/ lunes 4 de febrero de 2019

Visión

Ante el desbordamiento de la delincuencia y violencia en el país la seguridad debería ser prioridad, desgraciadamente tal parece que las políticas públicas que se piensan implementar en la materia se basan en ocurrencias.

Lo planteado viene a cuenta por que no hace mucho tiempo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador puntualmente comentó que comenzaría una persecución masiva contra todos los carteles de la droga que operan en México y siendo enfático que no se avocara a una sola persona u organización como lo hizo la administración pasada con el Mencho y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), para lo cual es prioridad la Guardia Nacional que estará integrada por marinos, soldados y policías federales.

En menos de lo que canta un gallo el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador comentó en su conferencia de prensa que su gobierno no ha detenido a capos del crimen organizado porque “ya se acabó la guerra”, ahora se enfocará en atender las causas de la violencia y tal estrategia ya está dando resultados ya que se han disminuido los homicidios diarios, ¿será?

Y volviendo a las contradicciones AMLO en campaña y habló de doce años reiteradamente criticó la guerra contra las drogas y era muy puntual al comentar que las Fuerzas Armadas tendrían que regresarse a los cuarteles, o sea que las ocurrencias y las falsas promesas vienen desde la etapa electoral ¿que podemos esperar de ello?

Por lo pronto el tema de la Guardia Nacional sigue avanzando en el ámbito legislativo, el meollo de todo es que se habla de que no se militarizara la seguridad pública cuando en realidad la reforma legislativa lo que hace es empoderar más al Ejército y a la Marina en la práctica aunque se hable de un mando civil todas las decisiones del día a día respecto a la guerra provendrán de la Secretaría de la Defensa.

A la Guardia Nacional se le dará facultad de auxiliar investigaciones del Ministerio Público y se le encargaran tareas de seguridad pública, en sí podrá suplir a los cuerpos policiacos del país entero empezando por la Policía Federal la cual tenderá a desaparecer, lo planteado queda explícito en la constitución ¡seguridad militarizada por tiempo indefinido!

Pero aún hay mas mientras se aprueba la Guardia Nacional la milicia ya protagoniza un papel muy importante en la actual administración, tanto, que irá a construir las pistas del nuevo aeropuerto en Santa Lucía, aparte se le ha ordenado vigilar los ductos de combustible. Ante lo planteado sin duda se está transitando a un México militar, un país donde la Marina y el Ejército se encargarán del combustible, de la construcción y de las tareas policiacas.

Punto importante a destacar es que se ignoraron los planteamientos de expertos, activistas, víctimas y organismos internacionales, esto nos habla del nuevo rostro autoritario del Ejecutivo federal. Con todo lo planteado se abrirán las puertas al autoritarismo porque otorga facultades permanentes a las fuerzas armadas en particular Sedena para llevar a cabo labores de seguridad en un México falto de Estado de Derecho, sobresaliente en violaciones a los derechos humanos y muy opaco en rendición de cuentas.

Como conclusión, si se subordina esta tendencia militar en el ámbito de seguridad pública al poder político concentrado en la persona de AMLO ¿que se puede esperar? una presidencia autoritaria con un matiz absolutista y con una estrategia fallida de ocurrencias para combatir el narcotráfico, pero al parecer ya lo exonero.

Ante el desbordamiento de la delincuencia y violencia en el país la seguridad debería ser prioridad, desgraciadamente tal parece que las políticas públicas que se piensan implementar en la materia se basan en ocurrencias.

Lo planteado viene a cuenta por que no hace mucho tiempo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador puntualmente comentó que comenzaría una persecución masiva contra todos los carteles de la droga que operan en México y siendo enfático que no se avocara a una sola persona u organización como lo hizo la administración pasada con el Mencho y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), para lo cual es prioridad la Guardia Nacional que estará integrada por marinos, soldados y policías federales.

En menos de lo que canta un gallo el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador comentó en su conferencia de prensa que su gobierno no ha detenido a capos del crimen organizado porque “ya se acabó la guerra”, ahora se enfocará en atender las causas de la violencia y tal estrategia ya está dando resultados ya que se han disminuido los homicidios diarios, ¿será?

Y volviendo a las contradicciones AMLO en campaña y habló de doce años reiteradamente criticó la guerra contra las drogas y era muy puntual al comentar que las Fuerzas Armadas tendrían que regresarse a los cuarteles, o sea que las ocurrencias y las falsas promesas vienen desde la etapa electoral ¿que podemos esperar de ello?

Por lo pronto el tema de la Guardia Nacional sigue avanzando en el ámbito legislativo, el meollo de todo es que se habla de que no se militarizara la seguridad pública cuando en realidad la reforma legislativa lo que hace es empoderar más al Ejército y a la Marina en la práctica aunque se hable de un mando civil todas las decisiones del día a día respecto a la guerra provendrán de la Secretaría de la Defensa.

A la Guardia Nacional se le dará facultad de auxiliar investigaciones del Ministerio Público y se le encargaran tareas de seguridad pública, en sí podrá suplir a los cuerpos policiacos del país entero empezando por la Policía Federal la cual tenderá a desaparecer, lo planteado queda explícito en la constitución ¡seguridad militarizada por tiempo indefinido!

Pero aún hay mas mientras se aprueba la Guardia Nacional la milicia ya protagoniza un papel muy importante en la actual administración, tanto, que irá a construir las pistas del nuevo aeropuerto en Santa Lucía, aparte se le ha ordenado vigilar los ductos de combustible. Ante lo planteado sin duda se está transitando a un México militar, un país donde la Marina y el Ejército se encargarán del combustible, de la construcción y de las tareas policiacas.

Punto importante a destacar es que se ignoraron los planteamientos de expertos, activistas, víctimas y organismos internacionales, esto nos habla del nuevo rostro autoritario del Ejecutivo federal. Con todo lo planteado se abrirán las puertas al autoritarismo porque otorga facultades permanentes a las fuerzas armadas en particular Sedena para llevar a cabo labores de seguridad en un México falto de Estado de Derecho, sobresaliente en violaciones a los derechos humanos y muy opaco en rendición de cuentas.

Como conclusión, si se subordina esta tendencia militar en el ámbito de seguridad pública al poder político concentrado en la persona de AMLO ¿que se puede esperar? una presidencia autoritaria con un matiz absolutista y con una estrategia fallida de ocurrencias para combatir el narcotráfico, pero al parecer ya lo exonero.

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