Plan de ahorro estructural ante el Covid-19
Ante la profunda y compleja crisis, la cual es multifactorial y a escala mundial impostergable tomar medidas pero a fondo y de largo alcance.
El hilo conductor para llevar a cabo los objetivos y así enfrentar tal amenazante escenario, sería empezar por un recorte severo y estructural al gasto público, teniendo como premisas: Acabar con el paraíso de privilegios del que goza la alta burocracia de los tres poderes y de todos los gobiernos.
El punto de inicio sería la reducción de sueldos y de prestaciones, medida transversal, que aparte del significativo ahorro dignificaría el ejercicio de la administración bajo la lógica, servir al pueblo, más no servirse de éste; Acabar con los gastos protocolarios y superfluos, como los que generan dualidades operacionales.
Ejemplos: Menos comunicación social pagada, en todas sus modalidades; Eliminar servicios personales (asistentes, choferes, edecanes, guaruras, etc.; Considerar una verdadera reforma electoral que contemple como eje recto;
Eliminar la organización dual lo que significaría desaparecer todos los organismos locales en la materia, así como introducir el voto electrónico entre otras medidas que propiciarían un ejercicio electoral más ágil, transparente y mucho menos costoso. Al respecto, se lograría un ahorro sustancial; Bajar el financiamiento público a los partidos políticos, hasta en un 50%, si no es que todo. El razonamiento justificativo, para otorgar los recursos públicos, es que si éstos se eliminan se corre el riesgo que los poderes fácticos lo harán y así capturarán a dichos institutos.
Nada más absurdo, cuando en la realidad, el crimen organizado co gobierna en gran parte del territorio nacional. En este tema de financiamiento a los partidos, la iniciativa del verde a nivel local.
En cuanto a utilizar sus prerrogativas para apoyar a la población por la pandemia, la primera instancia es buena y ha incitado a un debate en cuanto cómo hacerlo, es decir cómo canalizar los recursos cuando éstos están etiquetados por así nombrarlo; una fórmula legal sería, que dicho partido renunciara al financiamiento mismo y éste se canalizara por los encauses institucionales pertinentes para el objetivo deseado.
La lista de temas para lograr un verdadero ahorro estructural, es ilimitada, de tal razón me limito a lo planteado y a exhortar a la clase política a que se solidaricen con la nación al llevar a cabo un verdadero plan de ahorro y que propicie todo un cambio en el diseño organizacional de la función pública.