldea, de un anfiteatro a la altura del Landako Gunea y de un puente metálico de la calle Trenbide que será pasarela para viandantes en muchas mañanas de la capital vasca del Duranguesado.

La estación del Euskotren se volvió subterránea, a diferencia de la mexicana, pero ambas habitan un mismo pulso con la luz solar y con la nocturna, se diluyen en la memoria de la ciudad, desaparecen y mantienen su presencia a la par, son lugares de la historia cotidiana que relucen en la memoria irrepetible de cada día. Hay escenas cinematográficas de la estación duranguense que perviven en el imaginario mexicano, y el tren vasco tarda algo más de media hora en conectar Bilbao con Durango, desde la parada de Zazpikaleak del casco viejo se accede al tren directo que recorre 26 kilómetros para llegar hasta el espejo cristalino de las orillas del río Mañaria, ese otro ensueño urbano que invita a la fantasía de horas azules en los parajes de Urkiola, la ferrería de los abedules, donde otros pájaros nacen y mueren desde los tiempos mitológicos del monte Amboto.

En la Durango de Colorado, el expreso del Cañón de la Cascada puede tomarse como una excursión turística de cinco horas por los territorios dorados y níveos de las Montañas Rocosas del suroeste, con vistas al río Animas que convoca y deleita a los viajeros de cabinas ideales para tomar fotografías. Y también los Ghost Crawls son un atractivo del tren duranguense de United States, varias centurias embrujan el ferrocarril nocturno, hay incluso excursiones amenizadas por el folk tradicional de los vaqueros, el Cowboy Poetry Train con tarifas especiales con rumbo a Silverton de ida y vuelta. Cuenta el Herald duranguense que en estos días de enero, el reconocido fotógrafo David Yarrow está de visita para realizar una sesión de su trabajo artístico, platicó en la Sorrel Sky Gallery de sus últimas experiencias de viaje, China, Rusia, Japón y Denver, confundió su maleta con la de otro pasajero y en Durango ya tomó las fotos que tal vez soñó y son como un sueño en tren. En su Instagram, el artista escocés cuenta con 489 mil seguidores que podrán disfrutar de las imágenes duranguenses del norte, igual que en la hora azul de los primeros pájaros del día y como se recuerda la primera vez de la nieve.

Todos los días hay una hora azul, el momento en el que comienzan a trinar los pájaros en el amanecer. A veces el ruido de las ciudades impide esta magnífica sensación de sentir la llegada del nuevo día. Sucede en Durango, la perla del Guadiana, algo parecido durante el atardecer, hay varios lugares donde los zanates proliferan entre las copas de los árboles, las aves “quiscalus mexicanus” brindan un concierto improvisado que merece dar el nombre de un color a esa hora propicia de su ceremonia silvestre y a la que vale la pena asistir puntualmente.

Tanto en la mañana como en el ocaso, una casa soñada puede ser aquella en la que tomamos un café para llegar al bulevar que conduce a la antigua estación duranguense de ferrocarriles. Allí hay un remanso de paz que pertenece a otros siglos. Con sus vestíbulos de grandes ventanales inspirados al estilo italiano, su fachada monumental puede recordar una semejanza con la Estación Pensilvania de Nueva York. Entonces, allí también hay pájaros nómadas de otros tiempos que habitan el lugar para deleite de quien cruza sus inmediaciones, y podemos imaginar en esa estación los miles de millones de momentos de otros trenes que van y vienen entre una ciudad y otra. El símbolo del tren está asociado a la Revolución mexicana y al progreso de las naciones, pero también a la vida misma con sus orígenes y destinos.

Si tomamos el café en una misma casa soñada pero en el País Vasco, la Durango vizcaína nos sorprende también con la travesía permanente de sus raíles antiguos que se convierten en quimera y paréntesis de otros tiempos idos, se dice que el mejor momento para conocer a alguien es viajando, por eso también el movimiento en una ciudad se hace esencial para poder conocerla y vivirla, realmente la vida es un eterno viaje alrededor de nosotros mismos. En la Matxinestarta Kalea, se encuentra la central de Correos, hace tiempo que los rieles del tren fueron soterrados, se habla de nuevas zonas verdes para Durangaldea, de un anfiteatro a la altura del Landako Gunea y de un puente metálico de la calle Trenbide que será pasarela para viandantes en muchas mañanas de la capital vasca del Duranguesado.

La estación del Euskotren se volvió subterránea, a diferencia de la mexicana, pero ambas habitan un mismo pulso con la luz solar y con la nocturna, se diluyen en la memoria de la ciudad, desaparecen y mantienen su presencia a la par, son lugares de la historia cotidiana que relucen en la memoria irrepetible de cada día. Hay escenas cinematográficas de la estación duranguense que perviven en el imaginario mexicano, y el tren vasco tarda algo más de media hora en conectar Bilbao con Durango, desde la parada de Zazpikaleak del casco viejo se accede al tren directo que recorre 26 kilómetros para llegar hasta el espejo cristalino de las orillas del río Mañaria, ese otro ensueño urbano que invita a la fantasía de horas azules en los parajes de Urkiola, la ferrería de los abedules, donde otros pájaros nacen y mueren desde los tiempos mitológicos del monte Amboto.

En la Durango de Colorado, el expreso del Cañón de la Cascada puede tomarse como una excursión turística de cinco horas por los territorios dorados y níveos de las Montañas Rocosas del suroeste, con vistas al río Animas que convoca y deleita a los viajeros de cabinas ideales para tomar fotografías. Y también los Ghost Crawls son un atractivo del tren duranguense de United States, varias centurias embrujan el ferrocarril nocturno, hay incluso excursiones amenizadas por el folk tradicional de los vaqueros, el Cowboy Poetry Train con tarifas especiales con rumbo a Silverton de ida y vuelta. Cuenta el Herald duranguense que en estos días de enero, el reconocido fotógrafo David Yarrow está de visita para realizar una sesión de su trabajo artístico, platicó en la Sorrel Sky Gallery de sus últimas experiencias de viaje, China, Rusia, Japón y Denver, confundió su maleta con la de otro pasajero y en Durango ya tomó las fotos que tal vez soñó y son como un sueño en tren. En su Instagram, el artista escocés cuenta con 489 mil seguidores que podrán disfrutar de las imágenes duranguenses del norte, igual que en la hora azul de los primeros pájaros del día y como se recuerda la primera vez de la nieve.

ÚLTIMASCOLUMNAS
lunes 26 de febrero de 2024

Una casa soñada

Samir Delgado

lunes 19 de febrero de 2024

Una casa soñada

Samir Delgado

domingo 21 de enero de 2024

Tres Durangos

Samir Delgado

lunes 08 de enero de 2024

Tres Durangos

Samir Delgado

lunes 18 de diciembre de 2023

Tres Durangos

Samir Delgado

lunes 11 de diciembre de 2023

Tres Durangos

Samir Delgado

lunes 04 de diciembre de 2023

Tres Durangos

Samir Delgado

lunes 27 de noviembre de 2023

Tres Durangos

Samir Delgado

lunes 13 de noviembre de 2023

Tres Durangos

Samir Delgado

lunes 06 de noviembre de 2023

Tres Durangos

Samir Delgado

Cargar Más