/ miércoles 7 de abril de 2021

Y ahora se siente Juan Diego

Ya ve cómo somos maloras los mexicanos para ejemplificar cualquier cosa con la realidad. Sucede que aquel muchachito pobre, muy pobre pero de convicciones, decidió abandonar el closet y gritar a los cuatro vientos su esencia.

Encaró a su progenitor y frente a frente le confesó: “Padre, soy gay”. Sin inmutarse el humilde pero bien plantado padre lo barrió con la mirada de arriba abajo, de izquierda a derecha, de atrás para adelante y pregunto: ¿Eres rico, tienes un Lamborghini, tienes joyas, ropa fina, costosas lociones, perfumes, residencia, eres egresado de Harvard, frecuentas las altas esferas sociales y políticas…? “no papá, no; nada de eso, lo detuvo el muchacho que no por su defectito dejó de ser valiente”. Entonces hijo de mi vida, compadeció el comprensible señor, “eres un vulgar jo…; sólo aquellos son gays”.

Como símil, le presentamos a usted otro sucedido: Un joven greñudo, desaliñado quizá hasta adicto a la yerba, dijo al autor de sus días: “Pa’, ya soy un intelectual” ¿ah sí, mijo? ¡Claro padre! Enseguida inquirió el progenitor: ¿has leído la biblia, el Corán, El Quijote; A Unamuno, Pérez Galdós, Kafka, Hesse, Hemingway, Miller, Dos Pasos; conoces los presocráticos, los socráticos, Sócrates, Platón, Aristóteles, Descartes, Shelling, Fitche, Hegel, Kant, Comte, Darwin; has dado una leída a la epistemología, historia de las ideas, sicología, sociología, antropología, sicología social...?

¿Has leído la historia de México; a Luis Pazos para que tengas una idea de lo que hizo cada presidente; has leído Vecinos Distantes de Alán Riding, para que sepas la visión de los mexicanos respecto a México; a los Precursores Intelectuales de la Revolución Mexicana; la historia del México contemporáneo, los movimientos sociales de México; de las estructuras políticas, económicas y sociales de México; has leído aunque sea la economía política de López Rosado; tienes noticias de las diversas corrientes económicas como el industrialismo, la fisiocracia; sabes algo de lingüística; de figuras literarias, de los tropos, de la sinécdoque, de los pleonasmos y todas las figuras de dicción y de pensamiento…? “No jefe, pero leo Letras Libres, proceso, nexos; me requemo a todos los articulistas y editorialistas nacionales como Carlos Marín, Ricardo Alemán, Enrique Krauze, López Dóriga, Carlos Loret de Mola, Aguilar Camín y otros” ¡entonces mijito, no eres un intelectual; eres un… merolico!.

Eso es quizá mucho más, pero no menos, Diego Fernández de Ceballos. Un tipo asustatarugos que emocionalmente está equivocado de bando. Se cree de sangre azul, aristócrata; se siente un gran jurista cuando dudo que haya tramitado, ya no un juicio ordinario mercantil, civil o amparo, sino unas diligencias de jurisdicción voluntaria; es más, no creo que haya elaborado su demanda de divorcio. Eso sí, el sujeto es multimillonario, pero no porque haya invertido saliva en las audiencias de los tribunales sino por su sempiterno tráfico de influencias que ha ejercido toda su vida. Como parásito ha vivido de la política, ora como diputado, ora como senador, ora como personero del régimen pidiendo la quema de las “míticas boletas”. Fernández de Ceballos, Vicente Fox y Felipe Calderón, entre otros, son perfectos especímenes para un examen de antropología criminal al estilo de Cesar Lombroso y encasillarlos en su exacta dimensión.

Le aseguro que se encontraría un nuevo perfil criminal, aparte de ojos hundidos, prognatos, pómulos pronunciados y demás elementos lombrosianos. Éstos han vivido del erario público, pero también incursionaron en la delincuencia organizada y entre ellos mismos se culpan uno al otro. Evoquemos el caso de Fernández de Ceballos que desde que inició su carrera delincuencial aparecía en la nómina de Amado Carrillo Fuentes.

En cuanto a los hijos o hijastros, de Fox y de Martha Sahagún, los hermanos Bribiesca se los ubica dentro del crimen en el rubro de hidrocarburos. Qué decir de la beodez de Felipe Calderón, ni cómo defenderlo. Con la detención de Genaro García Luna que fuera su secretario de Seguridad Pública, el michoacano está metido hasta los callos en el narcotráfico, y en tanto que Calderón “dijo no saber nada” de las ocupaciones de su ex subalterno, su testaferro y “amigo”, Diego Fernández salió en su “defensa” asegurando que un presidente que ignora que uno de sus secretarios anda en malos pasos “es un estúpido”.

Volvamos a ahora desquiciado Diego que reta al ciudadano presidente para tener un debate en “la mañanera”. Diego está en su derecho, sólo que se equivocó de puerta porque el debate debe ser jurídico y lo debe tener con Gertz Manero para que le explique cómo se hizo de la enorme superficie de “Punta Diamante”, privilegiada zona turística ubicada ni más ni menos que en Acapulco. Que tiene escrituras; claro que las debe de tener, “sería un estúpido si tuviera semejante inmueble sin el correspondiente título de propiedad”. También debe confesar cómo se hizo de su hacienda en Querétaro de la que por cierto no pagaba el impuesto predial como burdo desplante de influyentismo; que mencione cuántos millones pagó por el rescate cuando lo secuestraron y que la musa popular jura que más que secuestro fue un ajuste de cuentas con la delincuencia organizada por sus recurrentes contactos con los traviesos.

Que en su comparecencia ante el fiscal general pregunte, ya que dudo que lo sepa, cuál será su situación jurídica de procederse en su contra; si se le juzgaría conforme el procedimiento penal tradicional o en un juicio oral y si es en éste, se le diga que puede ser abreviado si es que acepta todos los cargos y puntualice su rosario de fechorías. Es seguro que lo hará puesto que en el debate tenido hace años con AMLO y que recientemente saliera a la luz pública, terminó dando por ciertos los señalamientos del tabasqueño. Analice el video con paciencia y verá como el barbudo Diego se enreda en sus propias falacias y al final lo convence y vence el ahora presidente y yo le diría a Diego usando su misma frase: El abogado que asume sus errores a cabalidad, es de un auténtico hombre y un caballero honesto, y si no negocia es un estúpido.

Ya ve cómo somos maloras los mexicanos para ejemplificar cualquier cosa con la realidad. Sucede que aquel muchachito pobre, muy pobre pero de convicciones, decidió abandonar el closet y gritar a los cuatro vientos su esencia.

Encaró a su progenitor y frente a frente le confesó: “Padre, soy gay”. Sin inmutarse el humilde pero bien plantado padre lo barrió con la mirada de arriba abajo, de izquierda a derecha, de atrás para adelante y pregunto: ¿Eres rico, tienes un Lamborghini, tienes joyas, ropa fina, costosas lociones, perfumes, residencia, eres egresado de Harvard, frecuentas las altas esferas sociales y políticas…? “no papá, no; nada de eso, lo detuvo el muchacho que no por su defectito dejó de ser valiente”. Entonces hijo de mi vida, compadeció el comprensible señor, “eres un vulgar jo…; sólo aquellos son gays”.

Como símil, le presentamos a usted otro sucedido: Un joven greñudo, desaliñado quizá hasta adicto a la yerba, dijo al autor de sus días: “Pa’, ya soy un intelectual” ¿ah sí, mijo? ¡Claro padre! Enseguida inquirió el progenitor: ¿has leído la biblia, el Corán, El Quijote; A Unamuno, Pérez Galdós, Kafka, Hesse, Hemingway, Miller, Dos Pasos; conoces los presocráticos, los socráticos, Sócrates, Platón, Aristóteles, Descartes, Shelling, Fitche, Hegel, Kant, Comte, Darwin; has dado una leída a la epistemología, historia de las ideas, sicología, sociología, antropología, sicología social...?

¿Has leído la historia de México; a Luis Pazos para que tengas una idea de lo que hizo cada presidente; has leído Vecinos Distantes de Alán Riding, para que sepas la visión de los mexicanos respecto a México; a los Precursores Intelectuales de la Revolución Mexicana; la historia del México contemporáneo, los movimientos sociales de México; de las estructuras políticas, económicas y sociales de México; has leído aunque sea la economía política de López Rosado; tienes noticias de las diversas corrientes económicas como el industrialismo, la fisiocracia; sabes algo de lingüística; de figuras literarias, de los tropos, de la sinécdoque, de los pleonasmos y todas las figuras de dicción y de pensamiento…? “No jefe, pero leo Letras Libres, proceso, nexos; me requemo a todos los articulistas y editorialistas nacionales como Carlos Marín, Ricardo Alemán, Enrique Krauze, López Dóriga, Carlos Loret de Mola, Aguilar Camín y otros” ¡entonces mijito, no eres un intelectual; eres un… merolico!.

Eso es quizá mucho más, pero no menos, Diego Fernández de Ceballos. Un tipo asustatarugos que emocionalmente está equivocado de bando. Se cree de sangre azul, aristócrata; se siente un gran jurista cuando dudo que haya tramitado, ya no un juicio ordinario mercantil, civil o amparo, sino unas diligencias de jurisdicción voluntaria; es más, no creo que haya elaborado su demanda de divorcio. Eso sí, el sujeto es multimillonario, pero no porque haya invertido saliva en las audiencias de los tribunales sino por su sempiterno tráfico de influencias que ha ejercido toda su vida. Como parásito ha vivido de la política, ora como diputado, ora como senador, ora como personero del régimen pidiendo la quema de las “míticas boletas”. Fernández de Ceballos, Vicente Fox y Felipe Calderón, entre otros, son perfectos especímenes para un examen de antropología criminal al estilo de Cesar Lombroso y encasillarlos en su exacta dimensión.

Le aseguro que se encontraría un nuevo perfil criminal, aparte de ojos hundidos, prognatos, pómulos pronunciados y demás elementos lombrosianos. Éstos han vivido del erario público, pero también incursionaron en la delincuencia organizada y entre ellos mismos se culpan uno al otro. Evoquemos el caso de Fernández de Ceballos que desde que inició su carrera delincuencial aparecía en la nómina de Amado Carrillo Fuentes.

En cuanto a los hijos o hijastros, de Fox y de Martha Sahagún, los hermanos Bribiesca se los ubica dentro del crimen en el rubro de hidrocarburos. Qué decir de la beodez de Felipe Calderón, ni cómo defenderlo. Con la detención de Genaro García Luna que fuera su secretario de Seguridad Pública, el michoacano está metido hasta los callos en el narcotráfico, y en tanto que Calderón “dijo no saber nada” de las ocupaciones de su ex subalterno, su testaferro y “amigo”, Diego Fernández salió en su “defensa” asegurando que un presidente que ignora que uno de sus secretarios anda en malos pasos “es un estúpido”.

Volvamos a ahora desquiciado Diego que reta al ciudadano presidente para tener un debate en “la mañanera”. Diego está en su derecho, sólo que se equivocó de puerta porque el debate debe ser jurídico y lo debe tener con Gertz Manero para que le explique cómo se hizo de la enorme superficie de “Punta Diamante”, privilegiada zona turística ubicada ni más ni menos que en Acapulco. Que tiene escrituras; claro que las debe de tener, “sería un estúpido si tuviera semejante inmueble sin el correspondiente título de propiedad”. También debe confesar cómo se hizo de su hacienda en Querétaro de la que por cierto no pagaba el impuesto predial como burdo desplante de influyentismo; que mencione cuántos millones pagó por el rescate cuando lo secuestraron y que la musa popular jura que más que secuestro fue un ajuste de cuentas con la delincuencia organizada por sus recurrentes contactos con los traviesos.

Que en su comparecencia ante el fiscal general pregunte, ya que dudo que lo sepa, cuál será su situación jurídica de procederse en su contra; si se le juzgaría conforme el procedimiento penal tradicional o en un juicio oral y si es en éste, se le diga que puede ser abreviado si es que acepta todos los cargos y puntualice su rosario de fechorías. Es seguro que lo hará puesto que en el debate tenido hace años con AMLO y que recientemente saliera a la luz pública, terminó dando por ciertos los señalamientos del tabasqueño. Analice el video con paciencia y verá como el barbudo Diego se enreda en sus propias falacias y al final lo convence y vence el ahora presidente y yo le diría a Diego usando su misma frase: El abogado que asume sus errores a cabalidad, es de un auténtico hombre y un caballero honesto, y si no negocia es un estúpido.